𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐊𝐮𝐫𝐨𝐬𝐡𝐢𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢

¯°·..• Ciel Phantomhive. •..·°¯

*Créditos de la imagen a su respectivo autor.*

Ciel (Falso)

Especial Febrero.

Viaje en el tiempo.

Ambos prometidos se encontraban tomando el té que el mayordomo del conde había llevado hacía apenas un par de escasos minutos. Generalmente les agradaba tomar el té teniendo alguna pequeña platica sobre algún asunto por más ordinario que fuera, pero ahora parecía ser que eso no estaba en sus planes. El conde Phantomhive últimamente se ocupaba bastante en sus asuntos, llenándose del trabajo que la Reina pedía se mantuviera al tanto o quizá sobre alguna de las empresas que el joven de parche llevaba.

No era un conde precisamente desocupado y eso, su prometida lo sabía.

Pero aún así, siempre trataba de alivianar la carga del joven conde, aunque después terminará ligeramente más estresado que de costumbre al no poder concentrarse en sus trabajos. Pero no era porque ella le causara ese desagrado, era más bien porque estaba tan enamorado de la chica de cabello ____ que una vez que la veía era difícil poder volver a concentrarse sin pensar un solo momento en alguna de las muchas cosas buenas que ella tenía.

Sin embargo, por más que se amaran, ese día no se veía prometedor.

—Ciel, ¿sabes? Supe de un caso en las calles de Londres. Me sorprende que la Reina aún no te diga sobre él.

Ciel miró a su prometida antes de darle un sorbo al té y bajar la taza.

— ¿De qué se trata?

—Escuché que hablaban acerca de desapariciones de niños. La gente cree que se debe a alguna cosa cruel organizada por una misma persona.

Ciel se tensó un momento en su asiento. No le gustaban ese tipo de casos, eran recuerdos amargos y dolorosos.

—Sinceramente, creo que deberías revisar sobre eso. Quizá podemos hacer algo ¿no crees? — Siguió hablando la chica. — Estoy segura de que la Reina-

—No podemos meternos en esos asuntos, ____. — Interrumpió el del parche.

La mencionada miró a su prometido fijamente, muchas veces era consciente de que Ciel se comportaba de ese modo y solía confundirlo con enojo por parte del conde. El ambiente quedó en silencio durante algunos momentos, eso hasta que Ciel suspiró un poco cansado, le hacía falta dormir.

—Iré arriba. —Anunció el conde, levantándose de su asiento para, tal como dijo, retirarse y subir a su estudio, donde lo esperaban más ocupaciones.

La chica se quedó ahí sentada, pensando en si acaso algo había dicho mal. Ella no comprendía la situación, pensaba que había hecho enojar a su amado Ciel en algún momento de la conversación y eso lo había llevado a retirarse sin ella. El conde era algo difícil de comprender la mayoría del tiempo. ¿Acaso le había molestado el tema de la noticia que escuchó? ¡Pero si no había nada de malo en ello! ¿O lo había? Era una tontería.

Ella se levantó de su asiento y camino fuera de la mansión, en dirección a los jardines. A veces sentía que Ciel podía ser bastante cortante, frío y quizá solo pensaba en él. Sin embargo, ella había podido mirar repetidas veces a un Ciel atemorizado por su pasado, un conde que necesitaba apoyo pero no le dejaba ayudarlo como le gustaría. Ella no comprendía al conde, cuanto daría por poder hacerlo.

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Al anochecer, la chica estaba por fin dormida sobre la amplia cama que Ciel permitía que usara cuando ella se quedaba en su mansión a pasar la noche. Obviamente, no dormían juntos. Si bien eran prometidos, era mal visto que se unieran en una misma habitación siendo que aún no se unían en algo mucho más formal como lo era el matrimonio. La joven dormía tranquilamente, pero sus sueños de pronto se volvieron... extraños.