Marzo 13, 1944
Querida madre,
Al principio había decidido omitir de esta misiva un asunto que, innegablemente, me rompe el corazón; sin embargo, por más que lo intenté, no fui capaz de fingir que todo va bien conmigo.
En este día, más que en ningún otro, necesito desahogarme con alguien. Y, aunque no estás aquí físicamente, siempre has sido tú quien me ha ayudado a conseguirlo. Por esa, y por muchas otras razones, siento que con tan solo escribirte acerca de eso que me aflige, me envuelves con ambos brazos para mitigar mi dolor.
Porque te conozco, sé que debes estar enterada de cómo funcionan las cosas por acá; de todo a lo que tenemos que enfrentarnos. Por ende, puedo confiarte que he visto más cuerpos apilados de los que puedo contar..., y, pese a que a muchos de ellos no los vi jamás, rezo por su eterno descanso.
Lamentablemente, de todos los amigos que te conté había hecho al inicio, ya no me queda ninguno. Eso me quebró; te juro que lo hizo.
Por favor, no dejes de orar nunca.
Con amor, Richard.
P. D. Te adoro todavía más de lo que crees.
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Con Amor, Richard ©
Short Story1943 Con enormes deseos de honrar a su nación con una gloriosa victoria, Richard Marshall es enviado a la crueldad de la guerra, junto a soldados fuertes y capaces para llenar los campos de batalla. Siendo la correspondencia el único medio para noti...