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𝙌𝙐𝙀𝙍𝙄𝘿𝙊 𝙍𝙊𝘾𝙆 𝙇𝙀𝙀
Es extraño escribirle una carta a alguien que se hallaba contigo hace un momento. Eres una persona imprudente, un cabezota y un tonto que hace lo que deba hacer con tal de conseguir su objetivo.
Si tuviera que describir nuestra amistad con un color sería el verde marino, raro y inusual, tal como nosotros. Es un color que representa la magia, un color que representa la confianza, la aventura y la pureza. Pero, todo lo bueno también tiene su lado malo.
El verde marino es un color que representa el egoísmo y la exclusion. Lamento haber sido egoísta contigo. Te habías enamorado, tú primer amor verdadero, y yo no fui capaz de alegrarme por eso. ¿Pero qué podía esperar? ¿Qué te enamoraras de mi? Como si eso fuera posible cuando enfrente tuyo tienes a esa pelirosa, quien te acelera el corazón y te llena de alegría tan solo con su presencia.
Lamento haberte excluido. Sinceramente no podía estar contigo pues me dañaba saber que no era lo que tú querías, no era quien tú querías, así que decidí dejarte ir. Fue un error, pues jamás lo hubiera hecho sabiendo que esto pasaría.
Lee, si alguna palabra te describe a la perfección, es la palabra rareza, pero no lo tomes a mal, pues lo raro es extraordinario y único, mientras que lo normal es sencillo y aburrido.
Debo irme, supongo que después entenderás a lo que me refiero, pero antes, prométeme una cosa. Prométeme que no cambiarás tu rareza, Rock Lee, pues es lo que te hace diferente, y sobre todo, es mi parte favorita sobre ti.
Sayonara, Lee.
—Te quiere, Sora Kimura.
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¡Hola lector@s! Espero que tengan un buen día. Al fin, si, al fin empezaré con esta historia después de meses. Déjenme saber si quieren que actualice, pues con cada voto y comentario me animan a seguir y actualizar más rápido. ¡L@s amo!
