Capítulo 7

1K 127 2
                                    

5 de diciembre del 2019.

No fué suficiente.
                          
Nunca fuí suficiente para ti Hoseok. Por eso buscabas más, por eso fuiste por ella. Tenías que saciar tu propio amor por ti, porque no fue suficiente para ti el que yo aguantara tu amor falso. Hoy ya no me puedo mentir Hoseok, tu único amor es el tuyo por ti.

Ya es tiempo, que el tiempo se encargue de ti.

Sé que lo nuestro no tiene remedio, sé que he sido poca cosa, se que ya no se puede continuar. ¡Qué mas da! Quiero que me hagas el amor por última vez, pero siento que no podré. Te lloraré, porque sé que ni siquiera dejarás que el sudor de mi cuerpo seque en el tuyo para después irte a profanar el cuerpo de esa mujer.

Sueño.

Estoy escribiendo en estas hojas lo que fue mi vida. Escribo entre páginas blancas lo que sueño que haré. Delineo con delicadeza cada letra y las lágrimas caen sin cesar.

Hoy es el gran día.

Hoy por fin tendré el valor para dejarte ir. Me diriges hacia ese lugar y empiezas a moverte de un lado a otro. Los documentos están listos desde hace tiempo y hemos acordado todo los últimos días. Las palabras que nos hemos dirigido han sido cortantes de mi parte, dulces de la tuya.

Y no sabes cómo dolían.

Me llevan al lugar en el que estaré las próximas horas. Está por empezar, pero me detienes justo antes de entrar. Quieres darme un beso dices, pero me niego. Insistes en abrazarme, pero no puedo corresponderte. Dejas el roce de tus labios en mi frente y de pronto mi rostro se moja. No son mis lágrimas Hoseok, son las tuyas.

Y duele como la mierda.

—Cariño...

Me voy. No puedo seguir escuchándote, tengo que entrar ahí para poder acabar. A la media hora me estoy quedado dormido. Espero que esto sea mi salvación, porque si no, no creo poder resistir más Hoseok, no creo poder seguir viviendo ni un minuto más a tu lado.

Despierto.

El ruido de las personas en la habitación me han despertado. Está todo tan oscuro, tengo mucho miedo. Siento que me hablan, pero no sé quién. También siento que toman mi mano. Eres tú.

Por favor ¿puedes quitar tu tacto del mío?

Quema. El doctor sigue diciendo cosas pero lo escucho muy lejano. Mi cabeza duele y siento que en cualquier momento me voy a desmayar o a estallar. Se acercan a mí y me están tocando un par de manos. Aún no has quitado la tuya de mi regazo, Hoseok aunque haya dormido no sé cuántos días, no me he olvidado de tu engaño.

—Abre los ojos Taehyung —escucho.

Y entonces lloro.

Lloro porque cuando abro los ojos tu rostro es lo primero que veo. Aquella fue la promesa que nos hicimos hace tanto tiempo. Estás tan cambiado que no lo creo, así no te recordaba. Ahora entiendo por qué haces lo que haces. Las preguntas llegan a mi, empiezan a cuestionarme y sé que debo responder.

—Taehyung ¿puedes ver? —pregunta el doctor.

Y asiento.

Por fin, después de diez largos años puedo volver a ver. He vivido en la oscuridad al lado de un hombre que sólo me tenía ahí por lástima, por un accidente que pasó cuando estábamos en su moto. Eramos tan sólo unos adolescentes rebeldes, yo vivía enamorado de él, él vivía enamorado de la vida.

Y chocamos.

Y yo quedé ciego y él se mantuvo a mi lado. Y por mucho tiempo creí que era por lástima, pero él se encargó de demostrarme que era por amor. Ahora entiendo que cada una de sus palabras eran mentiras, que cada beso era falso, que el hombre que yo tengo delante mío no es el que amo.

—Cariño, TaeTae ¡puedes ver! —te abalanzas a mis brazos—, gracias, gracias. Dios, al fin puedes ver bebé.

Sí Hoseok, al fin puedo ver.

Al fin te vas a poder librar de mí. ¿Estás llorando de felicidad porque sabes que ahora ya me puedo ir? No te preocupes, en el momento que pisemos lo que creí era nuestro hogar, todo este teatro hipócrita acabará.

Porque me iré.

Y para siempre. Porque no me voy a morir, porque nada va a cambiar si hoy no estas aquí. Por la ventana del cuarto de hospital en donde estoy, cae el sol. Extrañaba tanto aquella luz, extrañaba ver el mundo que se me fue arrebatado. La verdad es que no ha sido fácil, la verdad es que no ha sido fácil para los dos Hoseok.

Sigo aquí esperando por ti.

Pero no eres el que amé. Vuelvo a fijar mis ojos en ti y me doy cuenta que no eres lo que mis manos trazaban cada día. Yo no sé qué estuvo mal, pero a pesar de hoy ver la luz del sol, es tú luz la que me cegó en este camino. Y entendí el infinito entre los dos.

No sé cómo voy a hacer.

Hoy miraré en mi pasado y en los recuerdos de ayer. Cuántas cosas cambiaron en todos estos años que no pude ver, a través del vidrio del auto noto las calles que pasan iguales que los días. El tiempo se va.

Tanto amor diluído en ese bendito tiempo.

Tantos veranos contigo, tantas mariposas volando al viento. Déjame llorar Hoseok. No me preguntes el por qué, tampoco me hables y hables palabras que ya no llegan a mí.

Déjame llorar por ti.

Por la luz que hoy veo pero que ya no tengo. Hoseok, dile la verdad a ella. No la engañes más. Dile que es a mí a quién quieres, dile que es a mí a quién amas. Miéntele, cuéntale que todo fue un error, dile que nos amamos, que soy el dueño de tu corazón.

Dile que yo soy tu amor.

O déjame. Déjame vivir este infierno de mentiras. ¿Dónde estás mi amor? Porque te veo y no te siento. ¿Dónde está el amor que me tenías? ¡Dímelo Hoseok! Dímelo porque de hoy en adelante pasaré cada noche de insomnio sin tus besos, muriendo.

Estarás desde hoy sin mí.

Te he amado durante tanto tiempo, que tal vez ya no soy suficiente.

NO SOY EL ÚNICO ➳ hopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora