capitulo 5

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Las chicas llegaron al edificio donde vivían, blanca molesta, celeste ansiosa y rosa cansada.

-chicas?- pregunto celeste, las otras dos la miraron y ella continúo -deberíamos decirle a panchito sobre lo de Quackmore?-
Ninguna dijo nada, era verdad, debían decirle? O mantenerlo entre ellas, rosa suspiro.

-lleguemos y descansemos primero, si panchito quiere saber que pasó le decimos- continuo blanca mientras continuaba el recorrido de las escaleras.
Rosa y celeste se miraron, asintieron y siguieron a su hermana.
Con cuidado abrieron la puerta de la entrada, sin hacer ruido se acercaron a la sala, la tele estaba encendida, se asomaron y vieron a panchito acostado mientras el DVD seguia reproduciendo una película mexicana. Miraron la pantalla "dos tipos de cuidado" en la escena donde rompen el compromiso de Jorge.

-owww y a mi que me gusta el dueto que se montan- susurro celeste, seguido de un costado de rosa.
Lo más silencioso que podían, rosa quito la película, blanca recogió el vaso y la botella de jugo del que panchito había bebido y celeste le coloco una cobija, blanca llamo a sus hermanas y cuando llegaron a la cocina, vieron una bolsa de gomitas, junto a unos cuantos chocolates, se enternesieron al principio pero luego volvió el amargo recuerdo de panchito solo. Se asomaron una última vez, se veía tranquilo y calmado que realmente no quisieron molestarlo. Estaba cansado y ellas también, se miraron y cada una fue a su habitación para acostarse y descansar.

-

El aroma de hotcakes inundó cada rincón de del departamento, las chicas se levantaron gustosas por el dulce aroma, cuando entraron a la cocina, se les encogió el corazón, su tía Daisy estaba hablando con el gallo.

-garotas! Que bueno que despiertan, miren su tia Daisy trouxe esta desculpa, no se por que se disculpa pero a qué son bonitas- era un ramo de flores blancas, espera estaba ablando portugués?

-por que no me dijeron que su compañero era extranjero y un gran cocinero?- dijo dando un último bocado a su plato, las chicas se miraron entre ellas.

-uhhh, no sabíamos cómo lo tomarias- dijo celeste en vos baja.

-pero que dicen, Francisco parece ser alguien en quien puedo confiar a mis sobrinas!- dijo feliz la mujer, ellas aún dudosas de que sucedía.

-Eu acho que eles têm algum... cosas que decirle a su tía no?- sonrió recordando lo que su madre le había enseñado, al servir tres platos más, ellas se miraron una vez más.

-creo que yo debo las disculpas- dijo la mujer sorprendido a las niñas -debí intervenir cuando las preguntas se volvieron agresivas y así parar a donald, además el tío de Donald no debió hablar así de panchito, debí interferir yo o Donald y José, no ustedes- dijo apenada, de reojo las niñas miraban a panchito estaba arreglado muy diferente a lo normal, parecía de esos preeadultos jóvenes que salieron de la universidad, técnicamente parecía otro, eso las hizo sospechar.

-de echo el joven olivero, me dijo que también ayudaría con la búsqueda de panchito- dijo Deisy a lo que las niñas asintieron lento mientras comían -bueno ya que veo que están mejor debo irme- se levantó de la mesa.

-Eu te acompanho senhorita- Daisy río por el apodo y ambos desaparecieron de la cocina, todo quedó en silencio hasta que se escuchó la puerta cerrarse y panchito volvió a la cocina.

-bueno... Hay algo que quieran decirme?- pregunto calmado las tres soltaron un suspiro tembloroso que no sabían que estaban aguantando y con rapidez corrieron a abrazarlo, este solo les acaricio el cabello.

-lo sentimos, realmente lo lamentamos- dijeron las tres, panchito río.

-tranquilas, no deben disculparse, hicieron lo correcto al no mentirles a ellos- las niñas miraron a panchito a los ojos este se arrodilló y secó las lágrimas de cada una.

-pero la tía Daisy...- panchito negó.

-ella no me reconoció, me preguntó mi nombre y si era el amigo del que ustedes hablaron, le dije que si, que mi nombre es Miguel Francisco Olivero y soy de Brazil, lo cual no es mentirá y además ella me contó sobre lo que pasó en Quackmore- ellas lo volvieron abrazar.

-queríamos decirte pero... Estabas dormido y nosotras estresadas- dijo blanca.

-que piensas hacer, ahora que sabes que te buscan panchito?- el no dijo nada, solo apretó más fuerte.

-no importa lo demás, ahora debo esforzarme y seguir con mi trabajo- saco una bolsita del gabinete y las entrego -supongo que ya saben por qué, no?- las chicas miraron el contenido y sonrieron, dulces.

-si, no te preocupes- dijo rosa.

-bueno pequeñas deben preparase para ir a la escuela- las niñas rieron.

-panchito hoy hay consejo técnico, no hay clases- dijo blanca viendo la cara de panchito.

-oh, pues siento decirles que está noche debo cubrir el turno de un compañero- dijo rascando su cabeza.

-espera, pero hoy no trabajas en el restaurante o si?-panchito negó.

-no, amber cerró hoy por el evento familiar, asi que nos mandó a chingar nuestra madre- las tres rieron ante el comentario -pero cuando preparaba el desayuno y su tia estaba, me llamaron del bar para saber si podía cubrir el turno de noche de el músico de hoy y de ser así me pagarían las horas extras-

-bien, pero queremos un mensaje cuando llegues y cuando salgas- panchito río pero así tío.

-claro, ahora debo irme si quiero depositar el dinero a mi tía, para pagar el hospital donde está mi apa, vuelvo en unas horas y nos ponemos al día de lo que pasó en el inti, va?- les dio un beso en la frente y salió de hay.
Caminado ya lejos del departamento sintió una presión en el pecho, miro a lo lejos como la mansión McDuck relucia vivas mente, panchito miro con mala cara el lugar y siguió caminando, acomodando su cachucha. Llegó al banco e hizo el depósito, cuando salió marco cierto número en su celular.

-hola jefa, como se encuentra hoy- pregunto el gallo.

-es bueno oirte mi pequeño- se escuchó la voz de la madre de este -y ya me encuentro mejor tranquilo-

-onde andas?- la madre quedó en silencio unos momentos.

-estoy Con tu papá vigilado que se coma todo lo que hay en el plato- se escuchó una voz molesta de fondo, la mujer solo río.

-oye ama, puedes preguntarle a mi tía si ya le llegó el dinero? Es que acabo de despistar- la madre afirmó que le avisaría si respondía.

-y tu como estas mijo?- pregunto al mujer, el padre se quejo un vez más dejado al parecer un plato vacío.

-jeje, estoy bien mamá, tu tranquila- la madre suspiro.

-eso me alegra mijo, pero bueno y dime cómo están tus amigo?- sintió esa punzada un vez más en el pecho pero aún así contesto.

-ellos están bien, lamentablemente no podemos juntarnos por que deben cuidar a sus sobrinos pero están bien- soltó, la madre asintió.

-de acuerdo, cuídate mucho mijo, debo irme, te extrañamos hijo-

-y yo ustedes ama- y la llamada se cortó - y yo a ustedes- miro el cielo una vez más.

Fue Una Promesa! -the Three Caballeros-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora