#7

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°Funshine°

Era domingo, el día donde solo me dedicaba a relajarme y olvidarme de mis problemas. Era algo tarde y, mientras más tiempo pasaba, el aburrimiento aumentaba mucho.

F- ¡Aaahhhgg! ¡Qué aburrido!

Decidí preparar algo de comer. Mientras buscaba algo de comida, tocaron la puerta. Era extraño que alguien me buscara, pero de todos modos abrí la puerta.

Al abrir, vi a Grumpy muy despeinado y con ojeras, como si no hubiera dormido nunca. También estaba cubierto de algo que parecía aceite de su taller. Detrás de él estaba Tuercas, con los brazos cruzados, enojado y manchado de aceite.

F- Mmm... Hola... no pensaba verlos tan pronto...

G- Pues como vi que ayer te llevaste muy bien con Tuercas, quería pedirte que lo cuidaras solo por hoy...

F- Supongo que está bien, pero ¿por qué? Tú nunca dejas que nadie se le acerque ni toque a Tuercas y ahora me pides que lo cuide.

G- Verás, digamos que algo le pasa a Tuercas. Ha estado muy enojado, molesto, no para de llorar y gritar. Casi destruye mi taller.

F- Oh... supongo que lo puedo cuidar.

T- Yo no quiedo...

Vi cómo Tuercas me miraba como si quisiera matarme. Grumpy lo regañó por algunos minutos y después se fue, dejándome solo con el pequeño.

F- ¿Quieres pasar? Estaba preparando algo para comer.

T- Como sea, no me importa.

Él pasó y se sentó en mi sala. No se veía tan feliz como siempre y llevaba una sudadera que le había visto antes a Grumpy y le quedaba algo grande. Era obvio que no era de él.

F- ¿Puedo saber por qué Grumpy te corrió de su casa?

T- Eso no te incumbe.

Él hizo un puchero mientras abrazaba sus piernas. Se veía algo triste.

Me senté a su lado y le acaricié la cabeza.

F- Sabes, puedes confiar en mí. Ayer nos divertimos mucho, ¿no lo crees?

T- Supongo que sí... pero aún así no quiedo hablad...

Busqué un chocolate y regresé con él.

F- Mmm... ¿quieres chocolate, pequeño?

Él me miró con una sonrisa y asintió con la cabeza.

F- Te lo daré si me dices qué pasa.

Lo pensó por unos segundos y volvió a asentir. Le di el chocolate y él empezó a comerlo.

T- ¡Es todo tu culpa!

Se cruzó de brazos, enojado.

T- Ayed llamaste a Grumpy y se olvidó de mí. Ni siquieda me dijo buenas noches. Siempe me lee un cuento, pego lo llamaste y se olvidó pod completo.

No sabía qué decir, solo me quedé callado.

T- Toda la mañana estuvo hablando de ti. Tengo miedo de que te quieda más a ti y se olvide de mí. Cada vez que decía algo de ti, intentaba calladlo destuyendo algo o gitando. Ya me cansé de que le impotes más tú que yo.

Solo me pude sonrojar. ¿De verdad hablaba tanto de mí Grumpy?

llamadas a diario  (Funshine X Grumpy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora