Replay.

82 14 4
                                    


Creo que tengo filia con las canciones. Una relación completamente estrecha y fanática.

Me encariño con ellas, me vicio, las odio. Todo de manera intensa.

Un enamoramiento pasional y caótico. Marcado, muy marcado.

Leo en ellas lo que me quieren decir. Me susurran, livianas, una anarquía adulterada en finas hebras de fuego y verso.

He amado canciones, sigo haciéndolo, otras pasaron, como olas que no llegan a la orilla, un encuentro pasional e intenso. Canciones que se quedan un rato y desaparecen. Hasta años después, que desvían mi atención y mis sentidos.

Pero las que realmente me atrapan son las toxicas, las que te hieren, las que te abren heridas con crueldad; pero que no puedes dejar de escuchar. Esa voz que te evoca tanto. Te mutila y te dejan catatónico, invalido, ingrávido. Te funde con el dolor que podrías haber descrito tú. Que ojalá hubiese escrito yo.

Sentado, quejumbroso, mientras escuchas esos acordes repetidos en tu cabeza que reverberan, con voz tenue, las veces que nos fundimos las miradas.

Y las duras, las feas, las que te hunden. Las que empujan hacia abajo, muy profundo, sin compasión. Esas que aprietan, Esas que te hacen tambalear precipitado, a un precipicio donde precipitan las lágrimas de la aflicción. Esas que van ahogando y que luchan ferozmente por acabar. Y vuelves a repetir. Por que no estás suficientemente derruido. Mísera autocompasión.

Los estribillos que un día me hicieron sepultar entre recuerdos hoy me siguen abatiendo, como gritos en una noche donde no me reconozco.

Creo que tengo una filia con las canciones.

Las tarareo con calma, una a una, evaporando los versos que me recuerdan a ti y que volverán y se repetirán otra vez, una y otra vez, en bucle. Domingos de bucle. Canto con miedo, muy débil, muy sutil, con temor de que me escuches, pero articulando minuciosamente esas palabras que me derriban, que me noquean.

Te visualizo silabizando vocablos y me abates.

Distingo en tus labios frases que me gustaría haber escrito yo. Cierro los ojos y procuro encontrar esa que te haga cambiar la expresión y que te remueva por dentro.

Supongo que tengo fobia por las canciones. Siento con ellas, pero nunca me he atrevido a vivirlas.

Soy el coro en la sombra. Las armonías silentes de las noches en vela.

Volvemos al inicio. No nos hemos hundido lo suficiente.


Creo que tengo filia con las canciones. Una relación completamente estrecha y fanática.

Me encariño con ellas, me vicio, las odio. Todo de manera intensa.

Un enamoramiento pasional y caótico...

Tren de Invierno. El maquinista.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant