Capítulo 8

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/ Narrador Pov /


Luego del entrenamiento, Kageyama y Hinata se marcharon como siempre hacían. Solo que esta vez, sus manos estaban entrelazadas. Parecía que lo hacían automáticamente, como si desde siempre hubiesen hecho lo mismo. Claro, iban a soltarse antes de entrar al edificio para irse cada uno a su aula, pero en ese momento sus cálidas palmas sudadas estaban fundidas la una con la otra.

- Oye, Kageyama. Traje un bento delicioso hoy, si quieres te convido.

- ¿Ya estas pensando en comer? - Se burló él.

- Idiota, te estoy invitando a almorzar conmigo. - contestó riendo.

- Como... una cita? - Hinata lo observó de reojo. Las orejas del pelinegro estaban enrojecidas.

-Si. Es una cita. - contestó el pequeño, con una confianza que ni él mismo sabía de donde la había sacado. 

- Ah... Okay. Yo también traje comida rica... para.. si tu, eh, quieres... te convido.

Hinata no pudo evitar reírse ante la actitud nerviosa de Kageyama.

- ¡No hace falta que te avergüences así, bakayama!

- ¿A quién le dices bakayama, boke?

- A tí, bobo. - Dijo Hinata, codeando al más alto.

- Ya veremos quien es el bobo de los dos. Ahora... tenemos que ir a las aulas. - casi sin darse cuenta, ya habían llegado a la puerta. Apenas una o dos personas se encontraban allí, ya que la mayoría estaba ya en las aulas o en alguna otra actividad extracurricular. Hinata miró hacia todos lados, asegurándose que nadie podía verlos y, tironeando del brazo de Kageyama para ponerlo a su altura, le dió un beso en la mejilla.

- Te... te veo en el almuerzo. -Dijo el pelirrojo, esquivando la mirada del otro. Kageyama solo asintio, boquiabierto. El mayor se escabulló hacia su salón, dejando al otro parado en la puerta, sin poder reaccionar. La proxima vez, no le dejaré que me gane en hacerlo, pensó Kageyama.


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Luego de las clases, que para ambos chicos fueron interminables, llegó la hora del almuerzo. Apenas sonó la campana, Kageyama ya estaba levantándose del asiento y yendo (o mejor dicho corriendo) al aula de Hinata. Se detuvo antes de llegar a la puerta para recuperar la respiración por el repentino ejercicio y se asomó por el marco de la puerta. Se sentía algo incomodo, fuera de lugar pero.... toda esa sensación se desvaneció al ver al pelirrojo durmiendo en su banco. Estaba prácticamente desparramado sobre la mesa, babeándose y roncando levemente... y aún así lograba verse tierno. Kageyama sonrió y decidió acortar la distancia, ganándose la mirada curiosa de varios compañeros que al principio estaban asustados al verlo rondar cerca de su salón. El pelinegro, sin darse cuenta de que lo observaban, tocó suavemente el rostro del pelirrojo para despertarlo.

- Oi... Hinata. Despierta.

El otro frunció la nariz, gesto que a los ojos de Kageyama era totalmente adorable. Segundos después, pareció reaccionar y se levantó de golpe.

-¡AH! ¡EL ALMUERZO!- Gritó el pequeño, causando una risa ahogada de Kageyama, que se cubría la boca.

- Boke... ¿Vamos a comer? Estoy muriendo de hambre.

♥ Al estar juntos ♥ (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora