II

4.5K 920 220
                                    

Ya vestida con tu ropa de trabajo, saludabas al Señor Papá y tomaban ese tal mate juntos.

—¿Venís temprano hoy?

—Sí. Hoy salgo alrededor de las dos de la tarde de la estación de servicio. Comprá algo dulce para la merienda.

El Señor Papá asentía sonriendo. Hace mucho que no le dejabas ir a trabajar porque, según vos, le dolía hacer esfuerzo por un accidente...

Yo digo que el Señor Papá es otro flojo.

No solo no me dabas atención a lo que te decía, sino que ignorabas mis palabras y te dedicabas a despedirte.

—¡Ningún esclavo mío debe ignorarme! —Enojado moviendo mi cola me di media vuelta para ignorarte también.

Para mi mala suerte me levantaste como un cachorro humano y comenzaste a besuquearme el rostro.

—¡Qué asco, Karen! ¡Me estás ensuciando! —Te grité poniendo resistencia.

—Chau, Michi. Te quiero mucho —dijiste y te reíste de mí.

Puff. Lo que digas.

 Lo que digas

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.
Karen salía en las mañanas • [Libro Ilustrado] (Disponible en AMAZON)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora