Capitulo 1

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Pov Pranpriya

¿Como empezar?

Bueno, mi vida es complicada, por así decirlo. Desde que mi padre enfermo tuve que encargarme de todo y hacer cosas poco agradables, como por ejemplo, robar. Ustedes se preguntarán, ¿por qué no trabaja? Es fácil, nadie acepta una chica intersexual. La cosa es qué, no sé que se le metio a mi padre en la cabeza al mudarnos a Seúl. Nosotros eramos felices en Tailandia y tenia mi vida perfectamente acomodada allá. Mi madre nos abandonó, o eso me explico mi padre a los cinco años, pero vamos, nunca la necesitamos en nuestras vidas y tampoco es que me acuerde de ella. Ser intersexual tiene sus ventajas, pero también tiene sus desventajas, obvio. Como una erección por las mañanas. Lo sé, sueño con cosas muy calientes, pero no lo puedo evitar con tantas chicas lindas por aquí. ¡Oh, si! También soy cien porciento lesbiana. Interesante, ¿no?

Hoy me levante temprano como regularmente hago todos los dias. Lo primero que siempre hago es dejar mi habitación patas arriba, es que me da pereza recogerlo. Lo segundo sería ir a darme una buena y congelada ducha, también un poco de mantenimiento no me caería nada mal. Ya para cuando me tardo alrededor de treinta minutos, salgo, y me pongo ropa deportiva. Bajo las escaleras y voy a la cocina para prepararle el desayuno a mi viejo, pero creo que alguien se me adelantó.

—Viejo, ya te dije que te quedarás en tú habitación —el sabe que no puede hacer esfuerzos innecesarios y que también yo hago el desayuno todos los días. Me acerco y le quito el cuchillo de las manos para yo poder cortar las frutas.

—¡Vamos! No pienso quedarme en mi habitación. Me aburro. Dejame ayudarte, ¿si? —suelto el cuchillo y volteo a mirarlo con una expresión sería. Él pasa saliva pesadamente, porque sabe que lo voy a regañar, pero le brindo una sonrisa tierna y asiento con mi cabeza.

—Está bien, solo corta las frutas, ¿si? También has el jugo —

—Si. ¿Vas a correr? Estaba pensado... —

—Viejo, ya lo hablamos —

—Lo sé, amor, pero sabes que no me gusta que trabajes en ese lugar de mala muerte. Si yo no estuviera... —tuve que mentirle a mi padre diciéndole que trabajo en el club de la esquina, aunque no es del todo mentira. Trabajo ahí, pero haciendo trabajos para un drogadicto.

Le sonrio al hombre y tomo sus manos.

—Si tú no estuvieras enfermo, trabajaría de cualquier manera, sino, ¿quien va a traer la comida a esta casa? —

—Yo puedo trabajar y mantenerte, soy tú padre. En esta casa tú te encargas de todo, hija. Tienes veintitres años y no te he visto con algún joven de tú edad. ¿Acaso tienes amigos? —nunca he pensado en eso.

¿Tengo amigos?

¿Qué pregunta es esa, Bruschweiler?

No, no tengo y por una sola razón. Soy intersexual. La cosa es simple, me conocen, les digo la verdad y se van.

Suelto las manos de mi padre y sigo preparando el desayuno.

—No necesito amigos, te tengo a ti —

—Hija, soy un viejo. Tarde o temprano me voy a ir y tú tienes que seguir tú vida —cierro mis ojos y tomo una gran bocanada de aire. Regreso mi mirada hacia él y hablo.

Idénticas | JenLisaWhere stories live. Discover now