That I'm Sent From Above

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No había pasado nada de lo que había imaginado.

SunMi estaba roja hasta la raíz.

–J-JiSoo… tú… s-sólo era una c-cita –murmuró la chica sonrojada a más no poder.

–Me encanta que llames “cita” a “salir con mi mejor amiga de infancia a comprar comida y ropa interior para conquistar a la chica que me gusta”.

La contraría la miró irritada y avergonzada.

–Sí, bueno, aunque yo haya dicho “cita” no significa “voy a coger contigo”.

JiSoo soltó una carcajada y le hizo una disimulada seña a SunMi para que mirase por la ventana. Y la vio. Una bella chica la mataba con la mirada.

SunMi frunció el ceño y le uso una mueca que se definía en: “¿Qué diablos miras?”.

Rosé carraspeó y le gritó:

–¡Miro tu bonita ropa interior!

SunMi se miró asustada, entrando en cuenta que estaba en ropas indecentes. Rápidamente entró al cuarto de baño.

JiSoo la miró divertida y se acercó.

–Park Chaeyoung. –ronroneó.– No deberías espiar a tu vecina.

–No deberías mostrarle a cualquiera tu ropa interior. –respondió recelosa.

–No es cualquiera –la rubia miró de reojo el baño y sonrió adorablemente.– Es mi mejor amiga.

Chaeyoung ignoró el gesto tierno de la menor.

–¿Que SunMi no es tu mejor amiga?

–Oh, no, es mi mejor amigo. –recalcó la ‘o’ y rio.

La chica no encontró lo divertido, estaba súper incómoda, JiSoo seguía en esa magnífica ropa interior. Si se acercaba más, temía que en cualquier momento saltaría a su ventana para comérsela a besos.

No, no, no, no, no podía, era menor y Chaeyoung no podía permitirse el lujo de enamorarse. Lo de ella era jugar. Sí, jugar. Se repitió lo mismo mentalmente para que lo pudiera creer.

Pero JiSoo no era un juego, de verdad que le gustaba. Sus ojos, sus besos, su cuerpo, su sonrisa y, joder, su personalidad. Le gustaba cuando trataba de hacerle reír, claramente fallando porque era demasiado no divertida. Le fascinaba cuando le contaba cómo Lalisa la maltrataba. Amaba cuando le bailaba y se transformaba en alguien totalmente diferente para terminar preguntando tímidamente cómo había estado.

Dios santo, estaba enamorada de Kim JiSoo.

–Hey, Rosé… –volvió a la realidad cuando su vecina estiro su mano para tocarle la cara y regresarla a la realidad.

–T-Tengo que irme.

Sorpresivamente, JiSoo la sostuvo del brazo, era un agarre fuerte pero cuidadoso. Se preocupada por ella.

–Ya no huyas, Chaeyoung. –pronunció seriamente, había determinación en los ojos de la menor. Soltó lentamente su brazo.

–JiS-…

–Me largo, yo no puedo con tu vecina acosadora y menos con tus ganas de meterme a la cama. –SunMi salió, completamente vestida, del baño y paró bruscamente, podía ver que JiSoo la quería asesinar con la mirada, también podía ver que la vecina-acosadora era un tomate viviente. Oh, vaya. Esa era la chica que traía loca a su mejor amiga.

Lentamente, SunMi fue retirándose de la habitación.

JiSoo volvió la vista a Rosé, encontrándose con una ventana cerrada y cortinas puestas.

[…]

–¿Y qué tal te va con la diosa Rosé? –dijo Lalisa mientras tomaba una papa frita del plato de su novia.

–No me lo recuerdes. –JiSoo se lamentaba, sabía que Chaeyoung le iba a decir algo importante.

SoMi la miró divertida.

–SunMi siempre ha sido inoportuna, todavía recuerdo cuando Lalisa me dio el primer beso… Dios, esa chica entró como un torbellino al salón haciendo escándalo para encontrarme sobre las piernas de Lisa, su cara fue realmente graciosa.

JiSoo la miró un poco traumada por la nueva información brindada.

–Al siguiente día, SunMi se acercó para preguntarme que si SoMi no tenía donde sentarse. –Lisa rio ante el recuerdo.– Estábamos en un salón lleno de sillas.

–Si sigue siendo tan tonta, no va a conseguir que SeulGi le haga caso.

–A mí me sigue sorprendiendo el hecho de que SunMi aparente ser dura y fría cuando es tan idiota. –pronunció SoMi mientras se levantaba.– Y tú también eres una idiota, deja de jugar a la chica mala, sólo eres una bebé.

–¡Si sigo siendo un bebé ella no me tomará en cuenta!

Lalisa también se levantó de su asiento, dispuesta a seguir a su novia.

–Deberías decirle lo que sientes, sé sincera. A mí me funciona. –levantó los hombros con aire despreocupado.

–¡Lisa, vámonos! –le gritó SoMi que estaba a unos cuantos metros.

–Gobernada. –le espetó JiSoo irritada.

–Ignorada. –le devolvió Lalisa sacando la lengua.

Sus amigas se habían ido dejando a una súper confundida JiSoo. Su plan era provocar a la mayor, pero así sólo crecía el deseo carnal entre ambas, no el amor. Tenía que cambiar algo. Estaba segura de que Chaeyoung sentía algo por ella, pero no estaba segura de si era sólo atracción.

Tenía que hablar con ella.

Y por eso estaba afuera de su casa, la había visto entrar unos minutos antes.

Tocó la puerta y juró haber escuchado un extraño sonido detrás, seguido de unos pasos que se alejaban. Volvió a tocar. Nada.

La chica no le iba a abrir. JiSoo no entraría por su ventana nuevamente, quería verse totalmente seria y dispuesta.

–¡Chaeyoung, sé que estás en casa! ¡Si no abres en un minuto, todo lo que te quiero decir lo gritaré aquí afuera!

Nada, no pasaba nada, pero podía escuchar que Chaeyoung estaba detrás de la puerta, expectante.

Se aclaró la garganta.

–¡Sólo lo diré una vez! ¡Park Chaeyoung, me gustas! ¡Yo sé que no quieres nada de mí pero no me rendiré! ¡Sé que sientes algo por mí o no me hubieses besado!

–¡Lo sabía! –oh, Dios, no, JiSoo miró hacía su casa y vio a su madre espiándola por la ventana.

Quería que la tierra la tragara pero no se iba a rendir.

–¡Pido una oportunidad! ¡Sé que no quieres nada ahora pero te esperaré! ¡Te esperaré el tiempo necesario porque me gustas! ¡Park Chaeyoung, me gustas mucho! ¡No sé si te merezco, pero puedo decir que mis sentimientos son puros! ¡Contigo me siento viva! ¡Deseo poder decirte cuánto me gustas todos los días sin que huyas de mí! ¡Me tienes loca! –y JiSoo seguía gritando cuánto la mayor le gustaba, al diablo con sus vecinos, tenía que decirle a Chaeyoung lo que sentía.

–Por Dios, JiSoo, llevas 10 minutos gritando “me gustas, Park Chaeyoung”, ¿podrías parar? –una Rosé muy avergonzada abría la puerta, tenía una tímida sonrisa en su cara, y no podía estar más feliz en ese momento.

Oops!... I did it again - ChaeSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora