Salir de fiestas, tener sexo y divertirse no es lo de ella. Prefiere quedarse en su casa a leer o mirar películas. No está acostumbrada a llamar la atención de las personas, al menos que se burlen de ella. Lo cual hace reír a la mayoría.
En cambio...
El día que acampamos Payton y yo en su patio, la pasamos de una forma súper agradable. Nos la pasamos riendo, jugando y escuchando música que a ambos nos gustaba. También el tocó canciones con una de sus guitarras y yo leí unos capítulos de un cuento que encontré en internet antes de irnos a dormir.
Pero él se había quedado dormido en mi pecho y eso fue una de las mejores sensaciones que había experimentado en mi vida. Su cabeza estaba en mi pecho y su brazo rodeaba mi cintura, y de mientras yo leía el libro le hacía mimos en su cabello.
No quería despertar más de ese sueño que estaba viviendo.
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Ya había pasado una semana, y hoy tenía que ir a comprarme el vestido para el baile de graduación. La verdad, es que no tenía ganas de levantarme de la cama, ni mucho menos de salir de mi casa.
Amelie: Vamos! Literalmente mamá me despertó para que vayamos las tres a comprar tu vestido, y ni siquiera estás levantada -levantó un poco la manta y comenzó a tirarme de los pies-
Tn: Tengo cosquillas, para! -dije entre risas-
Amelie: Pero levántate!
Tn: Okey, okey -me levanté y fui al baño-
Me bañé, me lavé los dientes y me cambié:
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También me puse unas converse negras, agarré dinero, mi teléfono y bajé las escaleras.
Mi madre estaba viendo unas cosas en su computadora, y cuando vio que Amelie y yo estábamos listas, la apagó, agarró su bolso y salimos de casa.
Estuvimos recorriendo un par de tiendas, pero ningún vestido me convencía. Entonces, hicimos una parada para desayunar, ya que ninguna lo había hecho.
Luego, seguimos viendo, hasta que entramos a una tienda, que tenían unos vestidos bastante lindos.
Revisamos toda la tienda para encontrar un vestido que sea de mi preferencia, hasta que encontré uno negro.
Era bastante lindo y sencillo.
Amelie: Ese me gusta -dijo viéndolo-
Tn: A mí igual -sonreí-
Tm: Pruébatelo, de seguro te queda hermoso -dijo mientras lo sacaba del lugar donde estaba colgado-
Agarré el vestido y fui a probármelo.
La verdad es que si me gustaba, y me encantaba cómo me quedaba. Además de que era cómodo y no tenía lentejuelas o piedritas como los demás vestidos que había visto.
Cuando salí del probador, Amelie y mi madre estaban esperándome sentadas en unos sillones.
