... Y lo ví, su intensa mirada posada sobre mí, podría reconocer aquella mirada, era la misma que veía frente a los espejos. Lo sabía... Él estaba igual de roto que yo...
¿Qué hacer cuando en medio de una crisis emocional encuentras a alguien igual...
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- Espero que alguien adopte a ese bebé y le dé amor.
- Hijo... Ese alguien... Quiero ser yo... - Soltó finalmente. Su corazón palpitaba con fuerza.
Xiao Zhan la miró sorprendido por su declaración.
- ¿Qué?
Por algunos segundos Carman mantuvo su mirada temerosa en su hijo, no quería alterarlo y aunque Zhan estaba mejor que antes no estaba segura de como lo tomaría. Esperaba su respuesta positiva pero no lo culparía si no lo aceptaba.
Zhan parpadeó un par de veces necesitando más contexto.
- Ese bebé... - Continuó la mujer. - Él no tiene la culpa por lo que hayan hecho sus padres... Yo realmente... quisiera ser quien lo cuide. - Se apresuró a aclarse. - No es que crea que es tuyo, no bebé... Pero yo... Yo quiero hacerlo.
- Yo... No sé qué decir.
- Hice la solicitud, pero si no estas de acuerdo puedo cancelarla. - Se acercó más a su hijo. - No quiero que creas que te dejaré de apoyar, siempre estaré para apoyarte bebé, siempre serás mi bebé y no voy a descuidarte ni por un momento.
- Mamá... - La miró esbozando una ligera sonrisa ante la explicación de su madre. - Sé que será así... - Suspiró. - Yo estoy de acuerdo en que quieras hacerlo, me has apoyado como que nunca y también quiero hacerlo, quiero apoyarte.
- Hijo... - Sus ojos se pusieron acuosos, no se dio cuenta que Xiao Zhan estaba tan maduro y fuerte ahora. Se sintió muy feliz y orgullosa de su bebé.
Lo envolvió en sus brazos, ambos estaban felices y Carman se sentía muy conmovida por la madurez y nobleza de su hijo de 22 años. Se perdieron en un cálido y amoroso abrazo por algunos minutos, antes de separarse y regalarse ambos una sonrisa.
- Mamá... Ese bebé... Ámalo como es, acéptalo como es, dale atención y cariño, será muy feliz. - Sonrió.
Carman en ese momento visualizó a su hijo cuando tenía 4 años, cuando era un hermoso y tímido niño cariñoso y sensible. Sus lágrimas se desbordaron de sus ojos y lloró. Sintió pesar porque ella poco a poco había dejado que su hijo se fuese cerrando y fuese siendo cada vez más taciturno, le había hecho daño y aunque aun odiaba esa parte de ella, su hijo la había perdonado, simplemente ella no podía perdonarse por haber sido una pésima madre durante años, aunque su hijo fuese su mayor tesoro, lo había dejado de lado poco a poco, aun así él estaba frente a ella, apoyándola en su decisión y dándole una hermosa sonrisa.
