Poemas sobre la dualidad del alma y la complejidad caótica de la existencia, poemas sobre la belleza de las rosas de la vida y el dolor que causan sus espinas, de los sacrificios que hacemos para alcanzar las rosas que no son más que sacrificios est...
Se acabaron los sanos jazmines de miércoles, quedan las violetas dominicales, hay orquídeas y rosas pero no pueden otorgarme sino las espinas y los espolones.
Admítelo: Era un día atravesado para recoger flores, pero te gustaba un poco de dificultad hasta que percibiste más sinsabores. Desanima recoger violetas en domingo, tan reflexivas y pasivas. Los jazmines desbordaban la lírica de su aroma hasta la nueva caída de otra Roma.
Admítelo: Los imperios son efímeros, y más los del alma que se sostienen por danzantes hilos neuronales. Esa dinámica odia tus imperios, perdiste esta conquista.
Admítelo: Era un día atravesado para adornar la ciudad del ego. Te debes marchar. Sólo me has dado orquídeas marchitas, espinas de rosas, jazmines de miércoles. Y me he quedado con las violetas dominicales cuyos pétalos no miran con firmeza, dudan en esparcir su aroma esas tristes violetas. Te quedaste con la mejor parte del jardín
Odio los miércoles, a veces quisiera sacarlos, colgarlos y secarlos al sol. Llueven mucho mis ojos los miércoles dejando charcos resbaladizos. Odio los miércoles: a veces quisiera eliminar la melodía de esos jazmines, pero tú que a tanto te atreviste, cosiste esas flores a mis venas. Odio los miércoles: son las notas negras del piano en las tardes lluviosas, son tu voz convertida en lo que más quiero oír.
Odio los miércoles, pero amo los jazmines, y no poseo otra partícula de ti.
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