Capítulo 38 - Second Chances

429 33 12
                                    


Narra Flavio

Me desperté y la vi ahí, durmiendo al lado mío, con su carita tan angelical, con esa serenidad tan característica suya y que me hace recordar a mí mismo. Suspiré y sonreí porque después de tanto tiempo ella dormía pero sabía que despertaría, sabía que de un momento a otro, abriría esos hermosos ojos café y sonreiría e iluminaria mi vida. Era feliz viéndola así, aquí, conmigo. Pero me daba impotencia no haber presenciado este momento los cinco años anteriores. Me daba impotencia que Samantha me haya ocultado algo así. No entendía que pasó por su cabeza para no ser capaz de decírmelo, de decírselo a ella. De volver a repetir el mismo error que hace años, de no confiar en mí y contarme la verdad.

Debbie estaba molesta, me lo hizo saber anoche. Desde ayer que se vino a vivir conmigo y nuestra conexión era demasiado fuerte. Las palabras fluían, nuestros gustos e intereses era lo mismo. Si me había sorprendido lo del piano, imagínense que tengamos tantas más cosas en común. Ella se veía feliz y eso me hacia feliz a mí. Sé que en unos días se le pasaría la molestia con Samantha porque es su madre y una hija no puede estar separada de su madre por mucho tiempo.

Aun eran las 6 de la mañana y le seguía dando vueltas a todo lo que había sucedido este último mes, como todo cambio de un momento a otro. Como pasamos con Samantha de expresar nuestros sentimientos a yo no querer ni verla. En su momento la perdoné, sin saber lo que había sucedido, todo lo que había tenido que vivir. Pero ahora no. No sé si podría perdonarla. Me ocultó que tenía una hija pero ¿Por qué? ¿Qué es lo que la llevó a eso?

Aun faltaba tiempo para que Debbie despertara así que decidí levantarme, tomar mi libreta y escribir. Necesitaba liberar todo lo que sentía, desahogarme. Y las palabras comenzaron a fluir solas.

Siempre está la gran discrepancia por las segundas oportunidades. Algunos creen que una segunda oportunidad será lo mejor para que algo funcione, que si la primera vez no sucedió no fue por nada en particular, simplemente porque no era su tiempo. Pero si una segunda oportunidad estaba a la vuelta de la esquina es porque debes aprovecharla, y ahí si saldrá todo como quisiste en un principio. Por otro lado están los que creen que si a la primera no sucedió fue porque no está destinado a ser. Porque ese no fue su momento y, por lo tanto, nunca lo será.

Hay que ser valiente para darle una segunda oportunidad a alguien. Solo uno mismo es capaz de decidir por ello porque solo uno mismo sabe todo el proceso que nos llevo a superar la primera crisis o decepción. Solo uno mismo sabe hasta qué punto confió a alguien su corazón. Y cuando lo haces siempre esperas haber tomado la decisión correcta y cuando te chocas contra un muro es que te das cuenta que estuviste equivocado. Y vives el duelo por dentro, solo, porque no eres capaz de contar lo que realmente sientes. Pero la vida es jodida. La vida te juega malas pasadas siempre y te pone entre la espada y la pared. Te hace elegir entre confiar de nuevo o simplemente dejar todo como está, asegurándote que tu corazón seguirá intacto porque ya suficiente tiempo le había costado reconstruirse o te hace que te arriesgues y le des otra oportunidad. Y confías. Ciegamente. Otra vez. Y "maldita sea la hora que lo hiciste" te dices a ti mismo cuando esa segunda oportunidad que diste te vuelve a romper el corazón. Y te encuentras de nuevo en la miseria porque uno no confía ciegamente en una persona cualquiera, uno confía en alguien que ama y que sientes que te ama de la misma manera y, por lo tanto, te crees que nunca será capaz de dañarte de nuevo sabiendo lo que sufriste ante la primera "ruptura". Eso duele más. Haberte sentido amado con la misma intensidad, haber expresado tus sentimientos y sentir que del otro lado eran correspondidos con la misma intensidad. Pero no. Luego es que no.

Terminé de escribir y sentí una paz dentro de mí. Necesitaba hacerlo, debía soltar todas esas palabras en algún lado sino explotaría. Miré el reloj y era hora de preparar el desayuno para mi hija. Mi hija, la única personita en el mundo que se que no me traicionaría. A pesar de todo, agradezco que Samantha haya decidido traer al mundo a este angelito tan maravilloso. Me cambió la vida. Si en su momento hubiera sabido de su embarazo, no la habría obligado a tenerlo porque era su cuerpo y yo no podía decidir por ella. Me alegro que aun estando sola, la haya dado a luz.

¿El sueño o la realidad? (Flamantha)Where stories live. Discover now