Prólogo

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Un pequeño niño de tan solo cinco años lloraba desconsoladamente en un rincón cerca de la fuente, fuera de un templo. Sus pequeños hipidos se detuvieron cuando del templo, antes mencionado, salio un chico bastante alto. Pantalón negro, camicilla del mismo color, encima de esta una chaqueta Blanca donde sus mangas fueron remangadas hasta sus codos. Desde la cabeza hasta los pies llevaba un ipil igualmente blanco. Una tan inmaculado que sus ojos ardian al observarlo. Por un segundo el pequeño creyó verle grandes alas que desaparecieron al parpadear con asombró.

Aquel bello ser caminaba lentamente hacia la fuente. Tenia a una expresión triste en su bello rostro. " El Ángel " -Como lo había categorizado el niño- Se acerco a la fuente, al quedar al frente de está metió su mano al agua. La mantuvo ahí por unos segundos para sacarla. Se sentó en el borde de la fuente y su vista fue hacia la luna.

Esa noche en el cielo no había ni una sola estrellas la Luna estaba sola y solamente la luz de esta iluminaba el bello rostro de aquel Ángel. Justo en ese momento el niño vio salir lagrimas de los ojos tristes de aquel bello Ángel y a él mismo le entraron ganas de llorar otra vez solo que esta vez es por una razón totalmente diferente a la que lloraba antes.

Desde pequeño su madre le contó  la historia de " Él llorón ". Se suponía que no debería estar allí o ese bello Ángel se lo llevaría y ahogaría en el lago, como a echo a través de las décadas. Pero, después de verlo derramar lágrimas, con aquella expresión tan triste en sus ojos, no cree que ese bello ángel sea malo.

El ángel bajo su mirada y lo observó por un largo momento en silencio. Se sonrió amablemente e hizo una señal para que se acercara. El pequeño no sabe por que lo hizo, pero se acerco.

Al llegar a su lado, el bello ángel dio un par de golpecitos a su lado para que se sentará, así mismo hizo el pequeño niño y los dos se miraron fijamente por un largo tiempo.

— ¿Por que lloras pequeño? —. Pregunto el bello ángel. Su voz era cálida y suave, casi como un arrullo y el pequeño niño se sintio mejor con solo escucharla.

— M.mi ma.má s.se f.fue a.al cielo —. Respondió entrecortadamente, su voz se vio cargada de tristeza y dolor, seguían viéndose fijamente mientras el niño empezó a derramar lagrimas de nuevo.

— Entonces lloremos  nuestras penas esta noche juntos —. Le sonrió, el niño asistió.

Ambos miraron al cielo y las lagrimas empezaron a salir de los ojos de ambos, recordando los momentos felices al lado de la persona por la cual lloraban.

Y aqui esta la historia de la cual les hable, espero que les guste.

Gracias por sus vistas y comentarios.


Un fundashi se despide.

Chau.

 𝐄𝐥 𝐋𝐥𝐨𝐫ó𝐧 / 𝐙𝐡𝐚𝐧𝐘𝐢 / 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚. حيث تعيش القصص. اكتشف الآن