El último pedido - Cap 2

17K 1.5K 949
                                    

Al llegar a casa me cambié con algo simple, no iba a manchar prendas para salir con harina o cualquier otra cosa en la panadería.
Salí de camino ahí y tomé el tren el cual demoraba unos 15 minutos mientras a pie eran unos 30.

"Llegaré pronto" le escribí a mi tía.
"Te espero, sobrina hermosa" respondió esta al instante.

Sonreí y guardé el teléfono.
Después de bajar de la estación y caminar unas calles llegué a la panadería.

-"Sobrina!"- gritó entusiasmada mi tía al verme.
-"Tía!"- respondí con la misma energía.
-"Siempre es un placer tenerte aquí, y/n"- comentó mientras entrábamos a la panadería y me daba un delantal.
-"Y siempre es un placer venir a ayudarte"-respondí poniéndome el delantal.
-"Tan linda siempre, pero, ya basta de charla, es hora de hornear, hay unos pedidos para hoy en la tarde, terminaré de ordenar el almacén y voy a ayudarte si viene algún cliente por favor los atiendes"- me indicó mi tía, abriendo la puerta del almacén.
-"Sí, señora!"- respondí haciendo en broma el saludo militar.

Río y se fue al almacén.
"Hora de empezar" pensé. Puse algo de música relajante en los parlantes de la panadería, froté un poco mis hombros y empecé a hornear las bandejas de pan, no tardarían en venir los clientes.

-"Finalmente"- suspiré mientras me sentaba en el mostrador.

Había terminado de hacer las órdenes y ya casi eran las 7, no tardaríamos en cerrar.
"Aún falta recoger un pedido" pensé.

-"Kento Nanami?"- dije, no me sonaba el nombre, aunque casi nunca atendía a pedidos personales, usualmente se encargaba mi tía.

El dolor en mis hombros se había hecho más intenso a medida que pasaba la tarde y también el sueño en mi, poco a poco mi cabeza fue cayendo a mis brazos y sin darme cuenta me quedé dormida.
Escuché la campana de la tienda que indicaba la puerta abriéndose.
"Mierda me dormí"

-"Disculpe, bienvenido, qué se le ofrece"- me incorporé rápidamente mientras veía al cliente.

Su apariencia era un poco inusual y muy llamativa. Cabello blanco, tez bastante pálida, alto y delgado, largos y finos dedos y una sonrisa bastante coqueta. Estaba vestido totalmente de negro y llevaba puestas unas gafas negras redondas que no dejaban ver sus ojos.
"Bastante guapo" pensé.

- "Holaa, vengo a recoger un pedido"- dijo con una voz bastante sensual, tal vez así era su voz normal.
- "Claro, identificación por favor"- le dije con amabilidad

"Gojo Satoru" leí.
Fui a ver las órdenes de esta tarde pero en la única que quedaba no estaba su nombre.

-"Disculpe, señor"-
-"Señor?"- preguntó cortándome mientras sonreía de lado.

Me puse bastante nerviosa, noté desde un principio que era joven pero en su identificación decía 28 años. No pude evitar sentirme intimidada.

- "mmm disculpe"- dije sin mirarlo.

Sentí una mano en mi mentón alzándolo haciéndome mirarlo. Se quitó los lentes y casi me desmayo ahí, viendo los ojos más hermosos que había visto jamás. El color era tan celeste que probablemente me perdería ahí y tenía unas pestañas blancas tan largas...

-"no soy tan viejo para que me digas señor"- respondió mirándome y cortando mis pensamientos.

No supe qué decir solo lo miré.
Pasó su dedo pulgar cerca a mis labios, casi sentía como me desmayaba ahí mismo.

-"tenías un poco de baba"- dijo sacando un pañuelo y limpiando su dedo.

"Oh por Dios" abrí un poco mi boca por la sorpresa y la vergüenza mientras sentía mi cara arder.

-"y/n he terminado, disculpa la demora probablemente ya es hora de"- no terminó de decir mi tía al ver al hombre dentro de la tienda.-"Buenas noches, disculpe, todo bien?"-dijo al hombre parado frente a mi con una sonrisa.
-"Hola"- respondió sonriendo -"Vine a recoger un pedido".
-"Su nombre no aparece en el último pedido restante, tía"- le expliqué.

La campana de la puerta sonó otra vez.

-"Gojo, se puede saber por qué demonios te demoras tanto?"- escuché una voz bastante gruesa y autoritaria.

Al instante se acercó al mostrador un hombre bastante apuesto y serio. Tenía el cabello castaño casi rubio, unos rasgos faciales bastante marcados y finos, unas gafas bastante particulares con lentillas casi verdes además de que su presencia era intimidante y no sólo por su gran altura. Vestía un traje blanco, camisa azul y una corbata bastante llamativa con estampado animal print.

-"No pusiste el pedido a mi nombre"- el tal Gojo le respondió al hombre que había entrado.
-"Nanami! Un gusto verte"- dijo mi tía saludando.
-"Señora Miya, el gusto es mío"- dijo esbozando una ligera sonrisa el otro hombre.
-"ella es mi sobrina, y/n, trabaja de vez en cuando aquí pero nunca cuando vienes"- comentó riendo mi tía.
-"Un placer, señorita, mi nombre es Kento Nanami"- dijo mirándome de arriba a abajo mientras permanecía serio.
-"Igualmente"- respondí repitiendo su acción intentando no parecer intimidada aunque siendo sincera mi cara ardía como los mil demonios.
-"Él es un colega de trabajo, Gojo Satorou"- presentó al albino.
-"Un placer"- dijimos mi tía y yo
-"El placer es mío"- respondió este.
-"Disculpe que haya mandado a este incompetente en vez de a mi, buscaba dónde dejar mi auto"- dijo el castaño.
-"No pasa nada, aquí tengo su pedido"- dijo mi tía dándole el pan de banana que estaba esperando a ser recogido.
-"Muchas gracias, hasta luego"- dijo Nanami saliendo de la tienda.
- "Señorita Miya"- me llamó antes de salir el albino.
-"Si?"- respondí con intriga.
-"Por casualidad tiene dolor de hombros?"- preguntó.
- Me tomó por sorpresa- "Sí, un poco, cómo sabe?".
-"Puedo ayudarla con eso"- respondió algo serio y evitando mi pregunta- "Aquí tiene mi número"- dijo dándome una tarjeta.
-"Gracias, pero, cómo sabe de"- y se fue sin escuchar.

Extra Hours | Gojo S. & Kento N. (Nsfw)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora