Capítulo 10

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¿Era en serio?, infiernos, no tenía ni idea para dónde estaban yendo las cosas, hace una hora, ella era simplemente su secretaria, desde el primer momento que la tocó, no pensó en nada más que meterse dentro de ella, para después reflexionar sobre una aventura de oficina.

Ahora...lo que implicaba lo que había pasado explotaba frente a él, Serena no era una follada rápida, con lo hambriento que se sentía por ella todavía, podía pasar semanas, incluso meses , antes que tuviera suficiente, cuándo la vio despeinada y ruborizada se preguntó si alguna vez sería capaz de tener suficiente de ella.

-Tenez razón, hoy debe ser de nosotros- dijo acariciándole una mejilla

Aunque ese día debería ser de llenarla con tanto deseo, como ella había demostrado que lo deseaba a él.

Acerca de tener algo sentimental… nunca había imaginado querer algo así con nadie, excepto con Setsuna, pero no tener más a esa mujer abrumandolo, era liberador, podía seguir adelante y estar con otra persona.

Cuando Serena le sonrió, Darién no pudo resistirse, cubrió su boca con la suya, ella era suave en todas partes, y sus pechos para él, eran regalos de cielo, fuertes y firmes con pezones rosados, sus caderas llenaban sus manos.

El sexo había sido increíble, pero el deseo que él tenía por ella no era por ese motivo, al menos no del todo, a él sencillamente le gustaba y admiraba su ingenio, ambición y lealtad, su bondad siempre lo había empujado a ayudar y ser mejor.

-Mira, si preferis no hacerlo…- susurro Serena 

-No es eso, este fin de semana cuenta me di cuenta que quería a Setsuna por que era increiblemente hermosa y totalmente prohibida, la realidad es que era una gran actriz, quería culpar a los demás de sus problemas sin reconocer lo que sus propias acciones causaban, le gustaba que la cuidaran y se preocuparan por ella, más de lo que alguna vez ella lo hizo por alguien más-

-Aún así te preocupabas por ella- dijo Serena encogiendo los hombros, pero Darién pudo ver que le dolían decir esas palabras

-Yo quería ayudarla, pero creo que no podía dejarla ir mentalmente por que para mí todo con respecto a ella estaba enredado en decepción y culpa. Jodi profundamente la  amistad con Jedaite por estar con ella, y al final Setsuna salió corriendo sin decir una palabra, estaba enojado. Ella se fue dejándome que me hiciera cargo de todo, recoger mis pedazos, así que supuse que sí dolía tanto, tenía que estar enamorado-

-Tiene sentido- apoyó Serena alejándose 

Darién la agarro apretandola

-Pero ahora me di cuenta que no la respeto, así que nunca podría estar enamorado de ella...nunca. Pero te respeto tremendamente a vos, siempre lo hice-

Serena trató de reprimirla, pero la sonrisa esperanzadora de ella hizo algo en el corazón de Darién, cuándo ella se estiró para sacar del cajón una caja de preservativos, su corazón golpeó más todavía.

-Vos decís cuándo nena, hasta entonces no te voy a dejar salir de la cama-

-¿Me lo prometes?- preguntó ella con una sonrisa coqueta

-No sabes que día tenes por delante, pero estás a punto de descubrirlo...date vuelta- gruñó Darién

Sin duda ella aceptó, aunque estaba más que caliente y con ganas de estar dentro de ella otra vez, al ver que estaba más que dispuesta, se obligó a calmarse, tenía que asegurarse de que estaba lista.

Tomó uno de los preservativos y se puso sobre la espalda de Serena, apoyando la mayor parte de su peso sobre los codos, recorrió con los labios el cuello de la rubia, mordisqueando y lamiendo, disfrutado cada suspiró y estremecimiento que le arrancaba.

-Te vas a sentir tan bien nena, no puedo esperar a hacerte mía otra vez-

-Ahora- pidió Serena con voz temblorosa

-Pronto- 

Deslizó las manos hasta tomar sus pechos y juguetear con sus pezones, sintió cómo ella se estremeció, y se arqueo con su toque.

-Tu piel se está ruborizando, te ves tan bonita así…¿estás mojada para mí?- 

-Sí, deja de jugar- gimió Serena 

-¿Y que te folle?- preguntó jugando con ella

-Ahora- le exigió 

-Ponete sobre tus manos y rodillas- ordenó Darién

A medida que ella cumplia, el se inclino alrededor de su cuerpo para buscar algo en el cajón de la mesita que había visto, agarro el pequeño aparato amarillo y lo dejó fuera de la visión de Serena.

-Dios, sos tan hermosa nena, tan pequeña y delicada, pero tu cola...y estos pechos tuyos tan exuberantes…- dijo Darién acariciando los lugares que iba diciendo

-Darién, me estás matando- se quejó Serena 

El gemido de necesidad que soltó la rubia, sólo logró ponerlo más duro, rápidamente se puso el preservativo, y se alineó en su entrada entrando lentamente hacia el cielo, ¡maldita sea!, sus jadeos lo estaban volviendo más loco.

Apoyó la mano arriba de la de ella, entrelazando sus dedos, todo en ella lo hacía querer más, podía estar todo el día, la noche, y todavía moriría por hacerle el amor al día siguiente.

¡Infiernos!, ya era feliz al estar cerca de ella ¿alguna vez se había sentido así con cualquier otra mujer?.

Envolvió su brazo alrededor de la diminuta cintura de ella, tratando de ir lento, pero ir despacio lo estaba matando, hundió la cara en su cuello, ella olía a  especias, mujer, sexo.

-¡Más rápido!, ¡más fuerte!- gimió Serena

-Un momento nena- dijo él queriendo alargar el momento, pero con Serena le era imposible

Darién agarro el pequeño juguete de plástico que había ocultado, con una mano lo encendió, y después colocó el pequeño conejo vibrador justo sobre su clítoris.

Mientras ella se quedaba sin aliento por el placer, él se deslizó hasta el fondo dentro de ella, agarrando un ritmo implacable, con cada empuje que el pelinegro daba, ella tenía la necesidad de correrse.

-Eso es córrete para mí Serena...dejame sentirte-

Darién tiró el juguete, al sentir las paredes de la rubia apretando su pene, y cuando ella gritó su liberación, de alguna manera eso lo encendió aún más, eso había sido caliente, ella era caliente.

Se retiró de su cuerpo y la volteo de espalda a la cama, Serena apenas tuvo tiempo de parpadear,  antes de que el abriera sus piernas, se metiera entre ellas y se deslizara de nuevo.

Se dio cuenta que nada era suficiente, él quería ser el hombre que le diera más placer que ningún otro le haya dado, el que ella quisiera por encima de todos los demás, la persona que ella buscara cuándo riera o llorara… definitivamente quería ser el hombre en quién ella pensara cuándo se corriera, se comprometió en hacer todo lo necesario para ser ese hombre para ella.

Liberando su necesidad, la follo con movimientos largos y deliberados , golpeando sus puntos sensibles, no se detuvo hasta escucharla gritar de nuevo, el orgasmo fue tan poderoso que lo lanzó al borde de un torbellino de placer diferente a todo lo que jamás había sentido, gritó su nombre derramándose dentro de ella.

Minutos más tarde, se retiró de su cuerpo flácido, saciado, eliminó el preservativo y se acurruco alrededor de ella, inmediatamente la necesidad de estar dentro de ella de nuevo lo golpeó, no era puramente sexual.

Quería … conectar con ella en un nivel más profundo, consolidar su unión.

Darién frunció el ceño, siempre le había gustado Serena, la respetaba, pero lo que le pasaba en ese momento era nuevo para él, ¿que tan profundos eran sus sentimientos hacía ella?.

Amor Perverso🔥🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora