"Calma"

"2"

El tiempo nunca ha decidido esperarnos

Otro día más sumado a la lista, otro día igual que siempre, todo se sentía tan monótono, muy rutinario, demasiado aburrido 

Se levantó de la cama yendo directo a su espejo, se veía cansado, había perdido peso, su cabello había crecido un poco, su cuerpo se veía distinto, más delgado, más femenino, más asqueroso.

Movió rápidamente su cabeza de un lado a otro, no, su cuerpo estaba bien.

Tomo su ropa limpia y se metió a la ducha, las cálidas gotas de agua cayendo sobre su delgada espalda le hacía relajarse, cubriendo cada parte de él con jabón, tallando delicadamente cada parte de su cuerpo, finas gotas de agua resbalaban por su cabello, la toalla cubría su afeminada cadera, tomo su ropa y se cambió, sus manos temblaban levemente al ver sus muñecas, hacia un buen tiempo que dejo de manchar el suelo con ellas y ahora solo marcas las adornaban.

Una vez término se sentó en su cama, dando inicio a otro más de sus rutinarios días.

Días en los que probablemente no haría nada como el vago que era, ya saben, porque él nunca hacía nada, pero de verdad que cosas tan pequeñas como el despertar y pararse de la cama se le hacía tan difícil y complicado, y aun así lo seguía intentando aunque eso lo cansara en exceso y aunque ya no tenía motivos para seguir adelante, se iba a esforzar, poco a poco, lo iba a intentar.