Soul Hunters || South Park AU

El alma de un demonio

Tal vez mis padres no eran los más normales...

-otra vez, cariño- me alentó mi madre mientras derramaba la sangre fresca de un hombre sobre un enorme pliegue de papel, en el piso.

Recuerdo el olor fuerte de la sangre, mis manos manchadas y las lagrimas de impotencia que corrían por mi rostro al ser incapaz de hacer lo que mi familia por generaciones había cumplido.

Escuché aquellos susurros en más de una ocasión. Era un acoso constante, un martilleo que no se detenia nunca, por más que rogara.

"Escuche que no es su hijo de sangre"

"¿Está maldito?, que irónico"

"No puede hacer ni una simple invocación y sus contratos son inútiles, un desastre, con los padres que tiene, yo me hubiera desecho de ese peso muerto"

Pasaba horas y horas cortando incluso la carne más cercana a mi corazón para ser igual a ellos, pero no dio resultados. Lleno de cicatrices y roto, vacío, ese era yo, siempre fui yo.

No teniamos mucho contacto con las personas del exterior. Mi educación siempre fue custodiada por todos los que tenían fe en que siguiera el linaje de mi familia.

Pero una oveja que no da lana era ciertamente expulsada, ignorada. Incluso dejaban de alimentarla.

Sobrevivir era más un deseo que una realidad en ese momento, ese momento...

Escuché las bocinas de un automóvil sacandome de mi ya acostumbrada ensoñación o como le llamo, solo una crisis de ansiedad por todo lo que había pasado.

Claro, nombrarlo yo mismo es muestra de cuanto necesito repasar la suma de mi existencia cada día. Una obsesión. Algo más que corregir en mi...

Es irónico pensar que alguien con tantos problemas, insanos, buscara convertirse en un cirujano a tiempo completo.

Curar a las personas de sus males, ayudarlas a seguir adelante.... hasta que paguen el precio. Irónico.

Es que, ¿acaso es imposible ayudar a otro sin que este obtenga condiciones y letras pequeñas en cada esquina?

Mis pensamientos, entonces, fueron interrumpidos de golpe. viendo a ese pequeño ser negro en el piso, en medio de ese callejón, herido y al borde de la muerte.

Tal vez fui algo estúpido, pensando que podía cambiar las reglas, pensando que estaba jugando fuera del tablero.

Pero así como tus heridas fueron curadas por mi sed de venganza contra el mundo, esa sed fue calmada por un precio mayor, mi alma.

¿no es así,... Craig?

Pase días enteros cuidando de ti sin saber realmente lo que eras o de donde venias. Soledad, ese era el motivo oculto que tal vez manchaba y hasta violaba mi intento de altruismo.

Entonces tus ojos por fin se abrieron mostrandome un hipnotizante tono azulado. Solo recuerdo sonreír apoyando mi cabeza contra mi brazo tratando de sumergirme en el mar de esos zafiros.

A medida que te ibas recuperando empezabas a desaparecer en las noches de aquel crudo invierno. La primera vez que desapareciste volvió ese sentimiento que curiosamente se había esfumado desde que llegaste a mi vida, ese estúpido vacío otra vez, ¿a donde ibas? Eso aun lo mantienes en secreto... ¿Tal vez a alimentarte?

-Tweek...- recuerdo despertar mirando por primera vez tu rostro, con tus brazos a mis costados tratando de que no huya en ese instante, ya no eras un simple gato, ¿qué eras? -se mio...- y entonces la confusión solo hizo más que aumentar.