Aparco frente a la casa y veo que Liana tiene su teléfono marcando, de repente suena mi teléfono, salgo del auto y le miro y ella cuelga la llamada con una sonrisa de disculpa. Le miro y tiene un crop top blanco que le queda unos tres dedos por abajo del busto y tiene un chándal negro con las zapatillas blancas. Tenemos a juegos unas zapatillas, solo que la mía no tiene su chulo negro lo tiene blanco.
— ¿Cuántas veces te has cambiado?
— Unas cinco veces — niego con la cabeza — Y eso que este atuendo fue el de improvisto, ya que no me gusto ninguno de los que escogí —se cruza de brazos — ¿Cómo me veo?
— Nada mal — ella sonríe y se adelanta.
Bajo las bolsas del super para hacer el postre, cierro la puerta. Mi teléfono vibra y veo su nombre en la pantalla, Esperanza mi abuela paterna; si le contesto esto se va a descontrolar. Suspiro y descuelgo la llamada
— Diga — contesto.
— ¡Niña dile a tu hermano que venga ya para la casa! — dice cabreada pero no grita.
— No hare eso.
— ¡¿Como que no lo harás?! — brama y alejo el teléfono de mi oreja.
— Ya oíste no lo hare, que tengas buenas noches Esperanza — le cuelgo y miro hacia el cielo.
Definitivamente lo que era mi padre y mi abuela, son tal para cual. Arrogantes por encima de los demás y malgastando el dinero que dejo mi abuelo. Las compañías de supermercados, no les importa nada si siguen así van a quebrar.
¿Por que tuviste que morir abuelo?
Entro a la casa y veo a Lía hablando animadamente con nana, Myke la mira como un bobo tiene su típica ropa negra y su cazadora de cuero. Se dará cuenta que cuando llegue a la facultad todo cambiara.
— Hey — me mira y sonríe.
Viene hacia mi y me abraza. Inspiro su olor huele a cigarro, creo que si estuviera en instituto estaría en plan cacería de un chico como el.
— ¿Puedo quedarme? — asiento y le doy un beso en la frente — ¿Sabes que es curioso? Que eres mi hermana mayor y eres tan chiquita, parece como si fuera al revés - desordena mi cabello negro.
— Ya quisieras — le digo.
Me asomo a la cocina y nana me espera con la manos en la cintura. La miro a los ojos y ella me abraza.
— Niña necia, donde vuelvas a desaparecer así, yo misma te matare — amenaza.
— Yo te ayudo — miro a Lía y la fulmino con a mirada.
Me safo de su abrazo y ella ve la bolsa que traigo, me la quita de las manos y las saca, me echo en el sofá y Lía y Myke me acompañan. Lía me echa una mirada y yo sé a que se refiere, quiere que mencione a Marcos y bueno aquí vamos.
— ¿Cómo te fue con Marcos Lía? — le pregunto con una sonrisa picarona.
— Pensé que follariamos pero no, me cancelo así que... No tuve sexo — dice con fingida decepción, siento como Myke se tensa. Ya empezó a reaccionar — Tenemos que salir de fiesta, necesito un buen polvo — Myke hace una mueca de asco.
—¿Pueden hablar de su vida sexual cuando yo no este cerca? — dice con fastidio.
Nosotras reímos y el rueda los ojos.
*
— Súbela — el digo Myke y el asiente.
Lleva a Lía en brazos se ha quedado completamente dormida. Y pues no puedo subirla, recojo mi teléfono y miro: es media noche y tengo que levantarme a las siete para ir a la facultad. Apago las luces y sirvo un vaso de agua. Dejo el vaso en la encimera y subo las escaleras me meto al baño y me desnudo, tomare una ducha. Coloco la toalla ya que estoy en mis días. Mala señal. Si me hacen enojar voy a explotar como un volcán en erupción, y no quiero ni castigos ni sanciones. Espero que no se pasen.
Lavo mis dientes y peino mi cabello, me coloco la pijama y caigo rendida en mi hermosa cama, me duele la espalda por la dormida en el suelo. Me acomodo mejor y cierro mis ojos.
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Marcas en mi piel
RomanceCuatro años para ella, para el, para ambos. Cuatro años donde los dos han salido de una guerra consigo mismos, con la gente, quien iba a pensar que dos personas iguales se encontrarían para estar conectadas. Por la pasión, la lascivia, el deseo y so...