Capítulo 11: El cariño de una madre. Parte dos.

150 16 2
                                    

Capítulo 11: El cariño de una madre. Parte dos.

El domingo en la mañana amanecí sola en mi cama. Alia ya se había ido cuando me estire bajo las mantas que, por cierto, estaba completamente segura, ella había colocado sobre mí.

No me sorprendí cuando no la encontré, pero de lo que no estaba muy segura era de si se había ido antes de que me despertara o poco después de que me dormí. El punto es que no pude sentirla ni un poco cuando se alejó. Aunque era de esperarse que cayera completamente dormida cuando no pude pegar el ojo ni unos minutos la noche pasada.

No me apresure en salir de la cama, demasiado cansada todavía como para intentar sacar mi cuerpo de entre las mantas. Por el contrario, simplemente me quede ahí un largo rato.

No es que todavía no tuviera el valor de salir de mi habitación. Alia me había dado el valor suficiente y, además, el alivio para calmar la gran culpa que me estaba corroyendo ayer. Me sentía lo suficientemente bien como para salir de mi habitación y ver a mi padre y mi hermano sin sentir que necesitaba cavar un hoyo y enterrarme viva para no salir jamás de ahí.

Aunque, siendo sincera, tampoco tenía prisa como para dar la cara. Me sentía bien, pero eso no significara que me sintiera mejor. Aún... aún hay cosas en mi cabeza que tengo que colocar en orden, pero no me siento lo suficientemente valiente como para dejarlas salir a la luz. Me había tomado más tiempo del que me gustaría admitir para enterrarlas y no dejar que me afectaran.

Ah... Por supuesto había sido una idiota. No pensar que en algún momento todo eso que había reprimido porque estaba demasiado avergonzada de mí misma y demasiado lastimada, iba a salirse de mi control fue un gran error de mi parte. No lo había considerado en lo absoluto. Y tampoco había considerado a un Logan en mis planes.

Dioses, conocer a ese chico se sintió como perder el control de mí misma por completo. La forma en Logan que me recordó a él fue horrible, me sentí atacada incluso antes de que algo como un ataque sucediera. Y yo tonta, y jodidamente asustada, ataque antes de que lo hicieran contra mí.

Realmente era una tonta. No podía enojarme con mi hermano solo por decir la verdad. La embarre en grande; ¿con qué descaro puedo pedirle compasión a sus palabras si yo fui la que infligió daño sin ninguna justificación? Merecía las palabras, realmente lo hacía. Merecía su enojo.

Simplemente no tenía la cara como para sentirme lastimada por eso, o algo remotamente parecido. Simplemente no podía. No después de todo lo que mi boca había escupido sin piedad. Sin considerarlo, sin pensarlo un poco. Actúe por el impulso más estúpido que me genero mi instinto cuando las imágenes de Logan y Steven se distorsionaron en mi cabeza. Cuando sentí que alguien, que Logan, era una amenaza hacia mis sentimientos.

Ah... tonta, tonta de mí.

¿Cómo había permitido que esa distorsión estúpida y sin sentido ocurriera? ¿En qué estaba pensando?

Había actuado como un gatito siendo acorralado; arañando y siseando incluso antes de que lo atacaran. Y lo peor era que nunca fui acorralada y mucho menos atacada, por lo menos no antes de que yo lo hiciera primero.

Con un suspiro pesado saliendo de mis labios, sacudí la cabeza y, con ello, mis pensamientos. Lo único que iba a obtener si seguía esa línea de pensamientos era descender en espiral para ir directa a un pozo a rebosar de vergüenza y culpa. Que claramente me merecía pero que no me servía de nada. De nada me servía revolcarme en mi autocompasión a la espera de un ser divino que arreglara las estupideces que había cometido.

Manteniendo a raya esos pensamientos, me pare de la cama y fui directamente al baño. Después de lavarme la cara y lucir un poco más presentable y menos como si acabara de despertarme, salí de mi habitación.

Otro Cliché Más: Logan CollinsWhere stories live. Discover now