Capítulo 7

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Ha pasado un mes desde que llegamos a Italia, ya estoy recuperanda totalmente, la boda de Ailina y Leonardo fue muy bonita, pocos invitados, fue una decisión del novio ya que no quería arriesgarse, porque todavía no logran dar con el paradero de Ágata. A pesar de la amenaza latente que significa esa mujer para todos nosotros, no opacó la hermosa boda. La feliz pareja decidieron posponer su viaje hasta lograr atrapar a la hermana de Michelle y sus hombres.

Roberto se ha reunido con otros líderes para pedirles ayuda y así poder encontrar a esa loca. De inmediato se pusieron a buscarla pero por más que lo han intentado no logran dar con ella y su reducido grupo.

En estos días han sido de mucha alegría para la familia, porque Samuel y Analía nos han dado la noticia que serán padre. Con esta noticia aumentó más la preocupación por la situación.
Por ese motivo Roberto, Samuel, Guillermo y Leonardo decidieron que nos quedaríamos en la mansión de este último para unir fuerza, de esa manera les resultaría más fácil protegernos.

Estoy desayunando sola porque todos duermen, es temprano, como no he podido dormir decidí levantarme a leer y ya cansada de estar encerrada, decidí desayunar en el jardín.

Hoy no es un día como cualquier otro, hoy es el cumpleaños de mi mamá y es el primero que no voy a pasarlo con ella

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Hoy no es un día como cualquier otro, hoy es el cumpleaños de mi mamá y es el primero que no voy a pasarlo con ella. Sale de la casa Guillermo camina rápido hacía mi.
-¿Qué haces levantada tan temprano?
-No podía dormir.
-¿Qué te sucede? -
-Hoy es el cumpleaños de mi mamá.
-¿Quieres hablar con...?
-No, y aunque quisiera no sé dónde están y si están bien. -Digo llorando. -A pesar de todo es mi familia.
-Claro que si, ¿quieres que los busquemos? -Negué con la cabeza. -Lo dejaremos por ahora, cuando pase todo volvemos hablar y si quieres, esto prometo que los voy a buscar.
-Gracias.
Cada vez me aburro más, todos están ocupados en sus tareas, me tienen aparte de sus negocios, por el momento, según me dijo Analía es que Guillermo no quiere agobiarme, al fin y al cabo son negocios ilícito y yo todavía no me acostumbro a la idea de que pertenezca a una familia de mafiosos.
Como cada quien tiene su actividad designada y yo me pasó el día en la biblioteca leyendo y cuido al bebé de Ailina, mientras los demás hacen... en realidad no sé bien qué hacen y por el momento no quiero saberlo.
Es hora del almuerzo y dejo el libro en la mesa que está al lado del sofá, tomo en brazos al niño y lo llevo para que lo acuesten porque es su hora de dormir. Directamente voy al living con el bebé en brazos y me encuentro que me esperan, mis cuñadas y Cecilia en la mesa, al ver que no están los hombres pregunto.
-¿Guillermo dónde está?
-Se ha ido con Leonardo, Samuel y mi marido. -Me explicó Cecilia, que los hombres no vendrán a almorzar porque han tenido un dato del posible paradero de esa mujer y han ido a buscarla.
-¡Isla! ven por favor. -Ailina llama a la mujer que se encarga del niño, la mujer se lo lleva a dormir. -Ahora si pasemos al comedor. -Yo me siento en lugar de siempre al lado de Analía. De inmediato nos sirve la comida.
-¿Qué es ese olor? -Pregunta Analía.
-Proviene de la comida, no la prueben. -Ordena Cecilia, al acercarse y oler la comida.
Todas se paran al mismo momento, Cecilia saca un arma de debajo de la mesa, Ailina y Analía de debajo de sus silla, y las guardan debajo de sus ropa, yo estoy aterrada, esto parece las series de mafiosos que veía sentada en el sofá en mi casa.
-¿Y yo qué hago? -Le susurro a Ailina.
-Esperemos que...
-¡SANTO DIOS! -Exclamo cuando veo a Isla bajar las escaleras con el niño seguida de una mujer que por venir apuntando al niño supongo que es Ágata.
-Debo reconocer que no contaba con el buen olfato de una mujer embarazada. -Dice Ágata al llegar hasta nosotras. Se acerca unos hombres, nos rodean, ella se dirige a un hombre que está cerca de ella y le dice. -Como cumpliste el trato, ya te la puedes llevar. -Me señala, estoy paralizada del miedo, en ese momento se hacerca Analía, que está detrás de mi y siento que esconde algo entre mi pantalón y me dice en un susurro.
-Nunca olvides utilizar el ingenio que tuviste en tus intentos para escapar de nosotros. Y yo estoy para pensar, estoy aterrada y me pide que utilice un ingenio que no sé cómo fluyó en mi.
El hombre sin esperar más me toma del cabello.
-Perro traicionero, cuando te enfrentes a mi hermano espero que te encuentres confesado. -Lo amenaza Ailina, es decir que es uno de los traidores que no pudieron descubrir.
-Para entonces ya habré vengado a mi hermano.
-Tu hermano se lo buscó por cobarde.
-Cumplió las órdenes de Guillermo. -Dijo con odió.
-Mi hijo nunca ordenó que la maltratara como lo hizo.
Recién ahí logré entenderlo todo. Es el hermano de Raúl, el idiota que me capturó cuando intenté escapar. Estoy perdida.
-Esta puta se la jugó dos veces a mi hermano y por su culpa lo mataron. -Me tira del cabello y comienza a caminar hacia la salida, me sube a la parte de atrás de una camioneta, él se sienta a mi lado, suena el celular, antes de atender dice.
-Vamonos. -Le indica al conductor, este acelera. Atiende la llamada, da la orden a su interlocutor. -Deben esperar a qué lleguen y lo matan a todos menos a Guillermo, para él tengo algo especialmente planeado.
Al escuchar que los matarían a todos, perdí el miedo y decidí actuar, aprovecho que está distraído, saco lo que Analía me escondió en el pantalón y veo que es un tenedor, espero lograr herirlo, al menos.
Me acerco al conductor lo tomo del cuello y le clavo el tenedor.
-¡¿Qué haces puta de mierda?! -Dice el hermano de Raúl, tira el celular e intenta controlar el volante para evitar que nos estrellamos. Como no puede controlar la camioneta, se pasa a la parte de adelante para controlar el vehículo ya que el conductor está inconsciente o muerto, por más que lo intentó no pudo evitar que chocaramos contra el muro de la entrada, él quedó algo aturdido por el golpe, yo no tanto porque me sujeté para evitar un golpe mayor, miro a mi alrededor, desesperadamente, y veo un extintor pequeño lo tomo y le pego con eso en la cabeza, cae sobre el cuerpo del conductor.
Lo registro y encuentro una navaja y un revolver, no sé usarlo pero al menos lo intentaré.
Salí de la camioneta, me duele la pierna pero no hago caso, comienzo a correr entre los árboles del jardín hasta llegar a la puerta principal, mi primera idea era ir por el jardín trasero pero antes de llegar vi que allí hay una verdadera guerra, así que regreso a la entrada principal de la mansión, al entrar me encuentro a Cecilia, y Ailina sentadas en el suelo, atadas de pies y manos. Analia está tirada inconsciente en un rincón retirada de las otras dos.
La empleada sigue con el niño y Ágata hablando con un hombre, está fuera de si por sus gritos, entendí que allá afuera están controlando la situación los hombres de Roberto y Leandro. Es decir que es más peligrosa que nunca.
Les da unas órdenes y el hombre se va, yo me tiro al piso, me voy arrastrando hasta llegar a una mesita baja la acerco a la pared, que estoy frente a ella pero fuera de su visión, me siento en el piso apoyando mi espalda a la pared y coloco mis brazos extendidos sobre la mesa, como estoy lejos de su campo de visión puedo analizar mis próximos movimientos, le apunto con el arma, y disparo cuatro veces, son todas las balas que tiene este revolver, el primer tiro le di a la pared, intentó esconderse pero no fue lo suficientemente rápida porque el segundo y tercero le dí a ella y el cuarto se me escapó y dió a un mueble.
Espero unos segundos y veo que no se mueve así que salgo de mi escondite, al ver su cuerpo inmóvil, la sangre en el piso, entre en pánico.

La kinesiología de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora