Me dejo

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Meses después

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Meses después

Maximus

Me acomode el corbatín y me mire fijamente al espejo. La verdad era que no estaba de ánimos para fiestas. Luego del fatídico baile de otoño, lo último que quería era asistir nuevamente a uno, pero mi hermana insistió y me había dicho que parte del cambio era que saliera de mi burbuja de mierda. Tomé una larga respiración y decidí que ya era hora. Esta vez no había invitado a nadie al baile, porque solo existía una persona a la que hubiese querido llevar de la mano aquella noche.

—Oh Dios, estás tan hermoso—comentó mi madre con lágrimas en los ojos y me sentí un poco incómodo, aunque trate de no mostrarlo.

La relación con mi familia había mejorado, comenzaba a entender que al final ellos eran lo que estarían siempre para ti y parte de avanzar era llevarme bien con ellos. Después de la muerte de mi hermana pensé que ya nada tenía sentido e incluso muchas veces me pregunte porque seguía vivo y la respuesta la había tenido todo este tiempo frente a mis ojos. Maxi lo hubiese querido así, yo no debía separarme de mi familia, tenía que estar más unida a ella cada día.

—Al fin me graduare—pero al pronunciar aquellas palabras no sentí tanto entusiasmo como pensé que sentiría, más bien fue algo de temor.

—Ya pronto serás un chico universitario—dijo mi hermana con picardía—lástima que estoy tan avanzada, no podré acompañarte a las fiestas alocadas.

Papá y mamá la miraron con desconfianza, yo simplemente ignoré sus palabras.

—Ya me tengo que ir—mi madre se acercó a mí y dejo un beso sobre mi mejilla.

—Diviértete esta noche Maximus, te lo mereces—le regale una sonrisa y permití que me tomara una foto. Realmente muchas cosas habían cambiado en mi vida y todo había sido para bien.

***

Una fina llovizna había comenzado a caer y en el justo momento en que aparque mi camioneta en aquel estacionamiento me arrepentí de haber ido. Solo una cosa me impulsaba a entrar y era el saber que podía contemplar a Dolly aunque fuese de lejos. Había decidido que lo mejor era aceptar su decisión, quizás todavía no era nuestro tiempo. Éramos dos mitades rotas que algún día tenía la esperanza de que se volvieran a unir.

Jordán toco mi ventanilla sacándome de mis pensamientos y allí supe que era tarde para escapar. Le hice un gesto con la mano para que me diera un momento y este corrió al interior del edificio tratando de no empaparse, pero lo vi detenerse frente a la entrada principal, sabía que me estaba esperando. Por mucho tiempo lo trate a él y a Slader de manera irrespetuosa, pero siempre me demostraron lealtad, tipos como ellos sabía que nunca encontraría en la vida, lamentaba darme cuenta hasta ahora que nuestros caminos tomaron rumbos distintos. Corrí también para no mojarme y los dos entramos juntos como dos llaneros solitarios aquella fiesta.

—Me siento muy feliz—lo mire confundido—Entrare al baile con el chico más caliente de la escuela—dijo imitando la voz de una chica, no pude evitar soltar una carcajada.

Las luces me deslumbraron en cuanto entramos aquel salón. Todos ya se encontraban con sus grupos de amigos sentados en alguna mesa y otros bailaban en la pista a ritmo de música de los 90's. Busque por todos lados, pero solo pude ver a Sara en la distancia. Dolly no estaba por ninguna parte. Pero podría encontrarse en cualquier lugar y me aferraba aquella esperanza. Porque la extrañaba y mucho.

—Iré por una bebida ¿quieres una?—asentí mientras Jordán se alejaba y decidí en aquel momento acercarme a Sara.

—Por todos los adonis que ven mis ojos—miré a Austin con poca sutileza y este aparto rápidamente sus ojos de mí.

—Pensé que Dolly vendría contigo—Sara me tomo por el brazo y me arrastró lejos del bullicio. Tuve un mal presentimiento y miré un segundo por la ventana sin entender porque, solo pude darme cuenta de que la lluvia se había intensificado como presagiando lo que se avecinaba.

—No podía llover otro día—Se quejó Sara con fastidio y nos detuvimos en medio de aquel pasillo—Me dijo que te la diera—dijo mientras sacaba un pequeño sobre de su bolso.

— ¿Dónde está? —pregunté con ansiedad.

—Volvió a casa Maximus, ese era el trato que tenía con su madre solo debía terminar la escuela aquí y luego podría volver—Y al final lo hizo. Dolly me dejo.

— ¿Estará por lo menos en la ceremonia de graduación?—pregunté sosteniendo entre mis dedos una pequeña esperanza, pero Sara negó con la cabeza provocando que se escapara.

Miré el sobre que me había entregado y ante de perderse nuevamente en el interior del salón colocó la mano sobre mi hombro como una muestra de consuelo. Y es que Sara a pesar de todo quería a su prima, quizás en algún momento su lado egoísta quiso imponerse, pero se dio cuenta rápidamente de su error y se quedó junto a ella. Porque las unía mucho más que un simple parentesco. Sara había estado junto a Dolly en el momento más oscuro de su vida.

Sabía que no iba a poder disfrutar aquella fiesta, así que metí la carta en el bolsillo de la chaqueta y corrí a mi camioneta. La lluvia era intensa y tuve que sacudirme el agua del cabello para no empapar mucho más mi camisa. Saque el sobre y por un segundo pero me dio demasiado miedo y es que tenía que admitirlo, era la primera vez que me había enamorado y me encontraba destrozado. Por primera vez alguien se había adueñado de mis latidos y no quería sentirme abandonado. Así que puse de nuevo el sobre sin abrir dentro de mi chaqueta y emprendí el camino de regreso a casa.

El mismo cielo✅Where stories live. Discover now