3. Quizá es un poquito gruñón

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Habían pasado casi doce semanas desde que (Tn) se mudó a Los Ángeles, afortunadamente, pudo conseguir empleo de medio tiempo en un restaurante popular, y otro en una tintorería, no era la gran cosa pero eso ayudaría a pagar las facturas.

Faltaba muy poco para el inicio de clases en la universidad, pero al menos ya se estaba acostumbrando al agitado ritmo de la ciudad.

Durante esos días, raras ocasiones pudo ver a Law, y casi siempre era cuando él ya se iba metiendo a su habitación. Era entendible puesto que se trataba de alguien muy ocupado.

Ya que desde el inicio (Tn) notó que Law había gustado del café que ella le preparaba, se tomaba la libertad de hacerle una taza casi a diario, tomando en consideración las jornadas extensas que él trabajaba, y dado que sus horarios opuestos coincidían cuando este regresaba a casa, momentos antes de que ella casi se marchara a laborar.

Madrugada del día jueves

—¿(Tn)-ya? —tocaba a la puerta un poco impaciente—. ¿(Tn)-ya? —volvió a llamar casi molesto, ¿y cómo no? Ya había mencionado que odiaba cierta cosilla, sin embargo ella hizo caso omiso a la advertencia.

—Voy... —respondió al estirarse perezosamente, para luego tallarse los párpados mientras bostezaba.

—(Tn)-ya tenemos que hablar.

—¿Hablar? —dijo por lo bajo, sonando un poco ronca. Abrió la puerta y Law la miró de pies a cabeza, dado que ella usaba una pijama de dos piezas, pantalón y camisa, ambas cosas eran holgadas, pero lo que a él le llamó la atención fue el estampado de conejitos en la tela de seda. Muy a parte de todo, abrazaba un conejo de peluche—. Buenos días a usted también, ¿qué sucede?

«Eso me pregunto yo... ¿qué sucede?» Pensó él, al dirigir su atención a las peludas pantuflas que ella usaba, estas tenían la forma de cabeza de conejo, hasta se apreciaban las esponjosas orejitas apuntando hacia arriba.

—Nada de: "buenos días a usted también", ¿qué es esto, (Tn)-ya? —le mostró una bolsa de pan, la cual sostenía de una minúscula parte del empaque de plástico, haciendo uso tan sólo de su dedo índice y pulgar, como si aquello estuviese sucio o fuese a contagiarlo de algo indeseable.

—¿Pan tostado?

—Muy graciosa (Tn)-ya, pero te advertí que no trajeras est...

—No es mío.

—¿Qué? ¿Cómo que no es tuyo? —inquirió un tanto impaciente. ¿Era en serio? ¿Ella se atrevía a negarlo?

—Es de su amigo, el que duerme en el sillón.

—¿Mi amigo que duerme en el sillón? —(Tn) asintió, tenía los ojos dormilones, hasta su cabello estaba desordenado—. No tengo amigos que duerman en el... —y repentinamente se escucharon unos sonidos provenientes de la sala, por lo que Law dio pasos en reversa sin dejar de darle esa mirada de escepticismo—, no te muevas de ahí. —(Tn) liberó un suspiro y lo siguió, llegaron hasta lo que causaba los ruidos extraños, y pronto pudieron ver al pelirrojo dormilón, quien roncaba como si no hubiese un mañana—. ¿Shachi?

—Él trajo el pan. Vino casi a las diez de la noche —dijo (Tn) a varios pasos de Law, este la seguía mirando a manera de reprensión—. ¿Ya puedo ir a dormir?

—No tan rápido, ¿por qué lo dejaste entrar? —preguntó parado sobre la peluda alfombra blanca, frente al mueble donde el chico dormía plácidamente.

—No lo hice, él tenía una llave. ¿puedo ir a dormir? Son las tres de la mañana.

—E-esta bien —respondió un tanto avergonzado por haberla acusado—, tú y tu raro conejo pueden retirarse.

ROOMIES ━━  [En curso] 《13》Where stories live. Discover now