𝓒𝓲𝓷𝓬𝓸

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—Isabelle–Jack miró el lugar, era impresionante, pero algo más les llamó la atención y fue la casa ahora destrozada. Regina sentía curiosidad por explorar ese misterioso lugar.

—Vaya, Vaya.

Los tres se giraron a ver a los demás que también subieron. Fueron a revisar la casa pero era obvio que no estaría ahí.

—Bueno, no está en la casa. Este es el único lugar al que pudo ir–comentó Elmont. Caminaron hasta llegar a una cueva.

—Y si hubiera bajado la habríamos visto–agregó Crawe. El guardia Elmont se hincó para observar algo del piso.

—No bajó. Subió.

—¿Por qué lo haría?–cuestionó Roderick.

—Por frío–le contestó Crawe.

—O hambre–mencionó Elmont incorporándose de nuevo. Para seguir caminando.

—O por la aventura–Jack dijo a lo que escuchó Regina.

Caminaron hasta salir de la cueva, William ayudó a Regina a salir, los demás siguieron caminando pero Regina quiso quedarse cerca de su hermano. Las nubes se veían abajó de ese gran lugar, donde había las gigantescas rocas con forma de rostro caía agua en cascada.

—Crawe. Bald. Robin–Elmont le daba algo de comida que tenía.

—Gracias, señor.

—¿Es todo lo que tienes?–Roderick preguntó al momento que Elmont le dió a él.

—Las raciones disminuyeron con mis hombres–le contestó secamente y le dió también a Wicke.

Caminaron dejando atrás a Jack junto Regina que iban detrás de ellos, pero de inmediato el secuaz de Roderick quitó el cuchillo de Jack y lo apuntó con él en el cuello. Regina intentó sacar su cuchillo que le dieron pero de inmediato se lo quitó Roderick y le apuntó en el cuello con este.

—¿Dónde están los frijoles?

Preguntó Roderick aún con el cuchillo en el cuello de la chica, miraron al frente pero los demás seguían caminando. Regina estaba nerviosa por lo que esos sujetos podrían hacerles.

—¿Perdón?

—Hay tres hombres en Cloister que pueden hacer desaparecer a una persona. El alto condestable, el gran senecal...y el consejero en jefe del rey. Desafortunadamente para ustedes...soy las tres cosas–Wicke se reía con burla, Jack miró a su hermana nervioso y preocupado–. Vamos. ¡Vamos!–Jack no le quedó de otra que sacar de su pantalón la pequeña bolsa con los frijoles–. ¡Vamos!–al entregárselos el hombre volvió hablar–. Y no digan nada. O tú, está chiquilla y tú tío...

Wicke hizo un sonido con su mano, como si fueran a desaparecer, la chica tragó saliva por lo cruel eran esos sujetos. Soltaron a Jack y Regina, el secuaz del Lord mostró su mano con el cuchillo de Jack y lo soltó haciendo que el campesino lo tomara. Ambos los dejaron ahí y siguieron caminando.

—Me parece que tenemos nuevos enemigos–dijo con repugnancia Regina viéndolos alejándose.

—¿Estas bien?–la chica asintió pero seguía nerviosa.

—No se llevaron todos los frijoles–la castaña de su pequeño bolso que tenía abajo de la blusa sacó un frijol–, quédatelo–. Se lo entregó y su hermano le sonrió en agradecimiento. El chico sacó de su cuello un collar que al abrirlo había dos pequeños retratos de algo y ahí colocó el frijol–. Que te parece si traemos de vuelta a Roderick y a su bufón hasta que estén en la orilla de esto y les pateamos el culo para qué caigan hasta nuestra tierra–aconsejó Regina con una mirada diabólica. Jack solo negó divertido cerrando los ojos , tomó del brazo a su hermana y siguieron caminando. A veces su hermana le daba miedo.

𝑹𝒆𝒈𝒊𝒏𝒂 𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒛𝒂𝒈𝒊𝒈𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 Where stories live. Discover now