Capítulo 8

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Mi fin de semana transcurrió en un encantador banco en Marble Arch. Allí hice mi tarea, sabiendo en vano que no encontraría nada pero intentándolo de todos modos. Al parecer, él ya no se movía por la zona o hacía sus negocios en Hyde Park. ¿De todos modos qué me aseguraba que siquiera estaba en Londres? No sirvió de nada, estaba igual que al principio, por lo que tuve que recurrir a la segunda opción y buscarlo a la antigua. Aquello involucró arreglar otro encuentro con Bel Ami para el próximo fin de semana (esperaba haberlo encontrado para entonces) y comprar un generoso paquete de Skittles.

No podía encontrarlo tan fácil o tan directamente por mi cuenta, pero sí sabía de alguien que debía conocer su localización actual. Y confiaba en que encontrar a ese alguien no sería tan difícil. Así que por eso sacrifiqué mi hora libre del lunes en el instituto. Para intentar localizar a alguien que me diría donde estaba el hombre que era mejor si no volvía a ver en mi vida para que este encontrara a la hermana de un criminal que tenía el anillo robado que el novio de mi prima quería de regreso cuanto antes. Sí, dicho de ese modo mi vida parecía un verdadero problema, y sonaba como un trabajo exhausto.

Siempre hay en el instituto al menos un chico que es maldito genio en computación. Mik era una leyenda en el instituto, y conseguir un favor de su parte era más difícil que encontrarlo, pero yo sabía cómo hacerlo y manteníamos una buena relación. O lo mejor que podía ser considerando lo poco sociable físicamente que era el hábil hacker. Conseguir interacción de su parte era duro, pero era increíble cómo él con un simple click podía eliminar un castigo de la computadora de administración o cambiar el menú del almuerzo.

Estaba en la biblioteca, como siempre, oculto en un vacío pasillo que nunca nadie recorría, entre libros y estanterías. Estaba sentado en el suelo, su ordenador portátil sobre su regazo, su mochila llena de cables y diferentes dispositivos a un lado. Él no lucía como una rata de computadoras sino que parecía más bien una estrella de rock, increíblemente. Su largo y oscuro cabello estaba atado por pasar el largo permitido para los hombres, su camisa estaba fuera del pantalón y mantenía una pose casual mientras escuchaba música tan alto que los auriculares parecían innecesarios. Encontrarlo me tomó más de media hora, el chico cada vez se escondía mejor dentro de la inmensa biblioteca.

—Emma Stonem —dijo sin levantar la vista de su ordenador.

—Mik —dije—. Necesito un favor.

—Si es por algo relacionado con la noche de artistas estás perdiendo el tiempo si crees que conseguirás algo. Además, estoy ocupado.

—Y yo no tengo mucho tiempo —dije y tiré el paquete de Skittles a sus pies—. ¿Tienes cinco minutos? No es nada relacionado con el instituto lo que te voy a pedir.

—Puedo considerarlo —dijo Mik cogiendo el paquete—. ¿Qué quieres?

—Estoy buscando a uno de los tuyos. Se trata de un hacker muy avanzado. Su nombre es Byte. ¿Lo conoces?

—Sería como preguntarme si conozco a la reina. Por supuesto que lo hago. Ha sido un digno enemigo todos estos años en todos los juegos y plataformas que existen. ¿Por qué preguntas?

—Tengo asuntos pendientes con su hermano.

—¿Cuál de todos? —preguntó Mik.

—Eso no importa —respondí—. ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?

—Vive en Oxford de momento, te daré la dirección exacta pero a cambio quiero que si vas a verlo me digas qué modelo de procesador usa. El maldito no quiere revelarme sus secretos.

—Hecho.

—Tenemos un trato entonces, chica de oro. Puedes irte. Adiós. Tendrás la dirección para final del día.

Nana (Pandora #3)Where stories live. Discover now