04. si me ves.

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Puedes hacerme creer que soy invisible, pero tu y yo sabemos que sí me ves.

LA SEMANA SIGUIENTE Evelyn Marshall grababa la última parte de su próximo álbum: little moments, con la insistencia de una mánager, discográfica y por sobretodo; una madre.

—¡No puede ser!— exclamó una Etta Marshall, después de escuchar el single líder del álbum de su hija.—¡Es basura!—declaró.

La chica en la cabina miró de mala gana a su madre, sí había alguien que hablaba tan abiertamente de su música, era su propia madre. El claro ejemplo del porque sus productores decidían mostrarle el contenido primero a ella.

—¿Es tu corazón el que habla, o solo tu oido?

—Yo diría que comparado con tu álbum anterior, no me abraza el alma ni me ruega de rodillas que llore todo el día.

—Y por eso tu madre es nuestra crítica favorita.—Jessica elevó uno de sus pulgares.—Muestrenle la maqueta dos. Evelyn no ha querido que nadie la toque, debido a la circunstancias que la llevaron a escribir tremendas piezas, supongo.

Evelyn bajó la cabeza con desánimo.

—Dijiste que no usariamos mi relación con ya tu sabes quien... por las polémicas. — Evelyn protestó.

—Oh. No creo que la gente crea que es para tu super mejor amiga— argumentó sentándose al lado de su hija—Todos creen eso, Sadie te lo pidió. ¿No?

Evelyn farbullo antes de simplemente levantarse y caminar a la cabina, lista para mostrarle a su pequeño público una parte de su pasado que ni ella misma quería desenterrar.

—Los odio a todos por hacerme cantar ésta canción, que lo sepan... ya ustedes, o bueno, Jess sabe su nombre. Esto es, if u see.

La joven cantante cerró los ojos y le cantó a la chica de pelo rojo y mirar azulado... la primera chica que había amado, la que le había atado las manos; la razón por la que ella ya no mentía por lo que sentía. La que la hizo sentir invisible.

Y rompió su corazón en todas las formas posibles.

Abrió los ojos. Evelyn sabía que Sadie y ella habían terminado hace mucho, que su corazón ya se sentía sanado y que amaba a una chica extraordinaria después de haber sufrido tanto por alguien que no la valoraba. Aún asi, no logró calmar las lágrimas que salieron de sus ojos al terminar de cantar una canción que escribió para ella apenas dos horas después de haberla visto por última vez.

Hubo un magnetismo que atrajo a casi todas las personas en el estudio a abrazar a la joven de ojos azules. Su madre, Jessica, Daniel y hasta Conan, que raramente había llegado en el último momento.

—¡Eso ha sido... brutal! No había sentido tanta tristeza desde que escribí heather. Es horrible querer ser alguien más; pero es mucho peor ser esa persona y que quien ames no note el daño que te hace...

—Esta definitivamente tiene que ser la canción lider. Me vale.— Etta abrazó a su hija y asintió. —Tú eres una chica fuerte y libre. Que nada ni nadie te impida jamás ser quien eres. ¿Está bien?

—Esa canción será una destrucción total a la reputación de mala chica nada puede herirme que Eve tiene.

—Y por eso, necesitamos que vean lo humana, brillante y jodidamente que es esta chica.—Jessica la apuntó con el dedo al decirlo. —¿Entiendes que es necesario que no entierres las cosas, sino que las dejes salir e irse?

Todos pararon un segundo a mirar a la chica. Que asentía a todo lo que decía. Esta, rápidamente tomó el cuaderno de notas que se hallaba cerca y dijo:

Finally Free, Olivia Rodrigo. Where stories live. Discover now