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DE VUELTA

Pasaban los segundos que a todos los presentes se les hacían eternos hasta que las alarmas dejaron de escucharse y de pronto se oyó una explosión.

Todos creían que les alcanzaría pero no fue así.

Se quedaron en sus lugares por un rato y finalmente Vegetta y Alex salieron de la habitación para comprobar si su plan había funcionado o había sido un fracaso.

Saltaban un poco más alto debido a la falta de gravedad que había creado el boquete pero igualmente aún se podía andar con ayuda de los trajes.

Cuando Alex y Vegetta llegaron al lugar en el que se había producido la explosión se dieron cuenta de una cosa, las salas tanto del reactor como de cámaras y los pasillos estaban totalmente destruidos.

La sala del reactor había desaparecido y en su lugar se encontraba el espacio exterior y la sala de cámaras estaba totalmente carbonizada por la explosión.

Los motores de los lados se encontraban de color negro y no blanco como alguna vez fueron pero lo más preocupante fue ver cómo la gasolina se salía de los tanques poco a poco.

-Tenemos que hacer algo con la gasolina, sin ella no podremos volver- dijo Alex.

-Vamos a avisar al resto- añadió Vegetta a lo que Alex asintió y ambos regresaron sobre sus pasos hacia la sala de navegación.

-¿Ha funcionado?- preguntó Fargan al verles regresar.

-Ya no hay sala del reactor y se está saliendo la gasolina de los motores- respondió Vegetta.

-Tenemos que ver si funcionan- añadió Willy.

Tanto Fargan como Willy se sentaron de nuevo en las sillas y comenzaron a presionar los botones, apareció una palanca de la cual al tirar la nave pareció volver a funcionar. O eso fue lo que pensaron los demás al ver las expresiones de alivio de Fargan y Willy.

-La nave vuelve a funcionar pero lo de la gasolina es un problema- dijo Fargan volviendo a subir la palanca.

-Podríamos llenar los tanques de gasolina mientras la nave está en movimiento, así no se acabaría- sugirió Vegetta.

-Normalmente la gasolina tarda dos horas en gastarse completamente, con un agujero en el tanque tan solo tardaría 10 minutos- añadió Willy- además es muy peligroso estar tan cerca de los motores con la nave con un agujero en movimiento, podrías acabar calcinado.

-No tenemos otra opción, a nuestros trajes a penas se les gastará el oxigeno en dos horas, yo estoy con Vegetta, tenemos que intentarlo- dijo Alex.

-Aroia y yo llevaremos gasolina desde el almacén hasta el motor, así ellos no tendrán hacer tantos viajes, que Vegetta y Alex se queden llenando los tanques y vosotros tratar de llevarnos de vuelta a la tierra- dijo Rubius.

A todos les pareció un buen plan por lo que se pusieron manos a la obra.
Vegetta y Alex tomaron un bidón de gasolina lleno cada uno y caminaron hacia el motor superior e inferior.

Rubius y Aroia por su parte comenzaron a llenar los bidones, cuando el de Rubius estuvo lleno corrió para dárselo a Vegetta, el cual estaba en el motor inferior. Aroia hizo lo mismo solo que en lugar de dárselo a Vegetta fue al motor superior para dárselo a Alex y repetir el proceso.

Después de dos viajes se coordinaron y la cadena comenzó a tomar un buen ritmo, los tanques se encontraban al 100% en todo momento.

Fargan y Willy por otro lado se encontraban manejando la nave y tratando de hacer llegar la nave a la tierra.

Si sus cálculos no eran erróneos llegarían a la tierra en una hora y media por lo que el oxígeno de sus compañeros llegaría de sobra.

Estaban preocupados por ellos, por supuesto, porque estar tan cerca de los motores en marcha era peligroso y más aún cuando había un gran boquete en la sala de al lado.

Estaban seguros de que sus compañeros lo lograrían pero aún así había algo que les preocupaba.

¿Donde aterrizarán al llegar a la tierra?

No podían simplemente caer en cualquier parte puesto que eso los haría responsables de más muertes, así que solo tenían dos opciones.

Opción número uno: aterrizar en algún campo o bosque en el que no hubiera gente y después caminar hasta la ciudad más cercana.

Opción número dos: aterrizar en medio del mar y rezar por no ahogarse o ser comidos por algún pez o tiburón con hambre.

Optaron por la primera opción puesto que lo peor que les podría pasar sería aterrizar en un campo en medio de Australia y ser devorados por una serpiente o picados por una araña terriblemente mortal.

O bueno, tal vez estuvieran siendo algo negativos pero estaban en su derecho. La situación en estos momentos era algo surrealista.

Estaban en una nave semifuncional en medio del espacio tratando de volver a la tierra y no morir en el intento.

No era algo que sucedía todos los días así que todas sus suposiciones eran totalmente válidas.

En cuanto lograron ver la tierra de nuevo solo quedaba ir recto hacia ella y tratar de aterrizar en un sitio medianamente seguro.

(...)

Se encontraban cada vez más cerca de la tierra, había pasado aproximadamente una hora desde que comenzaron con su plan y a este paso Rubius y Aroia ya estaban tan cansados de ir y volver que tuvieron que cambiar puestos con Vegetta y Alex.

Al parecer aterrizarán en medio de un campo en Argentina puesto que no les quedaba ni tiempo ni combustible para dirigirse hacia España.

Agradecieron mentalmente que al menos en el lugar en el que aterrizarán hablaban en español y podrían comunicarse.

Vegetta, Rubius, Alex y Aroia llegaron a la sala de navegación después de algo más de una hora reponiendo el combustible.

-La nave está al 100% pero el tanque del almacén está totalmente vacío- dijo Alex notablemente cansado.

-¿Es suficiente para llegar?- cuestionó Rubius.

-Creo que nos llegará justo- respondió Fargan- ir a sentaros a la cafetería, no podéis estar desatados.

Los cuatro acataron la orden por lo que caminaron hacia la cafetería para sentarse cada uno en su respectivo lugar.

Fargan y Willy comenzaron a reducir la velocidad de la nave gradualmente y finalmente pudieron fijar el lugar en un campo en el que solo había vegetación.

Fueron despacio debido a que les faltaba parte de la nave pero con mucho esfuerzo pudieron forzar un aterrizaje medianamente decente.

Lo habían conseguido.

Estaban de vuelta.