Nuestro Secreto

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Nuestro secreto.

Mis hermanos están en peligro, alguien ha traicionado a la familia y yo necesito ponerme en marcha para detener lo que sea que está sucediendo. Bajando la vista me topo con la maldita escoria que ha lastimado a los niños y pienso en cuán fácil sería dispararle, terminar su vida...

— ¿Sabes? Podría hacértelo fácil y asesinarte, pero si te metiste a esta casa debes saber muy bien que si te atrapaban ibas a caer en manos de Lorenz —su piel palidece un poco—, un tipo demasiado inteligente que sabe cómo hacerte sufrir y mantenerte vivo hasta que él quiera...

» ¿O qué tal Niklas? ¡Ufs! Debes haber escuchado un montón de él y ni hablar de los ejecutores de esta familia —Sonrío—. Así que te dejaré vivir para que puedas conocerlos.

Necesitando comprobar a mis hermanos y deshacerme de este tipo para que no me ataque por la espalda, alzo el arma golpeándole la cabeza con la suficiente fuerza para dejarlo inconsciente. El golpe le ocasiona una abertura en la sien que comienza a sangrar, pero ¿Pregúntame sin me importa?

Comprobando que realmente se encuentra fuera de combate, me pongo de pie, pero antes de ir a Dietmar me encuentro saliendo al balcón y gritando, ladrando órdenes a los hombres a una distancia, los hombres que se supone se encontraban cuidando la mansión, pero claramente hay un traidor o más entre ellos y sé que no habrá manera en la que no lo descubran, pero ahora la prioridad son mis hermanos.

Corro hacia la cama y llevo dos dedos al cuello de Dietmar y una respiración me abandona cuando le encuentro un pulso bastante débil, demasiado. Sus labios están obteniendo un tinte amoratado cercano al azul y cuando intento despertarlo, sacudiéndolo en un gesto de desesperación que claramente no es racional, parece un muñeco o alguien sin vida.

Envenenamiento, reconozco las señales o al menos alguna mierda extraña debieron darle.

Quitando las sabanas lo cargo y maldigo porque el mocoso no es nada ligero de peso y ordeno a la seguridad que saquen a Fabienne de su habitación y enciendan el auto. Si no quieren obedecerme, se abstienen de comentarlo porque todos se ponen en movimiento y no puedo evitar pensar "¿Cuál de ustedes es el hijo de puta traidor?". Por fortuna – tal vez – él que trae a mi hermana en sus brazos es Jan, quien comienza a enunciar los posibles venenos corriendo en los cuerpos de mis hermanos mientras corremos a una de las camionetas y ordeno que se encarguen de arrastras al tipo a los salones subterráneos en donde estoy seguro que encontrará su destino en unas horas.

En el auto me doy cuenta de que estoy descalzo, pero ese es un detalle pequeño mientras hablo con Niklas por un teléfono que me hacen llegar. Él suena calmado mientras dice "lo hiciste bien, me haré cargo desde aquí, cuida de ellos".

—Niklas, ellos...

—Tranquilo, Moritz. Sé quiénes son, sabía que no eran aliados, pero no pensé que fueran tan idiotas para actuar así de despreocupados, qué falta de clase. —señala de forma seca.

— ¿Falta de clase? Voy camino a una clínica clandestina con dos hermanos envenenados.

—Ellos estarán bien, no morirán de algo tan corriente cómo un envenenamiento. En la clínica sabrán qué darle porque ya les hemos advertido de la posible droga que tienen en el sistema.

Trato de aplacarme con sus palabras llenas de seguridad, pero es imposible mientras sostengo a dos hermanos en condiciones deplorables que no dejan de verse cada vez más enfermizos.

—Me haré cargo de los traidores que creen que soy un estúpido que no tenía conocimiento de sus tonterías, tú cuida a los mocosos mientras limpiamos todo esto... Lo dice que cuando despierte le tomes una foto a Fabienne para decirle que se veía fea.

El Motivo de Su Arte (Introducción #Enigmas)Where stories live. Discover now