Capitulo 22

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-          Tu padre y yo hemos decido mudarnos, ¿Sabes? – no me entero de lo que mi madre me está diciendo, simplemente camino cogida de su brazo por el patio del recreo, ya desierto. – cuando acabe tu año en este sitio… - ¿un año? ¿se creen de verdad que van a lograr mantenerme en este infierno un año? Están locos. – iremos a una nueva ciudad, le han hecho una oferta muy buena a papa… ya sabes, con lo inteligente que es – su sonrisa cálida me transmite dulzura y tranquilidad.

No puedo creer que aun exista una vida normal como la que yo llevaba antes, pero es como si la sola idea de volver a vivir con mis padres me diera nauseas, porque sería como mentirles todos los días y mentirme a mí misma.

Pensaba que todo eso se había esfumado para siempre.

Pero aquí está otra vez, la imagen de mi madre haciéndome el desayuno por las mañanas, me ofrecen eso de nuevo, que era lo que más añoraba y yo lo rechazo como si casi me diera asco.

Supongo que soy una mala hija.

-          ¿Qué tal está Adam? – pregunto sin demasiado entusiasmo. Él es mi hermano, tiene ya 30 años y una carrera brillante, si, puede que tenga envidia de que él fuera el niño listo, pero desde pequeños nos hemos llevado mal.

Mi madre hace una mueca.

-          No hemos tenido noticias de él – dice cabizbaja, lo que más me duele de que cortara su relación con nosotros fue lo mal que lo pasaron mis padres, hace cinco años que no sabemos nada de él, no sé porque se me paso por la cabeza que en un mes podría haber repentinamente llamado.

Abrazo  a mi madre, y ella a pesar de su expresión triste sonríe.

Mi padre no está, seguramente ahora el cabrito de mi tío estará contándole alguna otra mentira como que estoy embarazada y que voy a tener mini tigres en lugar de bebes y que sería mejor sacrificarme para que no sufriera.

 Si, lo sé, exagero demasiado.

Ella de repente para, y vuelvo a mirarla tan fijamente como siempre he hecho, admirando su  belleza y queriendo quedarme con ella para siempre. Cañas ya recorren su pelo y con orgullo veo que no se lo tiñe, incluso con su pelo mas pelirrojo que el mio, las canas destacan como buques de la armada en medio de un mar en calma.

-          Te veo mas guapa, hija – sonríe y me aprieta los hombros con suavidad – será por el amor…

Me sonrojo al instante.

-          Eh… eh... – momento incomodo. - ¿que dices? - rio molesta tratando de disimular.

-          ¿Quién era ese chico tan apuesto de antes? – pregunta refiriéndose a Dan.

Mama maruja vuelve a la acción.

-          ¡¿No será tu novio?! – exclama de repente al ver mi cara atomatada, llevándose las manos a la boca por la sorpresa.

-          ¡No!

¿O sí? No digo que no tengamos algo, pero no le he preguntado como las pequeñas parejitas si somos ‘’novios’’ pero algo en mi mente sabe que es mas que eso, no hace falta ponerle nombre a algo que sabemos que existe y que nunca se va a ir.

-          Bueno puede que si – susurro en voz baja.

-          ¡Hey! – un grito se oye en la puerta del edificio, las dos miramos hacia allí, y vemos a mi padre agitando los brazos – ¡Tenemos que irnos! – alarga las palabras para que le oigamos.

-          ¡Qué emocionante! – dice mi madre alegre, sonrió ante su entusiasmo.

Me abraza y me besa la mejilla.

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