parte 5

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Las vacaciones estaban por comenzar ambos pensaban en la posibilidad de volver al pueblo a ver a sus familias, claro que ninguno pensó que el otro pensaría esa posibilidad, Yaguchi necesitaba aclarar su mente y purgarse de la universidad aunque sea un par de días, Tamura por su parte solo quería ver a su familia y a los amigos que había dejado atrás; con pensamientos positivos en sus mentes empezaron a empacar su ropa y preparar su viaje.
Un día antes de salir Ayame le escribió a Yui, lo invito a un bar a tomar unas cervezas para despedirse puesto que ella también se iría durante las vacaciones; esa misma noche se vieron en un pequeño y acogedor bar cerca de la universidad, tenia la cualidad de ajustarse al presupuesto de los universitarios por lo que era bastante frecuentado en días de clase, se sentaron en una mesa al fondo al lado de la pared, ella se había puesto un hermoso vestido con unos tacos pequeños y había invertido en manicura, pedicura, maquillaje y peinado para esa noche, esperaba que al menos le diera un cumplido, Tamura por su lado también estaba guapo aprovechando su físico, se vistió con colores que resaltaban sus ojos y cabello, entre la comida y la bebida la risa de los dos Yui perdió el control y termino borracho, Ayame lo sacó del bar y le daba agua para que le pasara un poco la ebriedad, pero él la arrinconó contra una pared la miro fijo
- te vestiste así para mi?- le dijo sosteniendo su mentón para poder mirarla a los ojos
-este...- fue lo único que pudo decir Ayame que sentía como la sangre hervía en su rostro, tenia la esperanza de que lo que le dijera no fuera producto solo del alcohol sino que hubiera comenzado a notarla de alguna forma; bajo el brillo de la luna contra esa fría pared Tamura se inclino hasta llegar a su rostro y la beso dulcemente, y luego se desmayo de la borrachera, él jamas pensó en las consecuencias que traería ese beso.
El alba entro por la ventana y tocando el rostro de Yui que se despertó sobresaltado sin saber donde estaba o como había llegado a donde estaba, la resaca le partía la cabeza y le dolía el estomago pero se sentó al borde de la cama y comenzó a mirar atentamente, era su departamento y estaba solo, en la mesita del centro de la habitación había una botellita de medicina para la resaca y una nota "me encanto nuestra noche, te veo después de las vacaciones" Tamura hizo un gran esfuerzo por recordar que había pasado solo pasaban fragmentos por su mente, se levanto de la cama y fue directamente a la ducha, al agua tibia recorría su cuerpo, ya tenia las maletas preparadas para irse hoy mismo, al final dejo de pensar en lo que podría haber pasado seguramente lo recordaría con el pasar del tiempo o ella misma se lo diria, salio de la ducha comió un destino rápido y se tomo la medicina tenia que llegar a la estación de trenes para por fin dejar el tumulto de la ciudad.
Por su lado Yaguchi había pasado la noche con un par de compañeros jugando naipes y bebiendo un poco, tratando de sacarse de la cabeza las ideas que lo confundían tanto, se levanto temprano con un leve dolor de cabeza por la bebida, pero tenia que llegar a la estación quería viajar si o si ese día, pensaba que el aire del pueblo despejaría sus dudas y lo haría centrarse en los estudios y en su futuro; a pesar que la estación estaba llena Tamura pudo ver de lejos la cabellera naranja de yacchan subiendo al vagón que estaba delante del suyo, quiso llegar al vagón pero una enorme cantidad de gente lo arrastró hacia adentro, tampoco se huso tanto problema estaría dos semanas en el mismo pueblo, tendría oportunidades de sobra para acercarse a él; paso el tiempo lentamente Mientras el tren avanzaba el paisaje de ciudad se suavizaba dejando paso a un paisaje agreste con casas bajas y caminos de tierra, así también la temperatura fue cambiando y el calor se hacia sentir el tren iba quedando vacío de a poco cuando llego a la última estación solo quedaban un par de personas, todos bajaron y fue en ese instante que yaguchi vio la cabellera celeste paso casi corriendo por delante de él, un grupo de personas lo esperaban y lo saludaban afectuosamente y se iban tranquilamente; yacchan avanzo lentamente con su cabeza llena de pensamientos confusos y sensaciones diferentes a las que no podía ponerles nombre, y en la puerta del la estación parte de su familia lo esperaba para recibirlo con los brazos abiertos.
Al final del día para los dos era claro que se iban a ver quisieran o no durante esas semanas; pasaron la noche con sus familias entre carcajadas y buena comida, durmieron plácidamente sin querer pensar en lo que pasaría en los días siguientes; la mañana llego sin problemas, Tamura desayuno se cambio de ropa y salió a caminar para respirar aire puro, camino sin rumbo fijo unos quince minutos hasta que vio un gran árbol al costado del camino y se sentó bajo su sombra, sin darse cuenta se quedo dormido; a los minutos llego yacchan que vio como dormía y sintió dentro de él que debía quedarse a su lado hasta que despertara, se sentó a su lado y por una extraña razón no podía dejar de mirarlo, estaba como hipnotizado por su rostro que parecía hecho de fina porcelana, el deseo de tocar su cabello se apodero de él, su mano se extendió y con mucha delicadeza se poso sobre su cabeza, era tan suave y fino que parecía tener vida propia; Tamura despertó de repente y vio la cara de  Yacchan frente a él con sus hermosos ojos fijos en su rostro y su mano en su cabeza, ambos se asombraron y yaguchi saco la mano rápidamente mientras su cara se ponía roja de vergüenza
-tenias un insecto y lo estaba sacando, eso es todo- la única excusa que se le ocurrió en ese momento
- gracias, me relaje demasiado y me quede dormido- dijo Tamura tratando de que no se notara su felicidad en la voz
-te quejaste que yo era irresponsable pero tu te quedas dormido a la par del camino- le retruco Yacchan mientras se levantaba y se quitaba el polvo del camino
- tienes razón, te invito un helado para disculparme- respondió Tamura con la leve esperanza que aceptara, Yacchan aceptó con la cabeza y ambos fueron caminando a la única tienda del pueblo disfrutando en secreto de la tregua tacita en la que estaban; luego de comprar fueron a una pequeña plaza y se sentaron a comer sin hablar entre si, no necesitaban hablar, sabían que lo disfrutaban y eso era todo lo que necesitaban saber por ahora. El atardecer cayo lentamente tiñendo de naranja todo a su alrededor, Tamura miro a Yacchan y pudo ver como se bañaba con los colores del atardecer y su piel y ojos resaltaban, sus mejillas le ardían ante esa visión
-creo que se hizo algo tarde y debería volver a casa- dijo Tamura levantándose de la banca
-tienes razón, seguro ya nos están esperando para cenar- respondió Yacchan también levantándose, ambos comenzaron a caminar en silencio y disfrutando de la caminata sin estar estresados y a la defensiva, como si la paz del pueblo afectara sus pensamientos y acciones para bien; al final del camino se despidieron y separaron deseando reencontrarse al  día siguiente y anhelando la próxima vez poder hablar y conocerse más.

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