Razones para no hablar de amor

Capítulo 2

Xie Lian no sabía si reír o llorar, no tenía tiempo o espacio para estar con su primo, debía centrarse en su clase. La visita de su primo no podía ser más inoportuna. Bueno, sí podía, sería peor que fuera a su casa cuando su tío intimaba con el señor Ju...

—Qi Rong ¿Qué haces aquí?

—Mamá debía hablar con tío, fueron a comprar o algo así —el cabello de Qi Rong era negro y caía desordenado hasta sus hombros, sus ojos eran verdes y su rostro era bastante similar al de Xie Lian. Si alguien viera con detención su rostro, notaría que es bastante atractivo, el problema es que su cara siempre estaba enterrada en su teléfono o su PSP, por lo que era difícil poder apreciar sus facciones; sin contar que solía hacer muecas cada vez que estaba disgustado.

—Ya veo... Qi Rong, vendrá una persona hoy a quien le haré clases, así que no podré acompañarte mucho.

—Oh... pues tendré que ser compasivo y ceder con mi primo, tsk, estúpidos retrasados que no saben estudiar por su cuenta.

Xie Lian solo sonrió incómodo, la primera parte estuvo correcta, el problema es que en la segunda parte, Qi Rong revelaba su verdadera personalidad.

La familia Mei había estado compuesta por tres hijos: Nianqing, HuiYing y Lixue; las últimas dos habían cambiado su apellido al contraer matrimonio, convirtiéndose en Xie HuiYing y Qi Lixue.

Mei Nianqing es una persona culta, inteligente, empática y comprensiva, su mayor defecto era su ludopatía, un problema grave, pero que sabía sobrellevar.

Qi Lixue, la menor de la familia, era bella, bondadosa y una excelente pianista, pero su defecto era ser demasiado sumisa, como consecuencia su hijo siempre hacía lo que quería, resultaba grosero y su presencia era poco deseada en muchos lugares.

Era curioso como Qi Rong no mostraba respeto ni siquiera a sus padres, pero sí tenía deferencia por su único primo y su tío, ellos eran los únicos que podían regañarlo, ya sea por temor o admiración a estos dos. Después de todo, Qi Rong tenía recuerdos buenos y malos con ambos, podía recordar como lo regañaban severamente cuando cometía un error, pero también estaba en su memoria cada vez que su tío Mei y Xie Lian lo felicitaban cuando hacía las cosas bien.

Xie Lian quería intercambiar un par de palabras más con su único primo, pero el sonido del timbre se lo prohibió. Suspiró en su interior, no esperaba que Qianqiu estuviera tan emocionado como para llegar antes de la hora establecida.

Abrió la puerta y allí se encontró a un joven guapo, alto, con postura recta, hombros anchos. Tenía un aura de distinción que delataba su estatus social; a Xie Lian le costaba asimilar que el hombre frente a él fuese el mismo niño que conoció en el pasado.

—Lang Qianqiu, buenas tardes —dijo una vez que terminó de analizar si se trataba de esta persona.

— ¡Maestro! Buenas tardes, es un gusto verlo después de tanto tiempo —Lang Qianqiu se presentó correctamente, con respeto y una sonrisa en rostro.

Sonrisa que se volvió una mueca al escuchar que alguien se estaba riendo dentro del departamento.

— ¡JAJAJA, MAESTRO! ¿Qué clase de gilipollas habla así?

—Qi Rong —dijo Xie Lian sin levantar el tono de su voz, pero usando una sonrisa que parecía un poco espeluznante.

—Tsk, está bien, no molestaré más, primo —tras decir esto, Qi Rong se puso sus audífonos y comenzó a ignorar todo a su alrededor.

Xie Lian asintió y luego volvió a dirigirse a Lang Qianqiu quien observaba todo con algo de confusión.

—También estoy feliz de verte después de tantos años, ven acompáñame.