Capítulo 15

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Las cálidas mantas de piel de animales eran sin duda tan calientes que invitaban a seguir durmiendo, Quien despertó primero fue Sett, abrió los ojos y vió que todos habían permanecido juntos pero ahora cubiertos por lo que parecía una colcha afelpada.

Se deslizó de entre los brazos de las demás y se sacudió, olfateó enseguida a los demás para asegurarse que estaban bien.

No te muevas, Lobo.—

Otro amigo...—

Sett escuchó las nuevas voces y se puso alerta, se colocó frente a los vastaya aún dormidos para protegerlos en caso de ser necesario, emitió gruñidos altos para demostrar que no tendría miedo en atacar.

—Oh, Calma, Hermano Lobo... Sabemos que vienen desde muy lejos, ustedes no tienen el aroma de este bosque.—  Esa nueva persona era sin duda extraño, era alto, delgado pero con una musculatura media, tenía pelaje en sus ropas, cabello largo y negro como la noche, sus manos tenían uñas largas y afiladas, pues no eran del todo eso, parecían ser las patas de un lobo, su rostro era cubierto por lo que parecía una máscara blanca en forma de cara de cordero, con ella puesta apenas y se podía apreciar sus ojos, pero aprecian ser de un vivido azul.

Sett volvió a su forma humana, aunque los dos eran lobos el contrario se veía más salvaje aún que Sett y también menos humano.
—¿Quién eres?— el Pelirrojo Murmuró mientras bajaba suavemente las orejas, aún seguía alerta por su debía pelear en algún momento.

—Yo soy Farya y el Wolyo... Yo soy siempre la oveja de Lobo... Y él siempre el lobo de Oveja— La mujer al contrario de él era algo pequeña de estatura, tenía un cuerpo delicado y frágil, sus ropas eran casi totalmente de una abrigadora lana, tenía ojos azules como el mismo cielo, si cabello era frondoso y blanco, además que tenía orejas largas y una muy pequeña cola, compartía junto al otro una máscara, solo que la de ella era la de un Lobo negro, quizá representando al chico tras de ella.

—Soy Sett.— Murmuró el vastaya mientras bajaba un poco la guardia. —Mis amigos.— señaló con su índice al resto de animales que dormitaban plácidamente aún.

—¿Sett? No los había visto por aquí antes, ni en otros lugares del bosque.—

—Eso es porque no vienen de un bosque, Ovejita... Vienen de estar con humanos.— Wolyo se acercó a olfatear suavemente a Sett, ambos intercambiaron gruñidos durante un momento.

—Ya fue suficiente, querido Lobo.— Farya jaló suavemente a su compañero de sus ropas para separarlo del lobo rojo. —Todos ustedes sin Vastayas también ¿Cierto?— preguntó la Oveja mientras veía de lejos al resto.

Ante el intercambio poco a poco los demás comenzaron a despertar, Xayah en cuanto abrió los ojos cambió de forma. —Sett, da un paso atrás, nos estaban apuntando con algo, seguro quieren matarnos.— y no dando más tiempo formó unas cuchillas en sus manos, aunque Wolyo ni siquiera se asustó, al ver una manzana tirada la levantó del suelo y comenzó a comerla.

—¿Esto?— Farya sacó su arco de detrás de su espalda. —No creí que fuera a asustarlos, solo es mi arco.— la Oveja rió un poco, entre sus manos apareció una flecha echa de algo similar a la luz, la apuntó pero la disparó en contra de la manzana que tenía el Lobo en la boca quitándosela de ese mismo golpe.

—¿Qué es lo que quieren de nosotros?— Ahri se había puesto en contexto al verlos y si levantó también.

—¿Querer?— Tanto el lobo como la oveja rieron durante un breve periodo de tiempo. —Oh, nada... Las noches aquí sin frías y en las mañanas el sol vuelve a calentar ¿Pasaron frío no? Quisimos compartir abrigo con ustedes, el resto de animales asumieron la forma humana.

The Dark Forest CircusWhere stories live. Discover now