Capitulo 41-Un chico asqueroso

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El líder, al escuchar las intenciones de Errante, mostraba una expresión incrédula. Las intenciones que tenía Errante eran cada vez más confusas y distantes, intentar entenderlas parecía una perdida de tiempo. Todo, desde el principio hasta el final, parecía ser meticulosamente orquestado por el joven de mirada desinteresada y actitud despreocupada.

Eso, para todos lo que presenciaban su existencia, era una señal que sacaba sus instintos a relucir, los cuales susurraban “No bajes la guardia, él es más peligroso de lo que parece”  una mera conversación simple, era llanamente imposible.


-… ¿D~De que quieres conversar?

Forzando su mente a procesar lo más que podía la situación, el líder sudo por su mejilla. Hablo con nerviosismo y dudas, pero con cierta firmeza y determinación en su mirada.

No estaba dispuesto a seguir perdiendo su dignidad, debía mantenerse firme en está “Conversación” ya que al fin y al cabo, él es el adulto quien se supone tiene mayor experiencia en temas políticos y de importancia.

Su mente sin embargo, sabía que eso era un engaño, una mentira  para convencerse de que tenía una oportunidad de hablar como un igual con Errante en lugar de rebajarse a seguirle el ritmo a su obra.

Sus dos subordinados, miraban en silencio sujetando sus extremidades dislocadas como un intento de soportar el dolor. Ellos sabían que ya no tenían relevancia, ahora era solo un enfrentamiento verbal entre el líder y Errante.

-Hm-hm~… La verdad es que solo quiero entender unas cuantas cosas sobre los nobles, clanes, razas, cultura y ese tipo de cosas. Ya sabes, yo soy un extranjero así que… parece que no lo imaginaban…

Distraídamente, como si no lo hubiera pensado antes de decirlo, Errante dejo en claro que él no era del Reino espíritual y que por lo tanto habían varios aspectos que desconocía, los cuales contó con sus dedos a su vez que los mencionaba despreocupadamente.

Lo menciono con tanta naturalidad, que parecía que en este punto él ya había dejado de lado el plan “ocultar que soy un extranjero” el cual se había propuesto cuando llego al reino…

Bueno, eso había que tomarlo con pinzas, pues Errante nunca se planteó seguirlo con seriedad. De haberlo hecho, se habría informado sobre cuáles eran nombres comunes y vestimentas apropiadas dentro del Reino.

Lo cual nunca hizo, solo se creó una idea gracias a las personas que fue conociendo, pero no utilizo ese conocimiento para nada relacionado a su identidad.

Ante esa declaración tan repentina, el grupo temporalmente de tres miembros contando a su líder, reaccionó tan confundido que sus rostros quedaron completamente inexpresivos, incapaces de asimilar lo que sus oídos oyeron.

El único con una “Expresión” era el líder, quien abrió sus ojos y su boca con un murmullo “¿Q~Qu?” pronuncio el líder como un quejido que se le escapó.

(¿N~No está hablando enserio, verdad?)

Todas sus suposiciones y pensamientos acerca de la existencia llamada “Errante” quedaron en total desconcierto.

Si era un discípulo del rey que fue ocultado para finés de espionaje o sabotaje, si era un joven nacido del racismo y odio entre las razas del reino, y que ahora había decidido aparecer para vengarse, todo eso fue completamente nublado con la simple palabra “Extranjero”


“Bueno… esto es incómodo. ¿Líder, de verdad no te diste cuenta que soy extranjero? Digo, mi ropa me delata fácilmente ¿No?.

Ante el silencio incómodo del grupo, Errante continúo con su actitud despreocupada y distraída. Señalándose a si mismo completo, la pregunta “¿Cómo no se dieron cuenta?” salía de la expresión incrédula de Errante.

Un pantalón de estilo militar, claramente único en este reino, vendas que cubrían sus muñecas hasta casi llegar a sus codos, algo que nadie usaría normalmente en el reino, un pañuelo harapiento que usaba para amarrar su largo y despeinado cabello negro; un estilo que nadie en el reino con un poco de decencia por el cuidado personal se atrevería a tener.

Dejando de lado lo demás que si era más parecido a las prendas usadas en el Reino espiritual, uno podía llegar fácilmente a la conclusión de que Errante era extranjero.

De hecho, Errante estaba genuinamente sorprendido de que no pensaran que es un extranjero.

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