「 Inseguridades 」

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Ser novia de Kim SunWoo se había vuelto la mejor decisión que tomaste en tu vida

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Ser novia de Kim SunWoo se había vuelto la mejor decisión que tomaste en tu vida. Era como si te hubieras sacado la lotería. Tu chico era empalagoso, adoraba poder abrazarte todo el tiempo, llenarte de mimos, y demás. A veces dudabas que de verdad pudiera ser aquel chico serio que había salido en el photoshoot de Border: Day One (Dusk); y sí, detrás de cámaras no es que fuera el chico más feliz del mundo, era tranquilo y cariñoso, pero rara vez tenía esas facciones llenas de seriedad que igual resultaban atractivas.

Por eso mismo no te sorprendía sentir de la nada unos brazos alrededor de tu abdomen, sonreíste sintiendo los cálidos labios de tu novio sobre tu mejilla y te giraste para mirarlo.

—Hola —saludaste dejando un casto beso, esta vez en sus labios, sintiendo la suavidad a la que estabas acostumbrada gracias al maquillaje que usualmente llevaba.

No esperabas que se agachara un poco, sus abrazo deslizándose hasta tu espalda baja para tirar hacia arriba intentando levantarte del suelo. Al instante, le empujaste levemente para poder separarte de su agarre. Se miraron el uno al otro realmente consternados, en otra situación podrías haberte reído al ver la cara de ambos, pero en ese momento estabas realmente incómoda como para hacer algo más que quedarte quieta mientras bajabas la mirada.

—Jagi, lo siento si te hice daño —habló SunWoo bastante preocupado, haciendo amago de acercarse pero sin estar seguro de que quisieras tenerlo cerca.— ¿Te duele? ¿Te lastime mucho?

—No, lo siento, solo no me gusta que me carguen —confesaste mientras girabas tu cuerpo para comenzar a recoger tus cosas.

— ¿Ah? ¿Por qué? Quiero cargar a mi novia para que no tenga caminar y-...

—Vamos —interrupiste pasando junto a él—. Antes de que se haga más noche.

Te miró confundido pero no dijo nada, se limitó a guardar silencio y correr tras de ti hasta alcanzar tu mano entrelazando sus dedos con los tuyos. Claramente eso no se iba a quedar así, necesitaba saber si tenías algún problema en la espalda o algo que te impidiera ser cargada por los demás, de esa manera podría cuidarte mejor y estar al tanto de tu salud.

 Claramente eso no se iba a quedar así, necesitaba saber si tenías algún problema en la espalda o algo que te impidiera ser cargada por los demás, de esa manera podría cuidarte mejor y estar al tanto de tu salud

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No esperaba que todos tus papeles médicos -tanto los de la empresa como los que tenías en casa- dijeran que tu salud era completamente buena. A veces lo notabas mirándote de manera intensa, como si te estuviera juzgando haciéndote sentir cada vez más insegura. Sin embargo, él solo quería saber porque no querías que te cargara.

SunWoo anhelaba tenerte entre sus brazos, cargarte y decirte lo adorable que eras mientras tus piernas se enrollaban en su cadera. Era algo que ahora tenía como necesidad, no era un reto, no era querer obligarte, pero en verdad quería intentarlo y se sentía triste cada vez que se acercaba con esas intenciones solo para verte alejándote.

—Si _____ no baja de peso, SunWoo la va a dejar —escuchó mientras pasaba fuera de la oficina compartida donde trabajabas. Se detuvo asomándose apenas un poco para espiar encontrándose con dos chicas coreanas que platicaban entre sí. Tú estabas sentada en tu escritorio, con los audífonos puestos pero él lo notó: tu mirada seria, tus hombros tensos y el hecho de que no movías la cabeza al ritmo de la música como usualmente lo hacías, las estabas escuchando perfectamente—. Imagínate que la intente cargar. Pobre SunWoo, se le van a romper los brazos. Debería estar con una chica que pertenezca a los escenarios como él. 

—Lo único bueno es que aun no han hecho su relación pública fuera de la empresa. Ni siquiera yo quisiera echarlo de cabeza diciendo que sale con alguien llena de grasa.

Apretó los labios alejándose de la puerta. En ese momento tenía sentido la manera en que te alejabas de él cada vez que te quería cargar. Y sí, no eras un esqueleto como la mayoría de coreanas con las que convivías día a día -que buscaban engatusar a alguno de los chicos sin importar la diferencia de edad o que no tuvieran relación alguna en el trabajo más que toparse en el elevador-, pero tampoco eras alguien con sobrepeso.

No solías hacer ejercicio. SunWoo adoraba que sus días de descanso fueran acurrucarse contigo en la cama mientras comían algunas frituras. Comías sin remordimiento alguno. SunWoo amaba que cada uno pidiera una comida para después compartirse medio plato. Tu estómago no era plano y sí, tal vez tenías alguna que otra longita. Pero SunWoo estaba encantado con poder verte feliz. Tu peso era normal, no afectaba a tu salud, pero tampoco estabas dentro de los estándares coreanos. Y a él no le importaba.

Entró nuevamente a la oficina haciendo que se callasen inmediatamente las otras dos chicas. Tomó tu mano para sacarte de allí y te llevó a la sala de descanso que tenían los artistas de la empresa. No era la primera vez, y tampoco eras la única chica que encontraban por allí; a veces estaba la novia de YeonJun o la novia de HoSeok. Pero esta vez solo estaban ustedes dos.

No dijo nada acerca de lo que escuchó. Tú tampoco sabías que él escuchó. Pero ahora solo quería reconfortarte con besitos, abrazos y sí: llevándote a comer tu comida favorita.

 Pero ahora solo quería reconfortarte con besitos, abrazos y sí: llevándote a comer tu comida favorita

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Realmente que no lo esperabas. Ese día te permitieron salir temprano por haber entregado todos los documentos antes de la fecha estimada. Así que estabas terminando de cerrar tu bolso cuando sentiste unas manos deslizarse por tu espalda y la parte interior de tus rodillas. Cuando te diste cuenta ya estabas en los brazos de SunWoo que te miraban llenos de alegría; tus compañeras de trabajo les miraron con envidia haciéndote querer esconder la cara en el fondo de la tierra.

— ¿Lo ves, jagi? Como una pluma —habló tu novio dejando un beso en tu frente antes de sacarte de allí.

Él no sentía que pesaras. No sabía si era por las lagartijas que Jay le ponía a hacer todos los días, pero ahora solo quería tenerte contra su pecho todo el tiempo. Tampoco le importó las miradas divertidas de los demás miembros del staff e incluso sus propios compañeros, simplemente te sacó del edificio en brazos, hasta el estacionamiento donde su chofer estaba esperando para llevarlos a cualquier lado.

—No importa lo que digan, jagi —mumuró entrando al coche y dejándote al fin a un lado—. Tu peso está bien, no necesitas hacer dietas. Y mis brazos serán fuertes para poder llevarte a todas partes. Te quiero completa, disfrutar mientras comemos juntos y poder abrazarte para dormir como si fueras un lindo peluche. Si en verdad no te gusta que te cargue, no lo volveré a hacer; pero si solo es por tu peso, de verdad que no importa, seré fuerte por ti. Te demostraré que amo todo de ti. Incluso lo que para algunas personas es "feo", para mí solo te hace ver más hermosa.

Sonreíste escondiendo tu rostro en su hombro y él rió divertido. Bien, no eras gorda, lo sabías, pero todos los días era la misma plática de tus compañeras que lo comenzaste a creer. Ahora estabas un poco más segura, SunWoo te amaba de pies a cabeza y si también había demostrado que cargarte no fue difícil entonces ya no tenías razones para sentirte insegura.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2021 ⏰

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