Los ojos del corazón

This is the way

One shot dedicado a quienes comparten conmigo el amor por este ship.
Mjoi25, bebemiau y Orelloalqua

Sorgan 9 DBY.

Omera veía con los ojos húmedos por las lágrimas la destrucción que los salteadores habían dejado a su paso, otra vez.

Habían llegado por la noche y afortunadamente les había dado tiempo de esconderse en el bosque. Solo habían buscado bienes materiales que llevarse, pero al no encontrar nada de valor para ellos habían destruido casi todo.

—¿Que vamos a hacer? —Caben estaba junto a ella con algunas cosas inservibles en las manos.

—No sí, si tan solo...

—¿Mando? —Sotke se acercó también, pero Omera se negó.

—No —respondió Omera con tristeza —. No sabemos dónde podrá estar, además no tenemos créditos para pagarle.

—Podríamos solo pedirle ayuda, la vez pasada él no se quedó con los créditos, se los entregó todos a su compañera.

—Eso es verdad Omera —Caben secundó a Stoke —. Deberíamos tratar por lo menos contactarlo.

—¿Ustedes creen que aceptará ayudarnos de nuevo?

—No perdemos nada con intentarlo.

—Está bien, pero si él no viene, tendremos que defendernos nosotros mismos, no podemos seguir huyendo de los problemas y depender siempre de alguien más.

Aunque muy en el fondo Omera deseaba volver a ver al solitario hombre que se había hecho un lugar en su corazón.

Después de despedirse de Grogu, Din Djarin se puso de nuevo su casco, no solo para ocultar su rostro, también quería ocultar su tristeza, pero, aun así, hasta la dura Bo-Katan y todos los que estaban ahí, se dieron cuenta de lo duro que fue para él despedirse del pequeño.

Un silencio pesado se hizo presente, nadie se atrevía a decir nada hasta que él se dio la vuelta con el sable oscuro en la mano.

—¿Que va a pasar ahora? —preguntó a Bo-Katan —no tengo intenciones de luchar contigo.

—No sé —respondió ella —. Esto no estaba contemplado en los planes.

—¿Por qué no solo aceptas el sable y nos olvidamos de todo?

—No funciona así, Mando.

—¿Y entonces? Tienes a tu prisionero, toma el sable y olvidemos esto.

—No, por el momento tú eres el legítimo heredero al trono de Mandalor.

—¡Pero no quiero serlo!

Habían pasado algunos meses después de esa discusión y Mando aún no se explicaba cómo era que había terminado siendo el portador del sable oscuro, era una responsabilidad que no quería, con gusto cambiaría todo lo que al parecer ahora era, no quería un trono, quería volver a ver a su hijo.

Dejó de pensar en eso cuando llegó al lugar donde le habían dicho podía conseguir una nave nueva, la necesitaba si quería volver a su trabajo, necesitaba estar ocupado para no pensar. Unos minutos después, Din Djarin observaba el Razor Crest con ojo crítico, el vendedor no podía ver su expresión, pero sentía que estaba por perder un cliente y aunque no le convenía le hizo una oferta más tentadora bajando unos cuantos créditos al precio inicial de la nave.