Madre.

20 4 4
                                    

El muchacho de cabellos rubios se encontraba realmente nervioso algo que era raro en él pero es que hoy sería el día en el que conocería formalmente a la madre de Jenell luego de tres meses saliendo, lo que hacía que sus pelos se pusieran de punta.

pasó sus palmas por su rostro y dejó escapar un suspiro lleno de frustración, ¿por qué elegir su vestimenta se había vuelto algo sumamente complicado?

― tan jodidamente difícil.

musitó con completo fastidio, tirando hacia la cama una camisa negra que tenía entre sus dígitos.
Le costó al rededor de unos veinte minutos pero ya tenía su outfit que consistía en: una remera manga corta de rayas blancas y negras, un pantalón negro un tanto ajustado que iba por encima de la prenda superior, unas zapatillas negras y accesorios como el cinturón y unas cadenas en el jean. Una vez ya estaba listo se colocó algo de perfume y peinó sus cabellos hacia atrás para intentar verse un poco más "formal", ya que trataba de su suegra a quien buscaba impresionar.

Tomó una gran bocanada de aire antes de tomar sus llaves y celular para abrir la puerta, prosiguiendo a cerrar y dirigirse hacia su auto donde entró y se colocó su cinturón de seguridad. Antes de comenzar el camino a la casa de su amado y su madre, frenó en una panadería cercana para comprar un delicioso lemon pie que su chico había dicho le encantaban a su madre. 

― amor, amor, ¿Dónde estás? 

se escuchó la angelical voz de su novio cuando contestó el teléfono que segundos luego de salir de la panadería había comenzado a sonar, algo que lo hizo sentirse sumamente emocionado.

― estoy saliendo de comprar una sorpresa, ya estoy deseando verte aunque estoy asustado de ver a tu madre.

mencionó con sinceridad el mayor siendo acompañado por un puchero en sus labios, todo esto sin encender nuevamente el auto ya que quería ser cuidadoso al momento de conducir.

― ¡tranquilo! mamá es buena, está emocionada. ¡te dejo así puedes llegar tranquilo! quiero saber qué es esa sorpresa.

el tono de voz del muchacho de cabellos azabaches era un tanto alto debido a la emoción que sentía, normalmente hablaba en esa tonalidad cuando se encontraba eufórico o ansioso.

― llegaré pronto, bebé.

el rubio esbozó una sonrisa cuando colgó, permitiéndole que nuevamente pudiese continuar su camino hasta su destino que ahora no parecía tan aterrador luego de oír esa dulce voz que lograba tranquilizarlo.

Unos quince minutos fueron necesarios para que se encontrase estacionando su auto frente a la casa de su pareja, la cual contaba con dos pisos y unas rejas al frente con un pequeño patio que daba a la puerta. Luego de tomarse unos segundos para pensar, tomó valor y tocó el timbre que resonó por el hogar pero fue prontamente interrumpido por un gritito que reconoció y logró sacarle una risa.

― ¡Hola, amor!

espetó un emocionado Jenell que aún traía puesto su pijama verde y rosado de dinosaurio que tanto amaba y todavía no había tenido la oportunidad de mostrarle a su pareja hasta ahora.
una amplia sonrisa esbozó en los cerezos del más alto, quien quiso abalanzarse a su novio cuando éste le abrió la puerta pero se contuvo al notar la presencia de aquella mujer de oscuros mechones que se mantenía firme en la entrada con un traje entallado de color azul claro.

― hola, soy Daehyung.

el muchacho de tatuajes se acercó a la fémina para estirar su mano a modo de saludo, siendo recibido por la mayor quien correspondió junto con una pequeña sonrisa.

― adelante.

musitó con suavidad la mujer mientras que ingresaba al hogar, siendo acompañada por un nervioso Daeh y un emocionado Jenell que se colgaba del brazo de su novio e insistía en que este observase el pijama que traía puesto.

― traje un lemon pie para compartir.

el rubio observaba hacia los lados, centrándose en cada pequeño detalle del hogar que parecía aún más grande de lo que era por fuera pero lucía igual de prolijo que el exterior.

― gracias. Jenell, ¿Qué te parece si preparas algo de té y cortas algunas porciones mientras nosotros nos conocemos un poco?

la fémina dirigió su mirada al más joven, quien solo buscaba recibir un poco de atención por parte de su novio pero sin lograrlo debido a lo aterrado que se encontraba. Debido a esto, el pequeño azabache abultó su labio inferior al ser excluido pero aún así tomó el pastel y se dirigió emocionado a la cocina para hacer lo más rápido posible su labor.

― toma asiento por favor.

aquella sonrisa que se mantenía en los cerezos de la mujer había desaparecido completamente una vez que su pequeño se había ido adoptando una faceta completamente seria que mantuvo incluso cuando se sentó, siendo rápidamente acompañada por el rubio.

― veo que te preparaste demasiado para asistir a este encuentro, ropa oscura adornada de millones de tatuajes, una gran impresión para una pandilla, ¿no crees? no puedo ni imaginar cómo asistirías a una boda si decidieras casarte.

las palabras fueron dichas sin ni una pizca de gracia y, si bien podía tener cierta razón, el más alto no se sintió herido ya que él sabía quien era y nada ni nadie lo haría sentirse avergonzado de si mismo ni mucho menos si se tratara del día de su boda.

― lo sé, sé que no puede ser muy agradable pero es mi forma de vestirme y me siento cómodo con ella. Y sí, no me vestiría con grandes lujos para mi boda ya que preferiría mil veces que Jenell sea quien destaque en ese día tan especial donde quisiera que todos y todas lo vean como el ángel que es.

el rubio habló con seriedad, manteniendo una firme postura ya que era lo que él creía y no importaba si tenía que discutir con la madre de su amado porque no se dejaría valer por menos. Ante esto, la fémina alzó sus cejas sorprendida pero no de mala manera sino de buena solo que, al menos por ahora, no se lo haría saber al contrario y se mantendría completamente seria.

― con que así es. Y dime, ¿conociste ya a los amigos de Jenell? La pequeña Sally es la más traviesa entre todo el grupo.

el más joven no le había contado a su madre si ellos habían charlado o no sobre aquellas cosas que veía por lo que quería corroborar por cuenta propia cuánto sabía.

― así es, él ya me los presentó e incluso tengo un precioso dibujo de ellos.

una sonrisa esbozó en los labios del pálido cuando recordó aquel bonito dibujo que el menor le había regalado, aunque prontamente se enderezó para mantener su seria postura. Esta acción no pasó desapercibida para la fémina que comenzó a reír de forma sútil.

― lo siento, es solo que realmente no puedo mantenerme seria si tienes esa aura aterrorizada al rededor tuyo.

el rubio se sintió confundido ante las risas pero no duró demasiado ya que dejó escapar una que otra carcajada para acompañar a la mayor.

― supongo que también estaría aterrorizada en mi posición.

la azabache cesó sus risas y en cambio esbozó una sonrisa nostálgica, algo que despertó una curiosidad en el mayor pero que no manifestó por respeto.

― sí, también tuve miedo y nervios la primera vez pero solo tengo buenos recuerdos de ese día. Por cierto, realmente no creo lo que dije, solo buscaba asustarte un poco.

el chico de tatuajes esbozó una sonrisa de alivio al oír las palabras contrarias aunque no tuvo tiempo de responder ya que el joven azabache hizo aparición con una bandeja que tenía las porciones del lemon pie, dirigiéndose rápidamente a la cocina para luego traer el té.

― espero no hayan hablado mucho sin mi.

el menor se sentó sobre el regazo de su amado en busca de su completa atención, recibiendo risas de parte contraria al igual que un abrazo.

― recordé que quiero preparar la cena, disfruten un poco sin mi. Gracias, Daeh.

la fémina no dio un por qué de aquel agradecimiento pero el de rubios cabellos pudo tener una idea de qué trataba, al igual que entendió que ella buscaba darle espacio junto a su novio. Cuando la mayor se retiró, dejó escapar un gran suspiro a la par que se escondía en el torso de su chico.

― fue tan aterrador...creí que no iba a caerle bien.

el rubio abultó su labio inferior mientras que observaba a su pequeño, el cual se acercó un poco a él para depositar un dulce beso en sus labios.

― a ella seguro le agradas mucho, tú eres lo mejorcito.

Y así se mantuvieron, disfrutando no solo de aquel delicioso postre sino de su cálida compañía sin notar que la fémina de oscuros cabellos los observaba con una amplia sonrisa en sus labios "es feliz" musitó al aire la mujer pero ella sabía que le hablaba a su compañero de vida. Fue difícil, pero así Daeh conoció a la madre de su queridísimo Jenell.

Você leu todos os capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Jun 06, 2021 ⏰

Adicione esta história à sua Biblioteca e seja notificado quando novos capítulos chegarem!

enamorados.Onde histórias criam vida. Descubra agora