𝗔𝗴𝘂𝗮 𝗬 𝗩𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 | 𝘛𝘦𝘮𝘢𝘳𝘪

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–Ya llevamos casi una semana aquí, mañana se acaba el plazo de Naruto—comenté al aire mientras observába el entrenamiento de Naruto. Llegué justo cuando había caído al suelo y me acerqué con cuidado.

Con un ligero golpecito en el pie, bromeé:

–Oye Naruto, ¿ya te moriste?—Él se movió un poco y retiré el pie, ayudándolo a levantarse.

—Tengo que seguir—dijo mientras se ponía de pie con dificultad. Sin embargo, lo volví a sentar y me senté a su lado, ofreciéndole unos onigiris y un poco de agua. Empezó a comer rápidamente y yo me sorprendí.

–Wow, ¿hace cuánto no comes?—le pregunté. Él masticó y me mostró cinco dedos—Traje para ambos, pero sabes qué, mejor cómetelos tú—Él no replicó y se los comió de un bocado.

Después de un momento, Naruto se rascó la cabeza y preguntó: ¿Cómo era que te llamabas?

–Toshiro, Toshiro Senju—Respondi algo apenado.

–¡Eres algo de la anciana!—exclamó Naruto. Yo asentí, algo nervioso, y me rasqué la cabeza

–Es algo complicado. Ella es la nieta del hermano de mi abuelo, pero yo la llamo prima—Por su cara, se podía ver que estaba más perdido que yo.

–Nunca has ido a Konoha, ¿verdad?—me preguntó. Negué con la cabeza

–Mi abuelo fue el segundo Hokage, pero yo nací en una cabaña en un bosque. Mis padres querían alejarse lo más posible de la aldea, decían que les traería desgracia.

Naruto se quedó pensativo por un momento.

–Es algo paranoico—Se puso de pie y añadió: Gracias por la comida, debo seguir entrenando.

Claro, aquí tienes una versión mejorada y alargada del párrafo:

Me alejé un poco mientras él realizaba el Jutsu, pero cuando lo estrelló contra el árbol, solo hizo un pequeño cráter y cayó desmayado. Rápidamente lo cargué y lo llevé donde Tsunade. Ella lo acostó en la cama y lo revisó.

–Está colapsado por el cansancio y su mano derecha está muy quemada debido a la concentración de chakra. Es inútil, no despertará hasta pasado mañana, siendo optimistas. El viejo Jiraiya tenía razón sobre mí, fui demasiado dura con este pobre muchachito—Tsunade comentó, haciendo una pausa—¿Por qué me preocupo por él? Es su problema, no el mío.

–Tsunade, iré a llamar a Jiraiya para que venga por Naruto—dije mientras me levantaba, y ella asintió.

Salí y, después de un rato, escuché gritos. Caminé hasta encontrarlo durmiendo en un puesto de comida y comencé a moverlo".

–Oiga viejo, despierte—lo agarré de la camisa y lo arrastré cuando iba saliendo. El señor me llamó.

–Oye niño, ellos no han pagado—dijo el anciano.

–Maldito anciano, tonta Tsunade. Me hicieron gastar la mitad de lo que gané la vez pasada—murmuré para mí mismo.

Llevé al viejo a su habitación y lo acosté. Luego me fui a la mía y encontré a Shizune dormida en mi cama. Agarré unas sábanas que estaban en el suelo y las extendí en el piso. Me acosté y me dormí.

Desperté por los gritos de Shisune y Naruto. Me levanté sobresaltado.

—Oigan, ¿qué les pasa? Dejen dormir— Shisune se acercó rápidamente y me agarró de los hombros, desesperada.

–Toshiro, anoche te fuiste y luego volviste. ¿Qué fue lo que viste?—preguntó con angustia.

–Tranquila—dije separándola—fui al puesto por el anciano, lo arrastré hasta su cuarto y luego volví. Tú estabas dormida, así que me acosté en el suelo.

—Ahh, no hay tiempo—Shisune abrió la ventana y un kunai pasó justo delante de ella. Naruto y yo nos acercamos rápidamente y vimos al anciano.

–Me tendió una trampa—dijo Jiraiya con dificultad.

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