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El aire era denso, una leve ráfaga de viento entró por la ventana abierta.

Los días de junio se habían pasado tan lentos que sentía que ya estaba muriendo lentamente.

A través del espejo, podía ver su figura, descuidada. Nada de lo que alguna vez fue, tenía cicatrices y su mente también las tenía.

Sus manos subían como serpientes en acción por sus costados. Sus costillas las ralentizaban y cuando llegó a su rostro lo arañó con furia.

Descargó su enfado contra sus pómulos y frente. Gritando y maldiciendo. Sintiendo la furia a través de sus uñas con sus ojos fijos en el espejo. Quería ver como sufría.

Sus lágrimas eran rojizas, la mezcla de fluidos le motivaba a no detenerse. Pero lo acabó haciendo.

Se dirigió hacia la ventana y la cerró con cuidado. El ruido del tránsito pasó a estar acolchado. Se escuchaba como algo secundario. Tampoco le había estado presentando mucha atención.

La luna se reflejaba en la pared blanca, sin decoración. Tampoco tenía dinero ni ganas para llenarla. Así que la dejó como estaba, por más accesorios que tuviera no sería menos triste.

El rizado se tumbó en la cama mirando al techo. Una bombilla colgaba de un cable dando la sensación que caería en cualquier momento. 

¿Podría haber alguna posibilidad de que alguien se diera cuenta de su desaparición? ¿Alguien al que provocar cualquier tipo de sentimiento al enterarse de su muerte?

Pensó durante un largo tiempo, porque si había alguien, realmente quería saberlo antes de hacer algo que podría dañar a esa persona.

Harry siempre había pensado más en los otros que en él mismo. Pero ahora ya no había otros. Ya no había en quien pensar. Así que pensó en si mismo, y él solo quería desaparecer. Quería paz y no la iba a encontrar en este sitio.

Sus manos temblaban y estaba sudando. Aunque realmente tenía tanto frío, el ambiente se sentía húmedo y sus lágrimas lo estaban empeorando.

Así que se deslizó y se sentó en el suelo, abrazándose a sus piernas y apoyado en los pies de la cama. Cerró los ojos fuertemente aunque las lágrimas eran más inteligentes y conseguían salir de una forma u otra.

Miró a su lado, en el suelo. Una Glock 17 lo invitaba a una vida mejor. Lo invitaba a un pasaje prohibido al que deseaba entrar. Una comida mortal que probaría sin pensarlo.

Pasó su índice y su dedo corazón por la superficie del arma y se deleitó con el toque. La sostuvo en sus manos, las cuales se sentían pesadas, así que las dejó caer.

Su padre la tenía des de que recuerda tener memoria y la usaba en el jardín con gatos abandonados o latas de la despensa.

Pero por suerte o por desgracia su padre ya no estaba y su vida decaía. No solo por sentir la soledad en el verdadero sentido de la palabra. Si no por darse cuenta que no tuvo un pasado mejor, ni un objetivo al que aferrarse para superar sus días malos.

Simplemente tenía esa vida de mierda. La aceptaba o la denegaba. Y después de ser un cobarde durante veinte años de esta, decidió denegarla.

Colocó la pistola en su sien. Su mano temblaba tanto que se estaba haciendo daño en la piel de darse golpecitos. Sus ojos cerrados con fuerza.

Lo iba hacer. Necesitaba hacerlo. Después de tanto tiempo, conocería algo nuevo. Quizás peor, pero no creía eso posible.

Su índice viajó por la longitud de el arma hasta posarse en el gatillo. Suspiró y dejó su mente en blanco. No podría arrepentirse en el último momento. No podría y si lo hiciese estaría equivocado.

Y entonces apretó, lo hizo fuertemente, con todo su ánimo y por un momento se quedó en blanco.

En ese blanco en el que el destino está en duda y solo tus días pasados podrían influir en las decisiones que la vida tomará para dirigirte en un lugar peor, o mejor.

Pero entonces se sintió levitar, levitar y descender al mismo tiempo. Sintió viajar y perderse pero a la vez encontrar su lugar. Sintió suavidad y dureza desgarradora. Quiso gritar pero no se oía nada, no oía nada.

Sus brazos subieron solos hacia su cabeza y de golpe cayó con fuerza en lo que parecía ser césped. Se sentía acolchado pero aún así fue un fuerte golpe.

Soltó un leve quejido de dolor y por fin abrió los ojos. No lucía como la muerte, como el infierno. Ni si quiera parecía el cielo.

Era simplemente un pueblo; verde, floral y llenó de casas, muy rural. Las casas eran altas pero no había edificios. Habían colores anaranjados y las casas se interponían entre ellas, haciendo que los balcones de cada una se juntaran con la de delante.

Las calles eran estrechas pero no las podía ver muy bien. Había caído en las afueras. Espera. ¿Caído? ¿De donde?

Se frotó la cabeza y frunció el ceño. Necesitaba explicaciones, no se suponía que algo así iba a suceder. Aunque aún no estaba muy seguro que de verdad hubiera sucedido.

No sabía que había sucedido en realidad, pero podía escuchar una leve música clásica. Procedía del interior del pueblo. La escuchaba de forma baja porque un fuerte pitido lo nublaba.

Notó unos pasos detrás suyo, haciendo crujir el césped. Se giró apoyándose en sus codos para incorporarse.

Entonces vio a un chico muy decidido y también lindo. Sí, seguramente diría eso si le preguntaran la primera impresión. Aunque al ver su sonrisa llena, la primera sincera que vio en mucho tiempo, quiso denominarlo como alguien alegre.

-Bienvenido a Naister, Harry. Espero que disfrutes de tu estancia más de lo que disfrutaste la pasada.

Su voz era aguda y suave. Sus ojos azules, aunque no los podía ver bien porque los estrechaba con su sonrisa. Pequeñas arruguitas se formaban en sus costados al hacerlo. Sus labios finos formaban la mejor y única sonrisa que había visto en el pasado año, por lo menos. Su cabello lacio y castaño estaba despeinado.

El chico, seguramente un ángel o una creación de su sueño, se acercó a él cuidadosamente, tratando de no asustarlo.

Entonces le ofreció su mano con su sonrisa intacta y la cabeza ladeada.

heyy

buenos días aquí estoy con un fanfic nuevo y pues me gustaría una primera impresión. opinión del primer cap?

no se si tendrá futuro, la verdad es que ni si quiera se si más de dos personas leerán esto pero espero de corazón que os guste

la portada la hice después de pensarlo durante treinta años, os gusta?

all the love xx C

TPWK

NaisterWhere stories live. Discover now