No fue mi intención que las cosas acabaran desarrollándose de esa forma, pero supongo que debí haberme anticipado a ellas. El lugar al que nos dirigíamos podía ser o bien muy peligroso o bien una completa farsa, quedaba en nuestra mano el investigarlo. En el coche había un silencio sepulcral, a excepción del ruido propio del motor y de las indicaciones de la voz femenina proveniente del GPS. Taehyung era el conductor. A su lado se encontraba Namjoon ayudándole con algunas indicaciones y en la parte trasera nos encontrábamos Suni, Jimin y yo.
Había pasado menos de una hora desde que Suni y yo abrimos aquel trozo de papel y descubrimos todo lo que estaba escrito. No era demasiada información pero sí era bastante precisa. Con una letra perfecta y de tinta negra había escrito una especie de declaración que pretendía entregar a la policía, solo que esa entrega nunca tuvo oportunidad de realizarse. En aquella declaración manifestaba que había escuchado una conversación entre cuatro hombres importantes de la empresa en la que fardaban de una manera totalmente hilarante y grosera acerca de los pagos que se hacían a los inversores con servicios femeninos y la contratación de prostitutas en las cenas de empresa más elitistas y restringidas. Por si esto no fuera poco, también habían hecho mención a un edificio –propiedad de la empresa– que estaba exclusivamente dedicado al almacenaje y distribución de sustancias estupefacientes.
Cuando descubrí todo esto la primera persona a la que llamé fue Jimin y él se quedó tan asombrado como yo. Incluso más que eso, estaba decepcionado y asqueado por los trapos sucios de su propia agencia. Obviamente nada era seguro y por eso estábamos yendo ahora a comprobarlo, pero todos parecíamos depositar gran confianza en aquellas palabras que había escrito tantos años atrás.
Park Shinhye fue la segunda persona a la que llamé. Su reacción no fue tan eufórica como me esperaba, pero sí me hizo saber que esos nombres que había apuntado de los cuatro hombres eran clave para que él continuara la investigación desde su ordenador. Respecto al edificio que presuntamente era un punto de almacenaje de drogas no hizo comentarios reseñables, más que negarse en rotundo cuando le dije que iría a echar un vistazo. Insistí que no me pondría en peligro, pero él me gritó que no lo hiciera hasta que le corté la llamada.
¿Y Jungkook? Bueno él fue el primero que se me vino a la cabeza y al primero a quien quise contarle todo. La razón por la que no lo hice fue porque últimamente estaba agotado y sufría de mucho estrés por el trabajo. No podía evitar sentirme culpable por eso, pues lo único que intentaban sus jefes era mantenerle ocupado y alejarle de mí. Bueno, no sé si realmente era eso lo que estaba pasando, pero aun así no quería añadir más preocupaciones a su ya estresante vida. Así que me dije a mí misma que no le contaría nada hasta haber descubierto algo significativo.
—¿Es aquí? —Preguntó Suni. Nos encontrábamos en el muelle de Hupo, en la costa este. Como ya había anochecido no había demasiado ambiente, los trabajadores ya se habían ido a sus casas y las calles eran una sucesión de aparcamientos vacíos.
—Sí, aquí cerca. El resto lo haremos andando. — Explicó Taehyung, quitando las llaves y bajándose del coche. Los demás imitamos rápidamente sus pasos y comenzamos a andar, alejándonos progresivamente de la costa.
—Parece que es ese edificio de allí. — Señaló Namjoon hacia una especie de almacén abandonado. Decía abandonado por el aspecto descuidado del exterior, la pintura verde estaba desgastada y las puertas algo oxidadas, sin embargo, si te acercabas más y mirabas con detalle, había cámaras de seguridad y cerrojos muy nuevos.
—No sé qué habrá dentro, pero desde luego parece sospechoso. — Dijo Jimin después de mirar en derredor.
Nos quedamos ahí estáticos unos minutos, mirando de lejos el edificio intentando sacar algo en claro. Creo que todos teníamos la salvaje curiosidad de intentar entrar pero ninguno se atrevía a proponer tal locura. Sin embargo, quizás era yo la que estaba más interesada por descubrir qué había detrás de esos muros y no pensaba llevarme a nadie conmigo.
