Buscando el Otoño

381 36 122
                                    

Y ahí estábamos, en la sala de espera nerviosos por una extraña razón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y ahí estábamos, en la sala de espera nerviosos por una extraña razón.

Las grandes puertas de hospital se abrieron dejándonos ver a un Lu aún con el gorro de hospital y una bata.

—¡Es niña! —anunció dichoso el latino.

Nos levantamos para festejar y abrazarle con fuerza.

—Felicidades Lu, serás un excelente padre —sonreí besando su mejilla.

—Eso espero —dijo riendo nervioso— ¿Quieren conocerla?

—Por supuesto no venimos a estar sentados aquí para solo verte a ti —bufó Santiago golpeando su hombro.

Nos llevo hasta la habitación donde estaba Raven, la nenita estaba despierta en brazos de su madre.

—Listos para conocer a su sobrina —sonrió Raven cansada.

Me acerqué para verla, tan preciosa la nena me miró.

—Hola linda, soy tu tío Winter —saludé mirándole.

Movió su manita hacia mi lo que me derritió.

—Está hermosa como su madre —dije besando a la diosa.

—Gracias a Dios, te la imaginas con la cara de este pendejo —se burló Santi recibiendo el golpe de Lu.

Mi hombre se acercó a ver a la bebé, una morenita preciosa.

—Hola nena, soy tu tío Santi —le dijo el moreno, evidentemente la voz gruesa del hombre la asustó pues empezó a llorar.

—Oh lo sé, lo sé esta feo pero aún así lo querrás —la calmé tomando su manita, de inmediato se calmó.

—Decidido te mudas con nosotros —dijo Lu sorprendido.

Negué divertido para ver a la bebé que estaba por quedarse dormida.

—¿Entonces como se llamará la princesa? —pregunté curioso.

Lu sonrió triunfante, desde ya podía sufrir por el nombre de la nena.

—Artemisa —anunció Lu— el nombre de una diosa porque claro hija de esta diosa es —mencionó besando los labios de su mujer apasionadamente.

—Bueno será mejor que los dejemos descansar—intervino Santi— o hacerle el hermano a Temi.

—Temi —sonrió Raven— me gusta.

Nos despedimos para dejarles descansar antes de irnos me escabullí para ver a los bebés en sus cunas, tan tiernos y preciosos.

Durante todo el camino mi mente no dejaba de pensar en bebés, no nos estábamos haciendo más jóvenes y ya me sentía realizado personalmente sin embargo aún sentía que me faltaba algo.

Winter & Sant: Un recorrido por el invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora