Capítulo final "Bajo la lluvia"

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Volver a ver a Pierce ha sido raro. Ahora que ya sé la causa por la que me ha dejado, no me puedo creer que haya creído a Sophie sin antes preguntármelo. 

Tampoco me puedo creer que Sophie haya mentido. He perdido contacto con ella que si no le hubiera dicho unas palabras. 

Tengo que avisar a Harper sobre todo esto en cuanto me llame, necesita saber qué clase de persona es Sophie.

Ahora en serio, ¿cómo Pearce ha preferido creer a ella antes que a mí? Las relaciones se basan en la confianza y él se la ha saltado ya a la primera. 

Mira que decir que Cole y yo éramos novios, todo el mundo sabe que es gay y que somos solamente amigos. 

Me echo en mi cama pensando en todo lo que acababa de pasar. Por suerte no tengo ninguna compañera de habitación, no porque no me guste la compañía, si no porque puedo estar hasta tarde leyendo sin que nadie se queje. 

Miro el reloj y son las 12 de la noche. Mañana no tengo clases por lo que puedo leer hasta que me duerma. 

Saco el libro que estaba leyendo antes y me dispongo a terminarlo. El profesor Matthew quiere que le hagamos un resumen de 20 páginas sobre este libro, por lo que es mejor que lo acabe lo antes posible, así me verá como una chica trabajadora y ganaré puntos con él. No quiero ser como las otras y conseguir puntos por hacerle la pelota, las cosas hay que hacerlas por esfuerzos.

Nada más empezar el primer párrafo noto como alguien toca a la puerta. Cansada me salgo de la cama y con el pijama puesto abro la puerta. 

Este hombre me debe estar vacilando.

Como era de extrañar, Pierce se encuentra enfrente de mí con la ropa y el pelo mojado. Ahora en septiembre es normal que los días en Nueva York sean lluviosos. Pero creo que un paraguas lo arreglaría. 

Pierce tiene la respiración agitada, como si acabara de correr una mataron y sus ojos se mantienen brillantes como si estuvieran tristes. 

—Hola  —me dice volviendo a recobrar el aliento. 

—Hey. 

Y de nuevo nos quedamos en silencio. Pero no un silencio incómodo. Todos sabemos porque Pierce ha venido, pero no seré yo esta vez quien inicie todo, quiero que sea él el que lo haga.

—Quería disculparme contigo, fui un completo estúpido el haber pensado que tú me estabas engañando... yo...no puedo decir lo mal que me siento. Era la primera vez que me había enamorado de verdad y temía tanto perderte que yo mismo lo hice. 

Que Pierce se disculpara ha sido una gran sorpresa. Yo soy muy orgullosa pero él lo es más y admitir sus errores ha sido muy noble por su parte. Pero eso no quita el hecho de que no confiara en mí y se fuera solo por esta tontería 

—No pasa nada... todos cometemos errores, yo los cometo a diario —sonrío para calmar el ambiente provocando que él también sonriera aliviado—, pero no tendrías que haberte ido por esta estupidez. 

—Me fui porque no me gustaba ser profesor... mi sueño desde hace mucho era montar empresas por todo Estados Unidos en vez de ser reconocido por haberlas heredado de mi padre. Me gustaría poder ayudar a las personas que tienen dificultades a la hora de mantener sus empresas. Y como tampoco podía verte con otro hombre... me tuve que ir, era lo mejor para los dos. 

—Pues no tenías que haberte ido, realmente te quería. 

—¿Quería? ¿Ya no? 

—Todavía sigo sintiendo algo por ti, pero me hiciste mucho daño y... 

—Grace por favor, perdóname —me coge de las manos—. He hecho todo lo posible para olvidarte, pero me ha sido imposible. He tenido que ponerle tu nombre a una cafetería para cuando entrara en ella, no sentirme solo. 

—Entonces la cafetería en la que estaba hoy es... 

—Si. Es mía. Y me alegra de que hayamos coincidido, porque quiero pedirte que vuelvas conmigo —me suplica con la mirada. 

¿Y ahora me pide que vuelva con él?¿Qué debo hacer? ¿Decirle que sí? ¿Qué no?¿Cómo sé yo que no volverá a pasar? 

—No sé Pierce, déjame pensarlo, ¿vale? 

El acepta con la cabeza desilusionado con mi respuesta y da la vuelta para irse.

Cierro la puerta con un millón de dudas en mi cabeza y voy hacia mi cama para seguir leyendo. Imposible leer ahora cuando tengo que tomar una decisión tan importante. Intento concentrarme en el libro pero me es imposible. 

Miro hacia la ventana y la lluvia parece no querer cesar. En mi cabeza hay muchas dudas pero mi corazón parece estar claro de la respuesta. 

Sin pensarlo dos veces vuelvo a salir de la cama y abro la puerta. Corro por todo el pasillo con el pijama puesto y las zapatillas. Menos mal que a esta hora no hay nadie por aquí. Bajo un par de escaleras y salgo a la calle sintiendo un frío horrible. 

La lluvia empapa todo mi pelo y ropa y soy consciente de que cogeré un catarro.

Con la mirada busco a Pierce y por un momento pensé que había llegado tarde, pero una figura masculina va caminando lentamente hacia un coche. 

Grito su nombre mientras voy corriendo pero no me escucha. Vuelvo a gritar y éste se gira despaciosamente.

No consigo llegar a donde está él porque me resbalo al ir con zapatillas. 

Caigo al suelo sintiendo como mi culo amortiza la caída y Pierce va corriendo hacia mí alarmado.

Más patética no puedo ser. Esto iba a ser un mágico momento y a la mierda todo. 

Pierce se acerca y me pregunta varias veces si me he roto algo. Niego un par de veces y me ayuda a levantarme. Ahora mismo estamos empapados por la lluvia, pero parece ser que a los dos nos da igual. 

—Quería decirte algo —suelto viendo como el aliento de mi boca sale en forma de vapor. 

Él me mira sin decir nada. Solo veo cómo sus ojos se mantienen en los míos y sus pupilas dilatadas me hacen ver que me mira con deseo. Hace bastante tiempo que no siento esa emoción y volverla a sentir me hace sentir viva. 

—Bueno... he estado intentando también olvidarte todos estos meses pero me ha sido imposible. Por lo que al ver que todavía nuestros sentimientos están activos... ¿te gustaría... es decir... te apetecería volver a intentarlo? 

El brillo en los ojos de Pearce del que os hablé antes no es nada comparado con el que tiene ahora mismo. .

Éste me abraza como si su vida dependiera de ello y luego me suelta para darme un fuerte beso en mis labios. 

Oh... el beso de Pierce... cuanto deseaba volver a sentir eso. Le sigo el beso pero ahora también de manera salvaje, no como la anteriores veces. 

El beso va cobrando más intensidad hasta que noto como él para, alejándose de mí.

—Deberíamos volver a dentro, creo que vas a coger una pulmonía—coge mis manos—. Estás helada... ¿y en pijama?—alza una ceja con una sonrisa. 

—Anda cállate y ven a dentro, te haré un chocolate caliente. 

—Huy... la especialidad de la señorita Collins. 

—También sé dar buenos puñetazos —le amenazo mientras subo un puño. 

—Entonces así no te tomaré ese chocolate. 

—Pues sería una gran lástima porque se me dan realmente bien, he aprendido del mejor. 

Pierce sonríe y apoya su brazo detrás de mi espalda. 

"Solo en la agonía de despedirnos somos capaces de comprender la profundidad de nuestro amor" 

Sin duda, el señor Allen ha dejado claro que George Eliot no se equivoca en absoluto. 

FIN... ¿O continuará?

El profesor AllenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora