La Agonía del Dragón.

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Esta historia participa en el reto
"Un Desafío Literario a Ciegas"

Espero que sea de su agrado y lo disfruten.

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"Dicen que cuando una persona, vive experiencias o está expuesto a ciertos eventos, el individuo pueda desarrollar traumas." Leyó la mujer.

"Un trauma es un evento que, desde un punto de vista psicológico, ha supuesto un problema para el paciente. Pueden ser hechos que hayan ocurrido de manera repentina o inesperada, excediendo la capacidad del individuo de manejar la situación, perturbando los marcos de referencia básicos."

- Será posible - se preguntaba con preocupación una rubia mujer, bajando lentamente aquel libro de psicología muggle hacía su regazo.

Narcissa Malfoy, ya no sabía que más hacer, ni a quién más recurrir. Hace unos meses que su hijo había cambiado drásticamente, se volvió un muchacho introvertido, casi no salía de su habitación, había adelgazado por lo que sospechaba que tampoco comía, sus ojos hace tiempo que perdieron aquel pícaro brillo que lo caracterizaba. Por Merlín!, su hijo estaba muriendo en vida, y el no saber la causa, la estaba enloqueciendo.

Siempre se considero una mujer fuerte. La mayoría de las personas la veían con respeto y temor. Su elegancia y belleza solo rivalizaban con su inteligencia. Sus hermanas y ella, fueron instruidas desde muy pequeñas en los valores de la sangre y la importancia de mantener su pureza; "Una digna heredera del legado Black" como solían decir.

En su tiempo, fue considerada el mejor prospecto a esposa dentro de su circulo social. Sus padres recibieron una veintena de cartas con solicitudes matrimoniales, incluyendo algunas familias mágicas extranjeras. Contrarío a lo que todos esperaban, ella no se mostró emocionada, al fin y al cabo, la decisión estaba en manos de sus padres y ella solo tendría que acatar y ser la esposa del "mejor postor", como solía decir. En el fondo, encontraba humillante que su vida fuera decidida de aquella forma, pero siempre supo cual era su destino, y tampoco quería acabar siendo repudiada como le sucedió a su hermana mayor.

La satisfacción que sentía su madre era tal, que constantemente presumía de este hecho. En otras ocasiones, se regocijaba ante las caras de quienes no apreciaba tanto, al decirles que sus hijas tendrían que conformarse con lo que su "pequeña" desechará. Hasta el día en que Abraxas Malfoy, junto a su hijo Lucius, aparecieron en su hogar; la "subasta" había llegado a su fin y la Familia Malfoy se adjudicaba su mano.

Tan inmersa estaba en sus pensamientos que no fue consciente de la presencia de su elfina, quien al parecer, llevaba unos minutos llamándola

- Ama! - gritó una vez más.

-¿Que sucede? - preguntó colocándose de pie.

- El señorito Zabini llegó con el joven amo hace unos minutos, pero el amito no se veía bien - dijo con tristeza - El señorito Zabini pidió a Lina que avisara que lo subiría a su habitación -

Narcissa angustiada dejo el libro en una pequeña mesa, y prácticamente corrió hacía la habitación de su hijo. Al ingresar entendió a que se refería Lina. Draco estaba semi consciente y la habitación apestaba a alcohol

"Al menos no esta herido", pensó con alivio, caminando hacía el interior del cuarto.

- Buenas noches Blaise - saludó al invitado, quien estaba terminando de colocar a su hijo en la cama.
- ¿Draco se encuentra bien? -

Juro Solemnemente que serás una Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora