Capítulo 1

29 2 6
                                    

30 de noviembre

Habían pasado dos días desde mi llegada a Seattle, el tiempo suficiente para acondicionarme al nuevo horario y a la zona, aunque no era la primera vez que estaba en Estados Unidos, si que resentía el hecho de venir. El día no había iniciado a mi favor; por alguna razón mi teléfono decidió desactivar todas mis alarmas, obligándome a saltar de la cama y arreglarme lo más rápido posible para una importante junta. El taxi que había pedido llegó quince minutos tarde, alguien cambió la azúcar por sal, arruinando mi café y obligándome estar en la junta con dolor de cabeza y con el estómago vacío.

Aunque sabía muy bien que tenía que estar atento a lo que decían, mi mente no estaba presente, lo único que podía pensar era en ir a la cafería de Duke por un baguette y un buen café. De inmediato mi estómago rugió, llamando la atención de un par de personas, pero que con una pesada mirada me dejaron en paz.

En cuanto se dio por terminada la junta, y después de una consulta con mis abogados, logré salir del edificio y me dirigí directamente a Duke's, siendo la sonrisa soñadora de Samantha lo primero que veo al entrar.

-¿Te has ganado la lotería?-pregunté llamando su atención.

-Salgo con tu primo, es casi lo mismo.-respondió con orgullo.

-No creo que esa sea la única razón por la que estés tan contenta, ayer lanzabas fuego por la boca.

Ella soltó una pequeña risa y negó ligeramente con la cabeza.

-Sabes el como me purga que me pongan los trastes sucios en el fregadero cuando los estoy lavando.

-Si, bueno, creo que esa chica no lo sabía.

Ambos reímos por el recuerdo del día anterior; Dukes había cerrado y solo estábamos Samantha, Kyle, otra empleada y yo. Sam se había ofrecido a lavar todos los trastos que se usaron en la cocina ese día, cuando estaba por terminar la otra empleada puso en el fregadero un par de vasos sucios, ganándose una mala mirada de la castaña, quién refunfuñando y maldiciendo a lo bajo los terminó de lavar. En cuánto nos quedamos solo Samantha nos dejó en claro el cuánto esa acción le había molestados y nos explicó el porque no debemos hacerlo, pues lo consideraba grosero. Kyle y yo nos burlamos de ella, haciéndola enojar aún más.

-Como sea- dijo Samantha moviendo la mano como si intentara ahuyentar el recuerdo.- hoy Kyle me ha invitado a cenar a un lugar muy lindo y elegante.- de inmediato su sonrisa se ensanchó y sus ojos brillaron.

-Por favor pide lo más costoso, quiero verlo en la rutina.-dije burlón.

-Recuerda que eres tú quien le paga, además no te conviene perder a tu mejor abogado.

Tenía razón; aunque al principio no estaba muy convencido en trabajar con mi primo si que me había demostrado que era más que capaz de hacerlo, ayudándome a hundir empresas rivales y usando leyes a nuestro favor. Pero claro que sacó provecho de eso, es la segunda persona que más gana en la empresa, después de mi.

-Recuerda mi petición, por favor.-insistí divertido mientras buscaba algo para comer.- Te lo recompensaré.

-Dame a Kyle y es un trato.-extendió una mano hacia mí.

-Hecho.- la estreché.

Elegí un apetitoso submarino y lo engullí de inmediato, agradeciendo el por fin tener un poco de comida en mi estómago.

-Ahora que estás aquí podrás cubrir mi turno, que necesito tiempo para prepararme para mí cita de esta noche.-dijo Sam mientras tomaba sus cosas y caminaba a la puerta.

Cómo tenía la boca llena no pude siquiera protestar o decir algo, eso no le importó y me sonrió burlonamente antes de salir. Negué divertido con la cabeza y sonreí cómplice, sabía que en esa cena Kyle iba a pedirle matrimonio, aunque me daba asco verlos tan enamorados estaba feliz por ellos y emocionado por tener a la irritable castaña en la familia.

During DecemberTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon