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El cumpleaños de muerte

Entró Octubre y llegó un frío húmedo que se extendió por todo el castillo, una epidemia de catarro mantuvo ocupada a la Sra. Pomfrey, la poción que tenía, de efecto inmediato, hacía que te saliera humo de las orejas. Irene y Ginny tuvieron que tomarla y ambas parecieron máquinas de vapor durante un buen tiempo.

Estuvo lloviendo durante días y la lluvia hizo subir el nivel del lago negro, hizo que los jardines se embarrasen y se formasen pequeños y sucios arroyos. Las calabazas de Hagrid eran enormes.

Aquel día, lluvioso, Irene esperaba a Harry en la puerta del castillo ya que el chico tenía entrenamiento de quidditch. La chica estaba leyendo un libro sobre pociones sentada en el frío poyete de una ventana, oyendo como las gotas caían, la chica sonrió al darse cuenta que el hechizo que había empleado para que las páginas no se arrugasen por la humedad. La Slytherin levantó la vista cuando oyó unos pasos acercándose, vio a Harry empapado y dejando manchas de sus botas tras de sí.

- ¿Qué tal el entrenamiento? - preguntó ella guardando el libro en su mochila y acercándose a él.

- No veía nada con la lluvia... Casi me doy con la bludger en toda la cara - Irene no pudo evitar reír - ¡Oye! - el chico le dio un golpe en el brazo sonriendo.

- Lo siento, lo siento - dijo Irene aún sonriendo.

- Dudo que este año vayamos a ganar, la verdad.

- ¿Por qué no? Te recuerdo que fuiste el buscador más joven del siglo el año pasado.

- Sí, y este año Slytherin tiene escobas mejores.

- Y vosotros sois mejores jugando, créeme, he visto a los dos equipos, Slytherin tendría alguna posibilidad si su buscador fuese mejor... Pero es Draco - la chica sonrió intentando animarle, por suerte, esto funcionó y ambos pasaron un buen tiempo riendo, unos minutos después, ambos seguían andando, ahora en silencio, un silencio cómodo, hasta que oyeron a alguien hablar de fondo.

- No cumplo con las características... Un centímetro... Si eso... - Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor miraba por una ventana con expresión triste.

- Hola Nick - dijeron ambos.

- Hola, hola - Nick dio un respingo y se giró mirando de un lado a otro. Iba tan elegante como siempre, a través de él, los chicos podían ver la ventana, el cielo oscuro y la lluvia.

- Parecéis preocupado - dijo Harry.

- ¡Bah! - el fantasma hizo un gesto algo elegante con la mano - un asunto sin importancia... No es que realmente tuviera interés en pertenecer... aunque lo solicitara, pero por lo visto «no cumplo con las características». —A pesar de su tono displicente, tenía amargura en el rostro—. Pero cualquiera pensaría, cualquiera —estalló de repente, volviendo a sacar la carta del bolsillo—, que cuarenta y cinco hachazos en el cuello dados con un hacha mal afilada serían suficientes para permitirle a uno pertenecer al Club de Cazadores Sin Cabeza.

- Desde luego - dijeron ambos que tenían la sensación de que era lo que el fantasma quería oír.

- Por supuesto, nadie tenía más interés que yo en que todo resultase limpio y rápido, y habría preferido que mi cabeza se hubiera desprendido adecuadamente, quiero decir que eso me habría ahorrado mucho dolor y ridículo. Sin embargo... —Nick Casi Decapitado abrió la carta y leyó indignado:

Sólo nos es posible admitir cazadores cuya cabeza esté separada del correspondiente cuerpo. Comprenderá que, en caso contrario, a los miembros del club les resultaría imposible participar en actividades tales como los Juegos malabares de cabeza sobre el caballo o el Cabeza Polo. Lamentándolo profundamente, por tanto, es mi deber informarle de que usted no cumple con las características requeridas para pertenecer al club. Con mis mejores deseos,

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2021 ⏰

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