𝐒𝐓𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐘 𝐌𝐄;; 𝐊𝐓𝐇

007

— "........el filo tiene que ser dorado, mi nombre y el de Taehyung tiene que ir en el centro, con una letra delicada y elegante, con un lazo dorado adornandolo. No acepto cualquier papel barato ¿Lo tiene claro verdad señorita Park? Espero que sí, porque no voy a volver a repetirlo."

Young Mi suspiró mientras anotaba todo en su iPad.

Hana le indicaba, específicamente, cómo tenían que ser las invitaciones para su boda. Siempre con ese tono de voz firme y autoritario.

—No se preocupe, lo tengo claro —habló la pelinegra con voz amable. Al menos intentandolo.

Luego de unos cuantos minutos más, finalizó la llamada dejando salir un suspiro de cansancio. Aquella rubia le exasperaba en ocasiones. Sentía que siempre trataba de demostrar que ella era su superior.

Buscó entre las páginas de su agenda, el número de aquel lugar que se dedicaba específicamente en hacer toda clases de invitaciones para toda la clase de evento. Quedaba de más decir que era una de la más caras de todo París, específicamente para gente de una clase social alta.

Después de un rato de coordinar con la empresa, tenía que ir a esta para especificarle como debían hacerse.

—¿Saldrás? —preguntó Jennie en cuanto vió a la pelinegra salir de su oficina.

—Sí, debo ir a que hagan las invitaciones de la boda de Taehyung. — Apretó sus labios al mencionarlo.

Jennie la observó con una leve sonrisa.

—¡Te acompaño! Después de todo, debes necesitar algo de ayuda.

Sí, algo de ayuda no le vendría mal.

—¡Taehyung! ¡Ven y tómame una foto! —La rubia chica exclamó colocándose frente a la gran catedral de Notre Dame.

El castaño tomó su cámara y la puso delante de su rostro capturando a una sonriente Hana, quien posaba en aquel lugar. Su vestido blanco revoloteaba debido al aire que corría, su cabello recogido en un moño algo despeinado y su rostro hermoso al natural, libre de imperfecciones.

—Déjame ver. —Corrió a su lado para ver su fotografía y sonrió algo arrogante  al ver lo perfecta que salía— Salgo hermosa ¿No lo crees?

— Por supuesto que sí cariño. — Taehyung pasó su brazo sobre sus hombros comenzando a recorrer las calles con ella. Habían decidido salir a visitar y a conocer las bellas vistas que ofrecía París, después de todo, iban a pasar un buen tiempo ahí.

— Hoy hablé con la chica esta. Park. — Taehyung demostró cierto interés cuando la mencionó. — Sobre las invitaciones para nuestra boda.

— Ah....— la verdad que Taehyung no sabía muy bien que decir. El tema del matrimonio lo tenía por momentos.... algo estresado. Tenía que actuar de cierta manera frente a Hana, aparentar que le agradaba la idea. — Conociéndote, seguro le dijiste tus gustos tan....sofisticados.

— De hecho sí. — Hana pensó por un momento, antes de soltar algo que le a molestado desde que la conoció. — Ella parece mirarte mucho. Lo noté desde que la conocí.

— ¿Lo hace? No me he dado cuenta. — Por supuesto que se había dado cuenta. Notaba las veces que Young Mi se le quedaba mirando, aunque sea por una milésima de segundo. Él podía notarlo, y mucho más allá de molestarle. Le gustaba. — ¿Por qué lo mencionas? ¿Estás celosa amor? — Hana gruñó al ver a su novio divertido.

— Claro que si. ¿Quién no lo estaría? Sólo mírate. — Taehyung rió y jugó con el anillo de compromiso en sus dedos.

— ¿Es por eso que la tratas así? ¿Con esa actitud cortante?

— Sólo quiero que sepa en qué posición está. — cruzó sus brazos mirando al castaño quien frunció su entrecejo al escucharla.

— ¿Posición? Hana, eso no tiene nada que ver. No hay ni un delito el que me mire. Young Mi sólo hace su trabajo. — defendió el castaño con cierta molestía.

— ¿Young Mi? — repitió confundida — ¿Desde cuándo la tratas con tanta...familiaridad?

Taehyung se agarró el puente de su nariz con cansancio. Si había algo que le molestaba de Hana, es que aveces solía pasarse con sus celos.

— Hana no importa. Sólo disfrutemos lo que resta de la tarde.

— No hasta que me respondas. ¿Acaso la conocías?

— ¡Por dios Hana! ¡Sólo mencioné su nombre! — exclamó con voz fuerte, llamando la atención de algunas personas que pasaban. — No me arruines las tarde con tus estúpidos celos ¿quieres? — suspiró con molestia— Será mejor volver al hotel.

Hana apretó los dientes con molestia y se reprimió en soltar una maldición. Sabía que Taehyung siempre ha sido amable con las personas, pero había algo diferente en su tono y forma cuando pronunció su nombre. Sonó como si la conociera de tiempo, fue con tanta naturalidad.

Hana bufó, tratando de esfumar su enojo. De todas maneras, la tal Young Mi no tenía alguna oportunidad con él, si es lo que pensaba. Aparte de que muy pronto sería un hombre casado, Hana estaba muy segura de que Taehyung no se fijaría en alguien tan poca cosa como ella.