Capítulo 13: Confesiones

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Un fuerte ruido detrás suyo hizo sobresaltar a Hinata. Rápidamente se dio la vuelta para ver que había pasado. La verdad es que no puede comprender como no se desmayó en ese mismo instante al poder ver al azabache en la puerta.

Podía notar la cara de horror al verlo. Sus ojos bien abiertos, su piel pálida y el cuerpo temblando. Aunque sabía que él mismo se encontraba igual o peor.

El peli naranja deseaba desaparecer en ese mismo instante.

- ¿¡Q-qué hace acá!?- pensó desesperado.

No sabía que decir. Ninguna palabra coherente quería salir de su boca.

- ¿Qué mierda hiciste...?- dijo Kageyama con la vos quebrada.

No podía creer lo que estaba pasando.

Había visto cada uno de los profundos y dolorosos cortes que se encontraban en todo el cuerpo de Hinata.

El pequeño todavía seguía en el suelo frío, después de la caída que había tenido, observando fijamente al azabache, sintiendo como poco a poco sus ojos se humedecían.

- Ka...geya, y-yo - respondió con un pequeño hilo de voz.

Su cuerpo no paraba de temblar. Tenía mucho miedo.

- ¿¡Qué te hiciste!?- dijo más fuerte al no recibir ninguna respuesta.

Kageyama también estaba desesperado y sin saber que hacer. Estaba horrorizado al ver el cuerpo de su amigo en ese estado.

El peli naranja se volvió a sobresaltar al escuchar su grito. Su respiración se volvió agitada, haciéndolo jadear.

Miró hacia al costado, se levantó y se puso rápidamente la remera que tenía en su bolso. Sus lágrimas estaban comenzado a caer de sus ojos.

- "Mierda..."-.

Hinata se dirigió a la puerta con el objetivo de escapar de ahí.

- ¡O-oye!, ¡No te vayas!, ¿¡Qué hiciste!?- gritó el azabache preocupado mientras lo agarró de uno de sus brazos para evitar que se fuera.

- ¡Dejáme!- gritó el peli naranja, para luego empezar a forcejear.

No conseguía liberar su brazo del fuerte agarre del más alto. Entonces, lo golpeó en el estómago logrando que lo soltara y salió corriendo de ahí.

- ¡Agh!- se quejó por el dolor - ¡Hinata!- empezó a correr también para perseguirlo, ignorando el reciente golpe.
 


Hinata salió de la escuela. Iba corriendo sin rumbo por las calles, intentando escapar, mientras Kageyama lo perseguía. Era difícil lograrlo, ya que cada paso era como una apuñalada en su cuerpo, pero lo único en que podía pensar ahora era en escapar.

El azabache intentó correr tan rápido como pudo para poder alcanzarlo, hasta que el mundo lo odio nuevamente, haciendo que de la nada aparezca un grupo de personas en su camino, evitando que pueda ver al peli naranja. Empujó a la gente entre la multitud, haciendo que algunos se quejaran, pero él simplemente les hacia caso nulo.

Derecha. Izquierda. Al frente. Atrás. Otra vez a la derecha.

Empezó a mirar en todas direcciones. No lo veía por ningún lado. Se estaba desesperando y su respiración comenzó a agitarse. Estaba entrando en pánico. No podía pensar claramente.

Cerró los ojos y contó hasta diez para poder tranquilizarse. Al abrirlos, decidió revisar por esa zona, en dirección hacia la casa de Hinata, ya que pensaba que ese podría ser el lugar al que se dirigía.

Aʏᴜ́ᴅᴀᴍᴇ... | KᴀɢᴇʜɪɴᴀWhere stories live. Discover now