Conocerse fue solo el comienzo de una atracción que vas más allá de lo físico.
Alessa una joven emprendedora, cree en el amor pero no quiere ser una más en la lista de un egocéntrico, es bella aunque ella no lo crea.
Dereck Mc Millan un tiburón en l...
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Dereck
Una semana después...
No he salido de este hospital para nada. Seguimos esperando que ella despierte, la infección ha disminuido por lo que pudimos trasladarla a una habitación con mejores comodidades para ella. Usé mis influencias para habilitar toda un ala solo para su atención, tiene cuidados exclusivos, privacidad y seguridad.
La habitación está llena de rosas rojas, hay un ramo por cada uno de los días que lleva aquí. Lucía es quién la asea y se encarga de ella, al igual que yo no ha querido separarse de Alessa. Ambos tenemos una habitación para uso personal mientras estamos en este lugar, nos turnamos para sus cuidados y también para encargarnos de nuestras obligaciones desde aquí.
Lucía al igual que yo está al frente de una compañía y no podemos simplemente desconectarnos; sin embargo, en nuestras habitaciones disponemos de los equipos para mantenernos al día de manera que no se note tanto nuestra ausencia. Matteo y mi padre han sido de mucha ayuda para aquellas cosas que ameritan nuestra presencia, han tenido que jugar nuestro papel porque estamos negados a salir de aquí si no es de la mano de Alessa.
Camino por los pasillos y saludo algunas enfermeras, ya no suspiran como antes cuando me ven pasar, creo que comienzan a sentir lástima por mi, creo que mi rostro solo refleja el dolor que crece con cada día que pasa. Toco la puerta con cuidado y espero a que Lucía me deje pasar. Entro y coloco el pesado arreglo floral en una mesa cercana, saludo a Lucía con un beso en su mejilla mientras ella está cepillando el cabello de Alessa.
-Hoy está más bella que nunca, ¿No lo crees?- dice risueña -creo que tiene mejor color hoy, sus mejillas vuelven a verse normales- ante su emoción solo asiento.
-Este ramo es el más bello, hoy te has excedido Dereck- dice intentando entablar una conversación pero desde que estamos aquí, soy de pocas palabras.
-¿Puedes dejarnos solos?- le pido gentilmente y ella asiente.
-Por supuesto, iré a desayunar algo y revisar unos pendientes- besa mi mejilla antes de salir.
Me acerco a la cama, acaricio su rostro y beso su labios. Coloco una silla a su lado y me siento sujetando su mano. Las próximas horas las paso diciéndole lo mucho que la amo y los planes que tengo para nosostros, le pido que despierte porque la necesito. El nudo en mi pecho cada vez es más dificil de tolerar, la espera está volviéndome loco, ella ha evolucionado positivamente pero no despierta y quiera o no el miedo comienza a hacer estragos en mi.
-Dereck- escucho mi nombre en un susurro.
Miro a Alessa quien continúa en la misma posición de siempre y pienso en que ya mi mente comienza a jugar conmigo, cierro mis ojos intentando calmar mis nervios.
La presión de sus dedos en mi mano me sorprende y giro mi rostro hacia ella nuevamente. Está intentando abrir los ojos pero la claridad le lastima y una mueca de incomodidad cruza su semblante. Lentamente sus párpados se elevan, regalándome un vistazo de sus iris azules que tratan de adaptarse a la luz, sus hermosos ojos logran enfocarme y allí está esa mirada que tanta paz brinda a mi vida.
