Inicio.

1K 126 7
                                    

Tras la dolorosa y repentina muerte de sus padres, los hermanos Itadori quedan completamente huérfanos en aquella gran y silenciosa casa. Al principio todo es dolor y melancolía por cada rincón de la casa, todo pintaba de un opaco color gris y tonalidades negras, ninguno se hablaba más de lo que se ameritaba y pocas veces comían lo debido, se encerraban en su dolor sin siquiera combatirlo juntos, como los hermanos que son.

Pero todo cambio cuando Sukuna-el gemelo mayor- tomo la iniciativa de hablar, encaro a su hermano menor y le hizo saber que estaba ahí para él, que compartían el mismo dolor y que por esa razón debían estar juntos, porque Sukuna amaba a su hermano más que a nada y verlo sufrir era el peor de los castigos que pudiesen darle.

¿Cuando el amor de hermanos se convirtió en uno de amantes?

Lo que comenzó con apoyo y cariño de familia, terminó en coqueteos, besos y "te amos" cargados de amor y deseo. En noches íntimas y amaneceres con cuerpos desnudos, en demostraciones de afecto cada momento como energía para sobrevivir, terminó en un amor prohibido, lleno de deseo y sentimientos mutuos, algo que parecía ser normal en hermanos se tornó en algo más allá de lo debido, un pecado a los ojos humanos, una gran aberración para la gente que no comprendía su "amor". Las miradas de justicia que se encargaban de juzgarlos cada vez que podían.

Porque nadie podía soportar lo enfermo que era el amor de eso dos, un amor que traía como consecuencia el incesto.

¿Acaso eso les importaba? Desde que los sentimientos surgieron sabían que eran prohibidos, sucios y enfermos, aún así no les importo, se amaban y nadie podía cambiar eso. No era un amor pasajero, algo que solo inició por dolor y sufrimiento, no, era algo más allá de eso, era el amor de dos almas gemelas que por castigo divino terminaron en familia, pero a pesar de eso a las personas destinadas a estar juntas en cada vida, no importaba si fueran la misma sangre porque harían lo que fueran para unirse y no volverse a separar jamás.
Ellos eligieron el amarse sin importar la sangre, un amor tan fuerte que ni los castigos y condenaciones servirían para separarlos.

-Yuuji, te amo más que a nada en este mundo, sé mío para siempre.-Su voz ronca era melodía para los oídos de Yuuji, tan firme, dominante y melodiosa.

-Quiero ser tuyo para siempre, seamos nuestros para la eternidad, hermano.

Y así, ese prohibido amor empezó, ¿qué consecuencias tendrá este amor?

Prohibido.Where stories live. Discover now